El proyecto de Acceso en Línea se concibió durante el inicio de la pandemia en un esfuerzo por aumentar la accesibilidad de las publicaciones de la galería de arte incluso cuando sus puertas estaban cerradas. Ha supuesto dos años de carga electrónica de cada uno de los catálogos de exposiciones anteriores de la galería y su acompañamiento con texto alternativo para garantizar una experiencia inmersiva a todos sus usuarios potenciales.
Entre las publicaciones actualmente digitalizadas, los visitantes pueden encontrar desde catálogos de las antiguas colecciones de bronce de Yale hasta la exposición de fotografía de naturaleza de Alfred Stieglitz en 1999 en la Universidad. Según Sprague, algunos de los más destacados son el catálogo de la exposición «Redoubt» de Matthew Barney en 2019, que se agotó rápidamente, y un volumen de 2010 del programa de exposiciones comisariado por estudiantes, «Embodied: Black Identities in American Art from the Yale University Art Gallery».
Las huellas y los objetos dejados por los lectores y los propietarios pueden ayudar a contar la historia de una persona y proporcionar un trasfondo en el que no se piensa inicialmente cuando se encuentran libros antiguos.
La exposición más reciente de las Bibliotecas de la Universidad de Ohio ya está expuesta y lista para que los visitantes la disfruten en la cuarta planta de la Biblioteca Alden. “Meetings in the Margins: Encounters with Readers and Owners in Rare Books”, se ha montado para mostrar artículos selectos de la colección de libros raros del Mahn Center for Archives and Special Collections y estará hasta mayo con una exposición digital también disponible. Materiales como notas manuscritas, recuerdos como flores prensadas y separadores de libros son sólo algunos de los objetos que podrán ver los visitantes.
Entre ellos una página manuscrita (foto de abajo), anotada y marcada, de los «Decretales», escritos originalmente por el Papa Gregorio IX en el siglo XIV. Obsérvense las múltiples manos dibujadas a mano que señalan diferentes secciones del texto.
«En algunos casos, lo que encontramos nos proporciona suficiente información para reconstruir la historia de la relación entre el libro y la persona que lo dejó», escribe Miriam Intrator, bibliotecaria de colecciones especiales, comisaria de la exposición en el texto descriptivo que acompaña a la exposición: «¿Tenían un significado concreto o sólo servía como práctico marcapáginas?».
Los diversos objetos que se encuentran prensados entre las páginas permiten conversar sobre lo que la gente deja olvidado en los libros y dan al espectador la oportunidad de reflexionar sobre cómo interactúa con los libros y otros objetos de su vida. En la exposición, Intrator plantea preguntas que invitan a la reflexión sobre los objetos que que dejaron las personas
«¿Cómo dejamos nuestra huella?» escribió Intrator. «¿Qué queremos que nuestros descendientes o futuros investigadores o curiosos sepan de nosotros?».
La Biblioteca General Histórica muestra sus fondos bibliográficos sobre Egipto en esta muestra que se enmarca dentro de la «Semana de la Ciencia 2022» en la Universidad de Salamanca. Los estudios egipcios en 2022 están de celebración. Por un lado, en 1922 se anunció el redescubrimiento de la tumba del joven faraón Tutankamón por parte del equipo liderado por H. Carter. Por otro, y muchísimo más relevante, hace doscientos años Champollion publicó su célebre Lettre à M. Dacier relative à l’alphabet des hiéroglyphes phonétiques, que supone el primer paso en firme del desciframiento de todo el sistema de escritura jeroglífica y, con ello, se inaugura la egiptología moderna tal y como la conocemos hoy en día. Por ello, hemos charlado con Oscar Lilao Franca, uno de loso comisarios junto a Diego Corral Varela y Susana González Marín de la exposición de fondos bibliográficos «Una tierra en rojo y negro. Egipto en la Biblioteca Histórica de la USAL» sobre como surge la idea de esta exposición, la fascinación popular por la cultura egipcia, la importancia de los fondos sobre Egipto en la Biblioteca Historia. Las visitas culturales y educativas y alguno de las piezas más destacadas de la exposición.
El oro se ha asociado durante mucho tiempo con la realeza, el lujo, el prestigio y la extravagancia. Ocupa un lugar especial en las tradiciones manuscritas de todo el mundo, ya sea en inscripciones, pinturas iluminadas, escritura dorada o cubiertas de libros doradas.
