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La mayor demanda colectiva por derechos de autor contra la industria de la IA: el caso Anthropic

Novet, Jordan. “AI Industry Horrified to Face Largest Copyright Class Action Ever Certified.” Ars Technica, August 21, 2025. https://arstechnica.com/tech-policy/2025/08/ai-industry-horrified-to-face-largest-copyright-class-action-ever-certified/.

Investigadores se han convertido en protagonistas de un caso sin precedentes: un tribunal federal en California ha aprobado una demanda colectiva (class action) contra Anthropic, una startup especializada en inteligencia artificial. Tres autores (Andrea Bartz, Charles Graeber y Kirk Wallace Johnson) actúan como representantes de todos los escritores cuyos libros registrados hayan sido descargados y utilizados por Anthropic para entrenar su modelo de IA. La demanda alega que la empresa obtuvo millones de títulos de sitios pirata como LibGen y PiLiMi sin consentimiento, lo que podría derivar en daños millonarios para la compañía si se prueba la infracción.

Desde la perspectiva legal, aunque el juez William Alsup reconoció que el entrenamiento del modelo podría constituir un uso legítimo (fair use), también resolvió que la mera conservación de libros piratas en una biblioteca central viola los derechos de autor, lo que justifica llevar el caso a juicio. En paralelo, organizaciones del sector tecnológico, como la Consumer Technology Association y la Computer and Communications Industry Association, han expresado su alarma ante un veredicto adverso: advierten que esta certificación de clase podría representar una amenaza existencial para Anthropic y el ecosistema emergente de IA en EE. UU., al desalentar futuros inversores y minar la competitividad tecnológica del país.

La demanda se ha expandido de forma dramática: lo que comenzó con tres autores podría llegar a incluir hasta 7 millones de demandantes potenciales, cada uno con posibilidad de reclamar hasta 150.000 USD por obra infringida. Eso transforma el caso en el mayor litigio por derechos de autor jamás aprobado en EE. UU., con riesgos financieros que podrían ascender a cientos de miles de millones de dólares.

Entrenar modelos de lenguaje de Inteligencia Artificial utilizando libros adquiridos legalmente constituye un uso legítimo

Hansen, Dave. 2025. “Anthropic Wins on Fair Use for Training Its LLMs, Loses on Building a ‘Central Library’ of Pirated Books.” Authors Alliance, 24 de junio de 2025. https://www.authorsalliance.org/2025/06/24/anthropic-wins-on-fair-use-for-training-its-llms-loses-on-building-a-central-library-of-pirated-books/

El 24 de junio de 2025, el juez William Alsup del Tribunal del Distrito Norte de California emitió una resolución clave en el juicio colectivo contra Anthropic, empresa creadora de los modelos de lenguaje Claude. La demanda, presentada por los autores Andrea Bartz, Charles Graeber y Kirk Wallace Johnson en representación de millones de escritores, cuestiona el uso de libros protegidos por derechos de autor para entrenar sistemas de inteligencia artificial.

El fallo representa una victoria parcial para Anthropic. Por un lado, el tribunal determinó que entrenar modelos de lenguaje utilizando libros adquiridos legalmente constituye un uso legítimo bajo la doctrina de fair use del derecho estadounidense. Según el juez Alsup, este tipo de uso es “transformador”, ya que no busca replicar ni sustituir las obras originales, sino generar contenido nuevo, lo que encaja dentro del espíritu de la ley de derechos de autor que pretende fomentar la creatividad y el avance científico.

Sin embargo, la empresa perdió en un punto crítico: el uso sistemático de libros pirateados para construir una “biblioteca central” con fines de entrenamiento de IA. La evidencia demuestra que en 2021 y 2022, miembros de Anthropic descargaron millones de obras de sitios como Books3, Library Genesis (LibGen) y Pirate Library Mirror (PiLiMi). Estas plataformas contienen copias no autorizadas de libros protegidos, y Anthropic era plenamente consciente de ello. El propio CEO, Dario Amodei, reconoció internamente que optar por este camino era una manera de evitar el “trabajo legal, comercial y de gestión” que implicaría adquirir licencias.

