
EveryLibrary. “What Brings Gen Z to the Library.” EveryLibrary Action. https://action.everylibrary.org/what_brings_gen_z_to_the_library.
La Generación Z, a pesar de haber crecido rodeada de tecnología y acceso inmediato a la información, mantiene un vínculo fuerte con las bibliotecas. Lejos de ser espacios obsoletos, las bibliotecas representan para estos jóvenes lugares de apoyo académico, conexión social, acceso a recursos y bienestar emocional.
El texto explora las motivaciones que llevan a los jóvenes de la Generación Z (nacidos entre 1997 y 2012) a acudir a las bibliotecas, a pesar de su condición de “nativos digitales”. A través de datos recientes, se destaca que una parte significativa de esta generación sigue utilizando tanto los espacios físicos como los recursos digitales de las bibliotecas: un 54 % ha visitado bibliotecas en los últimos doce meses, mientras que otros recurren a servicios digitales cuando no pueden acudir presencialmente.
El informe destaca que más de la mitad de los miembros de esta generación ha visitado una biblioteca en el último año, lo que demuestra que el espacio físico continúa siendo relevante incluso en un contexto hiperconectado. Para quienes no pueden acudir presencialmente, las bibliotecas digitales y sus servicios online siguen siendo un complemento fundamental, permitiendo a los jóvenes acceder a contenidos sin restricciones de lugar ni horario.
Uno de los grandes atractivos para la Generación Z son los recursos digitales y tecnológicos. Los audiolibros, ebooks y plataformas de préstamo digital encajan perfectamente con sus hábitos de consumo de información, donde la movilidad, la inmediatez y el acceso multiplataforma son esenciales. Sin embargo, paradójicamente, esta misma generación muestra un fuerte apego por los libros impresos. La experiencia táctil, el placer de navegar entre estanterías y la sensación de conexión con lo físico siguen siendo un componente emocional importante. Diversos estudios citados indican que estos jóvenes compran una media de dos libros en papel al mes, lo que desmonta la idea de que lo digital ha sustituido por completo al formato tradicional.
Las bibliotecas también funcionan como un soporte académico clave. La Generación Z recurre a ellas en busca de ayuda para tareas, proyectos de investigación y orientación informativa. Los servicios de referencia, las sesiones de tutoría y los talleres facilitan la adquisición de habilidades académicas y digitales que no siempre se desarrollan plenamente en el aula. Este acompañamiento personalizado refuerza la impresión de que la biblioteca es un recurso confiable, gratuito y accesible.
A su vez, las bibliotecas funcionan como lugares de conexión social y construcción de comunidad. Los jóvenes valoran enormemente los espacios compartidos: salas de trabajo en grupo, zonas de descanso, áreas creativas y espacios donde socializar sin sentir presión de consumo, como ocurre en cafeterías o centros comerciales. El wifi gratuito, los equipos tecnológicos y los dispositivos prestables aumentan la utilidad del espacio, pero lo que más aprecian es la flexibilidad: pueden estudiar, hablar, colaborar y relajarse en un mismo lugar. Esta multifuncionalidad responde a su forma de trabajar, en la que combinan tareas académicas con momentos de desconexión y conversación.
Otro aspecto fundamental es la búsqueda de espacios de estudio flexibles. La Generación Z valora tanto el silencio para concentrarse como los entornos dinámicos para trabajar en grupo. Prefieren asientos cómodos, iluminación adecuada, zonas donde “anidar” —crear pequeños refugios personales con mantas, bebidas o dispositivos— y espacios que se adapten a su manera fluida de aprender. Esta tendencia, denominada “blending”, combina estudio, ocio y actividad social en un mismo escenario, convirtiendo la biblioteca en un entorno ideal para su estilo de vida híbrido.
Finalmente, las bibliotecas se han convertido en lugares de descanso mental para una generación que vive saturada de pantallas y estímulos digitales. Muchos jóvenes acuden para desconectarse, reducir la sobrecarga tecnológica y disfrutar de un espacio tranquilo donde no se espera que respondan a notificaciones o multitareas constantes. Este componente de bienestar y autocuidado es clave para entender por qué la biblioteca sigue siendo un refugio necesario en sus rutinas.
En conjunto, el informe subraya que las bibliotecas deben seguir evolucionando para responder a estas necesidades: espacios acogedores, servicios híbridos, políticas inclusivas y una comprensión profunda de los valores de la Generación Z —diversidad, creatividad, pertenencia y flexibilidad—. Solo así podrán seguir siendo lugares relevantes, acogedores y esenciales para las nuevas generaciones.