Belleza deslumbrante, resistencia sorprendente. El oro ha tenido durante mucho tiempo el poder de encender sentimientos de asombro y maravilla en todas las culturas.
Viaje por todo el mundo para conocer cómo el oro elevó el arte en manuscritos y libros. Vea desde Coranes escritos en oro hasta tratados diplomáticos inscritos en placas de oro fundidas en el espacio de exposición más pequeño.
Descubra las magistrales técnicas utilizadas para manejar un metal tan precioso. Hay evangelios de la época de Carlomagno, cartas del rey Jaime II y decretos del emperador mogol Shah ‘Alam II. Los retratos de Constantinopla y las ilustraciones de El Haggadeh de Oro se colocan sobre fondos de pan de oro.
Cada trazo del pincel construye la conexión – capa a capa – entre el oro, lo sagrado y lo real. Examine objetos con cientos de años de antigüedad. Desvele las historias iluminadas por el oro.
Con 50 piezas extraordinarias en 17 idiomas y procedentes de diferentes partes del mundo, la exposición sobre el oro explora cómo este metal precioso transformó el arte en los manuscritos y los libros.
Una pieza que no debes perderte es el Queen Mary Psalter. Se trata de uno de los manuscritos bíblicos más ilustrados de la historia y contiene más de 1.000 imágenes. El manuscrito es un magnífico despliegue de intrincadas ilustraciones en oro, ciertamente digno de su dueña, la reina María I. De manera extraordinaria, todas las ilustraciones del Salterio fueron realizadas por la misma persona, un artista que ahora es conocido como el «Maestro de la Reina María» por este libro.
El salterio fue creado en Inglaterra, probablemente en Londres o Anglia Oriental, entre 1310 y 1320. No sabemos para quién se creó originalmente, ya que no hay inscripciones de propiedad contemporáneas ni otras pistas, como escudos de armas, que permitan identificar al mecenas original. Sin embargo, la magnitud y la calidad de sus ilustraciones son ciertamente lo suficientemente grandes como para haber sido para un propietario real o aristocrático. El manuscrito perteneció posteriormente a la reina María I (r. 1553-58), de quien toma su nombre. Se lo regaló en 1553 un funcionario de aduanas, Baldwin Smith, que había impedido su exportación desde Inglaterra.
La transformación tecnológica y la innovación tienen que reflejar la universalidad de la cultura y el arte, y hacer que este tipo de instituciones sean más accesibles a los ciudadanos del mundo actual.
Para ello, se requieren herramientas tecnológicas que permitan la democratización de la información y el arte, integrando a la ciudadanía, y dotando a las soluciones de mayor usabilidad, adaptación a la diversidad funcional y personalización de la experiencia.
Existe la idea errónea de que los bibliotecarios como profesión son conservadores. No políticamente conservadores, sino literalmente conservadores, es decir, dados a conservar las cosas viejas. En realidad, nada podría estar más lejos de la verdad: a menudo estamos a la vanguardia en el uso de las nuevas tecnologías y siempre buscamos la forma más eficiente y actualizada de ayudar a nuestros usuarios.
Tubos de suministro neumáticos
La Biblioteca Thomas J. Watson, acaba de inaugurar el The Museum of Obsolete Library Science. La idea del proyecto se inició cuando tres bibliotecarios empezaron a trabajar en Watson Library allá por el año 2003, todavía quedaban restos del viejo mundo. Impresoras matriciales de puntos, interfaces de pantalla verde del OPAC del primer Sistema integrado de biblioteca (ILS), ficheros de tarjetas… A medida que las bibliotecas continuaron modernizándose, muchos de los objetos fueron siendo descartados porque ya no eran útiles. Afortunadamente, los ex bibliotecarios de Watson John Lindaman, Erika Hauser y Dan Lipcan decidieron que deberían preservar algo de esta cultura material, y nació el The Museum of Obsolete Library Science (MOLISCI).