En particular, el cofundador Ben Mann descargó en 2021 el conjunto de datos Books3 (compuesto por cerca de 196.000 libros pirateados), seguido de cinco millones de títulos desde LibGen y otros dos millones desde PiLiMi. Estas acciones fueron calificadas por el juez como violaciones deliberadas del derecho de autor, y aunque todavía no se ha determinado la magnitud de los daños, el tribunal ha decidido celebrar un juicio separado para abordar esta cuestión y valorar posibles indemnizaciones.

Desde Anthropic, una portavoz declaró a The Verge que celebran que el tribunal haya validado el uso transformador de las obras con fines de entrenamiento. La empresa sostiene que su objetivo no era imitar o reemplazar los libros originales, sino crear algo nuevo con base en ellos. No obstante, este argumento no exime de responsabilidad cuando se utilizan materiales obtenidos de forma ilegal, incluso si el uso posterior pudiera ser considerado transformador.

Este caso se enmarca dentro de un creciente número de demandas contra empresas de inteligencia artificial por el uso indebido de contenido protegido. La resolución de Alsup podría sentar un precedente clave: valida el entrenamiento de IA sobre obras adquiridas legalmente como fair use, pero marca una línea roja cuando se trata de contenidos pirateados. Las próximas fases del proceso judicial determinarán las consecuencias económicas y legales para Anthropic, y el caso podría influir significativamente en las prácticas de entrenamiento de modelos de IA en la industria.

Más de 850 músicos han pedido a Universal Music Group que retire su demanda contra Internet Archive

King, Ashley. «Over 600 Artists Demand UMG Drop Its $621 Million Lawsuit Against Internet Archive.» Digital Music News, December 11, 2024. https://www.digitalmusicnews.com/2024/12/11/artists-vs-umg-internet-archive-lawsuit/

Más de 850 músicos han firmado una carta abierta exigiendo que Universal Music Group (UMG) y otras discográficas retiren su demanda de 621 millones de dólares contra Internet Archive, una biblioteca digital sin fines de lucro conocida por su Wayback Machine. La carta, organizada por Fight for the Future, cuenta con la firma de artistas como Tegan & Sara, Open Mike Eagle, Amanda Palmer y Kathleen Hanna (Bikini Kill).

Los músicos argumentan que la demanda amenaza la preservación cultural y atenta contra el acceso público a la música. En la carta, destacan que la industria musical debería apoyar el legado artístico en lugar de priorizar los beneficios de los accionistas. Como alternativas, proponen tres medidas concretas para mejorar la situación de los músicos: colaborar con organizaciones como Internet Archive para conservar grabaciones originales, permitir a los artistas quedarse con el 100% de las ganancias de su merchandising y poner fin a las inversiones de las grandes discográficas en plataformas de streaming como Spotify.

Según los firmantes, mientras se espera que los ingresos de la industria musical superen los 100 mil millones de dólares en 2031, los músicos enfrentan dificultades económicas. Señalan que las giras son cada vez más costosas debido a los monopolios de Live Nation, que los ingresos por regalías son injustos debido al modelo de negocio de Spotify y que los archivos físicos han sido destruidos por intereses corporativos. También denuncian que la censura y la monetización desigual de la música afectan directamente a su bienestar, contribuyendo a la crisis de salud mental en la comunidad artística.

La demanda original de UMG, Sony Music y otras discográficas se centra en el Great 78 Project de Internet Archive, una iniciativa para digitalizar y preservar grabaciones en discos de 78 RPM, que incluyen a leyendas como Billie Holiday, Ella Fitzgerald y Frank Sinatra. Si las discográficas ganan el caso, Internet Archive podría enfrentarse a un pago millonario por haber permitido la reproducción en línea de estas grabaciones desde 2006.

Este caso se suma a la reciente derrota de Internet Archive en su apelación contra editoriales de libros, quienes han argumentado que el préstamo digital de libros escaneados por la plataforma no se ajusta a los principios de uso justo (fair use), fallo que podría sentar un precedente en la batalla legal sobre el acceso a contenidos digitales.

Meta utilizó libros pirateados de Library Genesis (LibGen) para entrenar su modelo de inteligencia artificial Llama 3 sin autorización de los autores

Reisner, Alex. “Meta Used Pirated Books to Train Its AI.” The Atlantic, March 20, 2025. https://www.theatlantic.com/technology/archive/2025/03/libgen-meta-openai/682093/?gift=iWa_iB9lkw4UuiWbIbrWGYDRoX8kfg3ZQZL6J-W0kQE.

