
Koops, W. R. H. and J. Wieder (1977). [e-Book] IFLA’s First Fifty Years. Achievement and challenge in international librarianship. Berlin/Munich:, De Gruyter, 1977
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Después de medio siglo de existencia, una organización internacional -ahora de gran envergadura- tiene una historia que contar, y cuando este espacio de tiempo ha estado marcado por la guerra y la destrucción, así como por el progreso y el florecimiento inconcebibles de la cultura literaria y, por lo tanto, de las bibliotecas, entonces la historia de una organización internacional de bibliotecas es apasionante.

59º Consejo y Conferencia General de la IFLA, que se celebrará del 22 al 28 de agosto de 1993 en Barcelona. Foto EPI, con Xavier Agenjo
Es cierto que los bibliotecarios no son de los que toman decisiones políticas cruciales sobre las relaciones mutuas en la sociedad, ni influyen decisivamente en el desarrollo de las condiciones económicas. Pero somos parte de la hermandad humanista, que se da cuenta de que el mar no se puede domar, pero trata de limpiar y regular los arroyos más pequeños, proporcionando así mejores condiciones para el crecimiento y el desarrollo.
Los motivos de quienes apoyaron la creación de la IFLA fueron precisamente la transparencia y la regulación de las relaciones que se habían enraizado durante una guerra mundial, en particular las relaciones europeas entre bibliotecas y bibliotecarios. Además de la recreación de los vínculos clásicos entre los centros de aprendizaje en el mundo occidental, su objetivo era también la apertura de líneas internacionales de comunicación más amplias. Después de la destrucción de la Segunda Guerra Mundial, los sobrevivientes continuaron y expandieron nuestra organización, con fe y determinación.
Es justo y apropiado que la historia de la organización se escriba en su semicentenario. La evidencia personal de algunos de los bibliotecarios que han tomado la iniciativa en el desarrollo de la actual IFLA es una inspiración para todos nosotros. Pero además del relato de la historia, esta publicación apunta a una evaluación, crítica y asesoramiento contemporáneo sobre nuestro futuro. Es por eso que hemos pedido a varias personalidades eminentes que contribuyan, no con sus felicitaciones convencionales y comprensivas, sino con sus opiniones y perspectivas para nuestras actividades en los años venideros.
En 1976 el Consejo General adoptó por unanimidad una estructura completamente nueva para el trabajo y la coherencia interna de la organización. Cambiamos su nombre por el de «Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas» añadiendo «e Instituciones», porque la IFLA se ha convertido en algo que va más allá del círculo exclusivo original de las asociaciones de bibliotecas europeas y americanas, y mucho más relacionado con el trabajo diario en la multitud de bibliotecas e instituciones relacionadas en todo el mundo.
La nueva estructura es un marco para la cooperación mundial entre todos los tipos de bibliotecas y para todas las funciones, especialidades y aspectos del trabajo bibliotecario. Las diferentes Secciones y Divisiones ofrecen foros para actividades, debates y discusiones que, esperamos, cristalizarán en una base sólida para el progreso de las bibliotecas, así como para el desarrollo profesional de cada bibliotecario.