Sellos
El museo reúne muchos de estos objetos que un día fueron la vanguardia de los servicios bibliotecarios y que integran desde los antiguos catálogos de fichas de la biblioteca, tampones de sellos, terminales tontos y teclados del primer OPAC, manuales, cartuchos de datos para hacer copia de seguridad, libros de registro y otros más.
teclado del primer OPAC
A medida que nuestra profesión se mueve cada vez más en línea, tenemos menos reliquias físicas extrañas del pasado que nos recuerdan como trabajábamos en el pasado. Incluso es posible que la gente no recuerde bien para qué solían ser utilizadas. Ese es el objetivo de este museo.
Presentación de la la exposición “Unamuno y Béjar”, que se puede visitar en El Centro Municipal de Cultura San Francisco de esta ciudad salmantina en la que se muestran las relaciones del escritor con la ciudad y sus gentes. Para ello nos ha visitado el comisario de la exposición José Antonio Sánchez Paso, que nos ha hablado de la ciudad y su entorno a principios del siglo XX, de la relación de Miguel de Unamuno con el municipio, y como estas vivencias quedan plasmadas en la obra del autor. También nos comentó, un hecho casi desconocido, como es D. Miguel quien impulsa la primera biblioteca obrara de Béjar. Además de otros alicientes que pueden ser de interés para acercarse a este municipio ver la exposición y pasear por las mismas rutas que hizo el escritor vizcaíno.
EXPOSICIÓN UNAMUNO Y BÉJAR Hasta el 12 de abril 2020 en Béjar
Con José Antonio Sánchez Paso. Comisario de la exposición
Con motivo de la exposición «Historias Naturales. Un proyecto de Miguel Ángel Blanco» (19 de noviembre de 2013 – 27 de abril de 2014), el artista comenta su proyecto La biblioteca del bosque y la obra Paisaje con ferrerías, de Lucas van Valckenborch
Historias Naturales. Un proyecto de Miguel Ángel Blanco plantea veintidós intervenciones en las salas del Museo que consisten en la instalación de alrededor de 150 piezas de historia natural, procedentes en su mayoría del Museo Nacional de Ciencias Naturales -minerales, animales naturalizados y en etanol, fósiles, esqueletos, e insectos- junto a veinticinco obras de la colección del Museo, que entrañan una estrecha relación con las mismas pero también con el propio edificio y con el entorno urbano del Paseo del Prado.
La Biblioteca es un proyecto escultórico y vital, obra abierta a la amplitud de la naturaleza realizada con la lentitud y constancia con la que crece el árbol. Cada libro es una simbiosis entre el ángulo recto y la forma biológica. Comparto con el arte oriental el deseo de alcanzar una composición orgánica, en la cual lo lleno encarna la sustancia y el vacío garantiza la circulación de los soplos vitales. Uniendo así lo finito a lo infinito, como la propia creación. Tal vez, el fin de la obra sea entender el lenguaje secreto del cosmos, crear un gran misterio partiendo de una hebra de helecho o una gota de resina. Ser eco de lo efímero. Lograr la correspondencia con el universo y que el universo responda.
El libro, instrumento por excelencia de transmisión de conocimientos, no está compuesto, en mi caso, de palabras. Es otro el lenguaje el que habla. Es el fragmento de naturaleza capaz de comunicar todo un mundo al que las palabras sólo pueden aproximarse. Invocaciones silenciosas. Todos los componentes de mis libros proceden de los reinos de la naturaleza, incluso la madera de las cajas y los distintos papeles -transformación sutil del corazón leñoso- de las páginas sobre las que dibujo. Los libros tienen, de hecho, una gran relación con el árbol, incluso terminológicamente, pues liber es también la parte viva de la corteza de éste. Las palabras, libro, liber, byblos, biblia, son sinónimos, y designan en botánica la piel del árbol, la corteza de la madera, el habitus, el revestimiento.
Cuando ejecuto un libro sigo un ritual. Para lograr una obra verdaderamente pletórica de la energía que percibo y que pretendo transmitir, es fundamental no salir en ningún momento de ese estado de concentración. La montaña interviene en la creación, a través de algún elemento del paisaje: el momento en el que, en mis recorridos atentos, se produce la visión. Pero también participa en otro sentido: me proporciona los materiales que incluiré en la caja o que me servirán para hacer los dibujos de las páginas. Por ello, la naturaleza generosa, de la que dependo, ha de ser propiciada con gestos de agradecimiento que piden además su protección. Así ha ocurrido siempre, y de esos gestos de propiciación nació el arte.