La decisión de emplear estos materiales surge de la necesidad de contar con grandes volúmenes de texto de alta calidad para mejorar sus productos de IA y competir con modelos como ChatGPT. Sin embargo, en lugar de optar por acuerdos de licencia con editoriales y autores, lo cual implicaba costos elevados y plazos largos, la empresa decidió recurrir a LibGen, una de las mayores bibliotecas piratas de Internet, que alberga más de 7.5 millones de libros y 81 millones de artículos académicos.

Las revelaciones provienen de documentos judiciales recientemente desclasificados en el marco de una demanda por infracción de derechos de autor presentada por autores como Sarah Silverman y Junot Díaz. Entre los hallazgos más significativos se encuentra la confirmación de que Meta obtuvo permiso explícito de su CEO, Mark Zuckerberg, para descargar y utilizar la base de datos de LibGen en el entrenamiento de su modelo de IA. Este hecho subraya que la empresa no solo era consciente de la ilegalidad de sus acciones, sino que las respaldó desde los niveles más altos de la compañía.

Meta, al igual que OpenAI, ha defendido su uso de contenido protegido argumentando que los modelos de IA generan obras «transformadoras» a partir del material entrenado y, por lo tanto, están amparados bajo el principio de «fair use» (uso justo). No obstante, este argumento es altamente controvertido y todavía está lejos de una resolución definitiva en los tribunales. Más allá de la cuestión de si entrenar IA con libros pirateados constituye un uso legítimo de los materiales protegidos por derechos de autor, el artículo plantea un problema adicional: la forma en que Meta accedió a estos contenidos. Según los registros internos, la empresa utilizó BitTorrent para descargar los archivos, un método que generalmente implica no solo la descarga, sino también la distribución de los mismos, lo que agravaría aún más su situación legal.

Los documentos internos de Meta también revelan que sus empleados eran plenamente conscientes del riesgo legal que implicaba usar LibGen, calificándolo de «riesgo medio-alto». Para mitigar posibles repercusiones, sugirieron estrategias para ocultar la procedencia de los datos, como eliminar metadatos que indicaran que los textos estaban protegidos por derechos de autor y evitar cualquier mención pública del uso de LibGen. Además, se discutió la posibilidad de ajustar Llama 3 para que se negara a responder solicitudes que pudieran revelar la reproducción de contenido protegido, como pedirle que generara las primeras páginas de un libro específico.

El artículo también aborda el papel de LibGen en el acceso al conocimiento. Esta biblioteca pirata surgió en Rusia en 2008 con el propósito de ofrecer acceso gratuito a libros y artículos académicos, particularmente para estudiantes y profesionales de países con dificultades para costear estos materiales, como India, Pakistán e Irán. Sin embargo, su crecimiento exponencial ha facilitado su uso más allá de estos contextos, permitiendo que grandes corporaciones tecnológicas como Meta se beneficien del contenido sin retribuir a los autores originales.

Finalmente, Reisner plantea una reflexión sobre el impacto de esta práctica en el ecosistema del conocimiento y la creación intelectual. Si bien bibliotecas piratas como LibGen han democratizado el acceso a la información, el uso que hacen las empresas de IA de estos materiales plantea preocupaciones éticas y económicas. Al desarrollar chatbots y modelos generativos que sintetizan el conocimiento sin citar sus fuentes, estas compañías descontextualizan la información, limitan la colaboración intelectual y dificultan que escritores e investigadores reciban reconocimiento por su trabajo. La cuestión de fondo es si este tipo de apropiación tecnológica realmente beneficia a la sociedad en su conjunto o simplemente maximiza los beneficios de las grandes corporaciones, desplazando a los creadores originales en el proceso.

Las editoriales de textos y materiales educativos Cengage Learning, Bedford, Freeman & Worth, Macmillan y Elsevier demandan a Google por infracción de derechos de autor y marcas registradas

Brittain, Blake, y Blake Brittain. «Google Sued by Top Textbook Publishers over Ads for Pirated E-Books». Reuters, 5 de junio de 2024, sec. Litigation. https://www.reuters.com/legal/litigation/google-sued-by-top-textbook-publishers-over-ads-pirated-e-books-2024-06-05/.

Texto completo de la demanda

Google fue demandado el miércoles por los editores educativos Cengage, Macmillan Learning, McGraw Hill y Elsevier, acusando al gigante tecnológico de promover copias piratas de sus libros de texto.

Los editores dijeron al Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York que Google ha ignorado miles de avisos de infracción de derechos de autor y continúa lucrándose con la venta de versiones digitales pirateadas de libros de texto anunciados a través de su motor de búsqueda dominante.

Los representantes de Google no respondieron de inmediato a una solicitud de comentarios sobre la demanda. El abogado de los editores, Matt Oppenheim de Oppenheim + Zebrak, dijo a Reuters que Google se había convertido en una «guarida de ladrones» para los piratas de libros de texto.

La queja dijo que las búsquedas en Google de las obras de los editores muestran versiones pirateadas de libros electrónicos con grandes descuentos en la parte superior de los resultados.

«Las obras infractoras con precios artificialmente bajos ahogan las obras legítimas con precios regulares,» dijo la demanda. «Por supuesto, los vendedores piratas pueden vender sus obras infractoras a precios tan bajos porque no hicieron nada para crearlas o licenciarlas; simplemente hicieron copias digitales ilegales.»

Según la demanda, Google ha empeorado la piratería al restringir los anuncios de libros electrónicos licenciados.

«Como resultado, el mercado de libros de texto está al revés, ya que el mayor negocio de publicidad en línea del mundo anuncia ebooks para piratas pero rechaza anuncios de ebooks para vendedores legítimos,» dijo la demanda.

La demanda afirmó que los editores han estado quejándose a Google sobre los anuncios desde 2021 sin resultado. Acusaron a Google de infracción de derechos de autor y marcas registradas y prácticas comerciales engañosas, solicitando una cantidad no especificada de daños monetarios.

De la Introducción:

Párrafo 1:

Esta demanda busca abordar la publicidad sistemática y generalizada de Google de copias no autorizadas e infractoras de los libros de texto y obras educativas de los Editores. Durante años, Google ha facilitado y obtenido ganancias de la venta de obras infractoras a través de sitios web piratas que Google promociona. Los Editores han informado repetidamente sobre infracciones a Google, solo para que esos informes sean ignorados. Google ha seguido anunciando obras infractoras mientras restringe simultáneamente los anuncios de obras educativas auténticas, apoyando la piratería en lugar de la legitimidad. La conducta de Google viola la Ley de Derechos de Autor, la Ley Lanham y la Ley de Negocios Generales de Nueva York, causando un daño incalculable a los Demandantes. Ahora, ese daño debe ser remediado.

Párrafos 3-6:

  1. Los Editores han estado enviando avisos de infracción al agente designado por Google para recibir dichos avisos. Cada aviso identifica cientos o miles de anuncios específicos de Google para obras infractoras, incluidos los URL de los anuncios, las obras con derechos de autor infringidos y los sitios web piratas a los que los anuncios contienen enlaces directos. Los Editores envían estos avisos a Google para que Google pueda tomar medidas para detener la piratería. Las respuestas de Google a estos avisos han sido un desastre de fallos. Google ha fallado en eliminar miles de anuncios de obras infractoras de manera oportuna, o en absoluto, y ha continuado haciendo negocios con piratas conocidos. Google incluso ha amenazado con dejar de revisar todos los avisos de los Editores por hasta seis meses simplemente porque los Editores volvieron a enviar apropiadamente avisos para obras infractoras que Google no actuó anteriormente.
  2. Legalmente, cuando Google recibe los avisos de los Editores y se da cuenta específicamente de que está anunciando y dirigiendo a los usuarios de Google a sitios web infractores, Google tiene la obligación de hacer algo al respecto. Continuar anunciando y obteniendo ganancias de actividades infractoras conocidas y continuar haciendo negocios con infractores reincidentes viola la ley.
  3. Públicamente, Google afirma que quiere proteger la propiedad intelectual, jactándose de ser «un líder en la erradicación y expulsión de sitios fraudulentos» de sus servicios publicitarios. Pero las acciones de Google no coinciden con sus palabras. No solo Google no ha «erradicado y expulsado» de manera independiente a los piratas reincidentes, sino que ha ignorado los avisos de infracción que identifican claramente estos «sitios fraudulentos.» Los Demandantes han intentado repetidamente discutir estos problemas con Google, pero Google se niega a tomar medidas básicas para resolverlos. Así, a pesar de los esfuerzos de los Demandantes, el sitio de Google sigue plagado de anuncios de obras infractoras.