La caja es un pequeño santuario recóndito, un sancta sanctorum. Sellada con vidrio, hermética, para mantener sus contenidos, es arca, esenciario, relicario y crisol todo a un tiempo. Musgos, líquenes, cortezas, acículas, piñas, pólenes, zarzas, hongos, cera, raíces, tierras, minerales o resinas son algunos de los materiales que he recolectado. Materiales que liberan imágenes ocultas o latentes. Dentro de una pequeña caja pueden abrirse abismos insondables, vislumbrarse lagos profundos, espacios infinitos, tormentas, arroyos, fuegos… y hasta, a través de una gota de resina, la formación del Universo. Micropaisajes. El libro caja es la memoria de lo inmemorial. Pero nunca podremos abarcar la infinitud de la dimensión íntima.
El acontecimiento que se recoge o se recuerda en la caja es introducido por las páginas que la preceden. El sucederse de las páginas es asimilable al movimiento del alma al caminar, relación que otorga al libro un carácter dinámico. La elección del papel es muy importante, pues su textura y su color están ya hablando antes de convertirse en dibujos. Que el papel se adapte al material. He utilizado una gran cantidad de variedades de papel: desde el humilde de estraza al suntuoso de pergamino, pasando por el vegetal, los japoneses de kozo, los nepalíes de corteza de lokhte, los de caña de azúcar de la India, los tailandeses de fibra de morera y otros muchos. Las técnicas puestas en juego para la realización de los dibujos son también muy variadas: las aspersiones de tinta, las huellas positivas o negativas de materiales utilizados en la caja, las líneas de fuego, las marcas hídricas o distintas técnicas de grabado.
Una vez sellada la caja, procedo a encuadernar el libro y a realizar un estuche de madera para él. Es importante para mí el ejecutar yo mismo cada una de estas operaciones, lo que me proporciona una independencia creadora total y evita cualquier contaminación externa. Finalmente, el libro pasa a integrarse en mi gran escultura, la Biblioteca del Bosque, que concibo como una obra en proceso de crecimiento continuo. La Biblioteca es un pinar donde la escala variable de los árboles queda reflejada en los distintos formatos de los libros.
A pesar de que algunos libros han abandonado la Biblioteca, ésta tiene vocación de unidad y de permanencia. Es seguramente aún pronto para pensar en su destino, pero sí tengo claro que no debe desmembrarse, y que en el futuro debe reunirse en un pequeño museo que tendría que ubicarse en el medio natural. Un museo para paseantes, con arquitectura integrada en el paisaje, a través del cual se profundizara en el conocimiento y la sensibilidad hacia el entorno. (Texto de la biblioteca del bosque)
Directrices de préstamo de obras de la biblioteca para exposiciones 2018. Madrid: Secretaría General Técnica. Centro de Publicaciones. Ministerio de Cultura y Deporte, 2018
En este documento se especifican las autorizaciones y requisitos necesarios para el montaje de exposiciones realizados por el Grupo de Trabajo de Valoración del Patrimonio Bibliográfico. Se trata de una revisión de las anteriores Normas de préstamos de obras de la biblioteca para exposiciones.
Documento elaborado por el Grupo de Trabajo Estratégico de Valoración del Patrimonio
Bibliográfico, creado por el Consejo de Cooperación Bibliotecaria, en el marco del II Plan
Estratégico 2016‐2018.
Nos han visitado Óscar Lilao, Diego, Diego Corral Varela y Susana González, comisarios de la exposición «Las llaves del conocimiento. Gramáticas y diccionarios de las lenguas antiguas en la Universidad de Salamanca«, que se podrá visitarse hasta el próximo 21 de julio en el Aula Alfonso X El Sabio del Edificio de las Escuelas Mayores de la Universidad de Salamanca. Esta exposición bibliográfica ofrece una selección muy escueta de gramáticas y diccionarios pertenecientes a los fondos de la Biblioteca General Histórica de la Universidad de Salamanca. Estos libros fueron instrumentos fundamentales para el aprendizaje de las lenguas clásicas y orientales entre el final de la Edad Media y el surgimiento y desarrollo del Humanismo. Una muestra de 29 obras físicas y 49 virtuales, en las lenguas clásicas y orientales que confluyeron en el Estudio salmantino.