Párrafos 7-10:

  1. Para empeorar las cosas, al usar imágenes no autorizadas de los libros de texto de los Editores, que a menudo contienen marcas registradas, Google engaña a los consumidores haciéndoles creer que están obteniendo un producto legítimo a un precio de ganga, cuando en realidad están comprando un producto ilícito. Por lo tanto, además de sus violaciones de derechos de autor, las prácticas publicitarias de Google violan la Ley Lanham.
  2. Además, Google se niega a permitir que vendedores legítimos como los Editores anuncien libros digitales independientes en la plataforma de compras de Google, pero permite tales anuncios de vendedores piratas. Como resultado, el mercado de libros de texto está al revés, ya que el mayor negocio de publicidad en línea del mundo anuncia ebooks para piratas pero rechaza anuncios de ebooks para vendedores legítimos. Las prácticas de Google dañan a los consumidores, que son dirigidos a productos ilegales e inferiores. Las prácticas de Google también dañan a los Editores, cuyas ventas disminuyen, mientras que las ventas de los piratas aumentan. Esta práctica comercial engañosa viola la ley de Nueva York.
  3. Sin la intervención del tribunal, Google continuará infringiendo deliberadamente los derechos de autor de los Editores y las marcas registradas de los Demandantes de Marcas Registradas y violando la ley de Nueva York. Para abordar y remediar la persistente y dañina conducta de Google, los Demandantes presentan esta acción.

Sci-Hub presenta una paradoja para la publicación en acceso abierto

Hall, Gary. «Sci-Hub Presents a Paradox for Open Access Publishing». Impact of Social Sciences (blog), 25 de octubre de 2023. https://blogs.lse.ac.uk/impactofsocialsciences/2023/10/25/sci-hub-presents-a-paradox-for-open-access-publishing/.

Sci-Hub se ha convertido en una puerta de acceso ampliamente utilizada pero no autorizada a la literatura científica. Abdelghani Maddi explora su relación compleja con la publicación de acceso abierto genuino. Si bien los investigadores y los financiadores de la investigación están de acuerdo en la importancia de compartir el conocimiento científico, los métodos para organizar y difundir este conocimiento siguen siendo objeto de controversia.

El sistema actual, dominado por unos pocos editores y basado en modelos de suscripción, restringe el acceso a la investigación detrás de muros de pago. Algunos proponen que las bibliotecas piratas como Sci-Hub pueden perturbar y transformar este sistema. Sin embargo, una investigación reciente revela que la amplia disponibilidad de publicaciones no de acceso abierto (no OA) en Sci-Hub puede afectar negativamente la Ventaja de Citación de Acceso Abierto, especialmente para revistas completamente de acceso abierto.

El estudio analizó el impacto de Sci-Hub en las prácticas de citación de los autores y la Ventaja de Citación de Acceso Abierto. Comparó el impacto de citación de más de 2,4 millones de publicaciones en revistas de acceso abierto con el de un grupo de control de más de 10,3 millones de publicaciones no OA. También examinó las publicaciones de acceso abierto en revistas híbridas en comparación con un grupo de control de más de 11,5 millones de publicaciones no OA, distinguiendo entre aquellas accesibles a través de Sci-Hub y las que no lo eran. Los hallazgos mostraron que Sci-Hub indexa la mayoría de las publicaciones científicas (más del 75% de las publicaciones no OA en 2020), lo que conlleva una disminución significativa en la Ventaja de Citación de Acceso Abierto, especialmente para las revistas completamente de acceso abierto. Esto sugiere que Sci-Hub influye sutilmente en las prácticas de citación de los investigadores.

El impacto de Sci-Hub se extiende a las políticas de acceso abierto y al avance de las revistas de acceso abierto. Los defensores del acceso abierto buscan valorar la producción de OA independientemente de la plataforma, con iniciativas como  COARA. Sin embargo, estas políticas pueden pasar por alto la importancia de la reputación de los investigadores, el capital simbólico y sus recursos económicos derivados de la publicación en revistas no OA de prestigio. Por ejemplo, a pesar de que Alemania cortó lazos con el principal editor Elsevier, los investigadores, especialmente los hombres, continuaron publicando en revistas de Elsevier, sin verse afectados por la cancelación de la suscripción.

Sorprendentemente, Sci-Hub, aunque aparentemente apoya el acceso abierto, en realidad perpetúa el sistema de publicación tradicional. Hace que la literatura científica sea universalmente accesible, lo que reduce la eficacia de las restricciones de acceso y la cancelación de suscripciones. Por lo tanto, incluso si las reformas de la evaluación de la investigación favorecen el acceso abierto, la existencia de Sci-Hub puede llevar a los investigadores a seguir enviando y citando artículos de revistas con un capital simbólico significativo.

Además, la proliferación de Sci-Hub complica la promoción de las revistas de acceso abierto, ya que socava uno de los principales incentivos para que los autores elijan plataformas de acceso abierto: una mayor visibilidad y potencial de citación. En esencia, la capacidad de Sci-Hub para eludir los muros de pago puede reducir la motivación de los autores para optar por el acceso abierto cuando su contenido se vuelve accesible de forma gratuita a través de otros medios.

Para resolver estos problemas, la comunidad científica, los editores y los responsables de políticas deben encontrar un terreno común, similar a la «“Battle of the sexes”» en la teoría de juegos. La coordinación entre estas partes interesadas puede generar beneficios más significativos que el desacuerdo. Iniciativas lideradas por investigadores establecidos, como la creación de revistas de acceso abierto de bajo costo y revistas de acceso abierto Diamond, marcan el camino a seguir y sugieren un futuro más equitativo y sostenible para la publicación académica.

Este análisis se basa en el artículo coescrito titulado «On the culture of open access: the Sci-hub paradox,«, publicado en Scientometrics.

Mejorar el acceso y la distribución de contenidos académicos desde las bibliotecas universitarias

Aaron Tay. «Improving Access to and Delivery of Academic Content from Libraries» Library Technology Reports vol. 58, no. 6 (agosto/septiembre de 2022)

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Aunque las bibliotecas universitarias se han centrado tradicionalmente en el descubrimiento, ayudar a los usuarios a acceder sin problemas a los recursos disponibles tras un muro de pago se está convirtiendo en algo igualmente importante. La aparición de Sci-Hub en la escena pública no sólo ha provocado un aumento de la piratería académica, sino también el descubrimiento de que los usuarios académicos utilizaban Sci-Hub por la comodidad de no tener que autenticarse. Esta y otras razones han llevado a sospechar que es necesario mejorar y agilizar los procesos para que los usuarios se autentiquen y accedan a los recursos disponibles tras los muros de pago.

Si bien las soluciones tradicionales son la autenticación IP y el acceso federado, ahora disponemos de una serie de posibles alternativas o mejoras. Entre ellas se encuentran iniciativas como SeamlessAccess y GetFTR, así como la aparición de nuevas herramientas de terceros conocidas como extensiones de navegador access broker, como Lean Library y LibKey Nomad.

Google también ha estado trabajando en una solución denominada Campus Activated Subscriber Access (CASA), mientras que el aumento de las asociaciones de sindicación de contenidos entre editores como Springer Nature y ResearchGate ofrece la posibilidad de autenticación mediante perfiles de investigador.

Este número de Library Technology Reports, «Improving Access to and Delivery of Academic Content from Libraries», guiará al bibliotecario no técnico interesado a través de la comprensión de los fundamentos necesarios para planificar estos nuevos desarrollos.

Library Genesis demandada por cuatro importantes editoriales estadounidenses por presunta infracción de derechos de autor

Library Genesis, también conocida como Libgen, es una importante «biblioteca en la sombra», con bases de datos en línea que proporcionan acceso a millones de libros y artículos publicados en papel, difíciles de obtener y de pago.

Las editoriales Cengage, Macmillan Learning, McGraw Hill y Pearson Education presentaron una demanda por infracción de derechos de autor contra Library Genesis. Aunque se sospecha que el sitio tiene su sede en el extranjero, no se pudo determinar con precisión su ubicación. Argumentando niveles de infracción «asombrosos», estas empresas buscan una compensación por daños y perjuicios, así como una orden judicial que les permita tomar el control de los dominios del sitio «Libgen» o desactivarlos. Los intentos previos de identificar a los responsables de Libgen fracasaron.

En 2015, Libgen y Sci-Hub enfrentaron una demanda similar, pero optaron por ignorar la decisión de cerrar sus operaciones después de ser demandados por la editorial Elsevier en el mismo tribunal. A pesar de una breve desaparición de Libgen, ambos sitios finalmente hicieron caso omiso de la orden judicial.

Library Genesis, fundada en Rusia en 2008, ha añadido aproximadamente 500,000 libros, principalmente libros de texto científicos en su idioma local. Además, se informó que la «biblioteca en la sombra» agregó unos 500,000 libros, en su mayoría en inglés, a su dominio Library.nu. Se dice que los archivos de Libgen aumentaron significativamente después de que Alexandra Elbakyan, fundadora de Sci-Hub, contribuyera con contenido.

La demanda alega que la colección de Libgen de obras infractoras ahora consta de más de seis millones de archivos, de los cuales 20,000 fueron publicados por las editoriales demandantes. Estos 20,000 archivos se distribuyeron sin la autorización adecuada, ya que los demandantes publican anualmente decenas de miles de trabajos académicos.

De la piratería editorial a la edición depredadora: un viaje por la historia de la imprenta y la ética de la comunicación científica

Morriello, Rossana. Dalla pirateria dei libri all’editoria predatoria: Un percorso tra storia della stampa ed etica della comunicazione scientifica, Milano: Ledizioni, 2023.

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El libro rastrea y describe prácticas perniciosas en la comunicación académica que socavan su credibilidad en la actualidad, pero también echa la vista atrás para poner de relieve las líneas de continuidad con lo sucedido en siglos pasados. El entrelazamiento de la historia de la prensa, las tensiones de la piratería de libros y el debate sobre la libertad intelectual, que condujo al nacimiento de la primera ley de derechos de autor y enardeció la Ilustración, vuelve a ser crucial en nuestros días, perfilándose como un probable estado de transición hacia un nuevo paradigma.

Aumenta la piratería de artículos académicos Japón

Mainichi Daily News. «Scholarly Paper Pirating Spikes in Japan, but Critics Slam Journals’ “double-Take” Fees». 6 de junio de 2023. https://mainichi.jp/english/articles/20230606/p2a/00m/0na/016000c.

Las descargas gratuitas ilícitas de artículos académicos se están disparando en Japón, alcanzando los 7,2 millones en 2022, según ha revelado una investigación del Mainichi Shimbun. Y aunque el aumento pone en duda la ética de los académicos implicados, también se cree que la tendencia está alimentada por el incesante aumento de las tarifas de suscripción a las revistas académicas.

El sitio que permite descargar artículos de pago es «Sci-Hub», fue creado en 2011.y permite saltarse esas barreras de pago utilizando credenciales de acceso proporcionadas por personas de universidades que están suscritas a las revistas. En junio de este año, Sci-Hub ofrecía acceso libre y gratuito a más de 88 millones de artículos. Las actividades del sitio infringen los derechos de autor de las revistas, y algunos editores han presentado demandas por daños y perjuicios en el extranjero.

Según una investigación de Mainichi, China registró el mayor número de descargas, con unos 467,41 millones en 2022, seguida de Estados Unidos, Rusia, Brasil e India. Japón, con unos 7,2 millones de descargas, ocupa el puesto 14. Según una investigación realizada por un equipo de la Universidad de Ryukyus y otros académicos, en 2017 se produjeron alrededor de 1,27 millones de descargas ilícitas en Japón, es decir, solo una quinta parte de las que se producirán en 2022.

Los observadores creen que el aumento del coste del acceso de los suscriptores a los trabajos de investigación puede estar detrás de este repunte. Según el Ministerio de Educación japonés y otras organizaciones, las cuotas de suscripción pagadas por las universidades nacionales, públicas y privadas de Japón en 2021 ascendieron a unos 32.900 millones de yenes (unos 235,9 millones de dólares) sólo por las revistas en línea, más de cinco veces la cifra de 2004. Y esto ocurre al mismo tiempo que el gobierno japonés ha recortado las subvenciones a los gastos de funcionamiento de las universidades.

El modelo de publicación de revistas consistente en cobrar las cuotas de suscripción a las universidades y hacer que los investigadores paguen las tasas de publicación ha sido criticado como un «doble juego». Los editores, sin embargo, alegan que necesitan los ingresos para hacer frente al fuerte aumento del número de artículos presentados, que rondará los 1,9 millones sólo en ciencias naturales en 2020, lo que supone casi quintuplicar la cifra de 1981, cuando se empezó a hacer un seguimiento de esta estadística.