
Batchelor, Jordan, Charles Max Katz, y Taylor Cox. “Teachers and Librarians Are among Those Least Likely to Die by Suicide − Public Health Researchers Offer Insights on What This Means for Other Professions.” The Conversation, 5 de mayo de 2025. https://theconversation.com/teachers-and-librarians-are-among-those-least-likely-to-die-by-suicide-public-health-researchers-offer-insights-on-what-this-means-for-other-professions-229400
Según un estudio realizado por investigadores de la Universidad Estatal de Arizona, los docentes, profesores y bibliotecarios en EE. UU. presentan tasas significativamente más bajas de suicidio que otros profesionales. En 2021, solo 11 de cada 100.000 hombres en estas profesiones murieron por suicidio, una cifra muy inferior a la de sectores como la construcción (65,6) o el entretenimiento (44,5).
El informe fue realizado por investigadores del Centro para la Prevención de la Violencia y la Seguridad Comunitaria de la Universidad Estatal de Arizona. El estudio analiza los datos del Sistema de Registro de Muertes Violentas de Arizona, patrocinado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
El lugar donde trabajas influye en tu riesgo de morir por suicidio. Por ejemplo, los trabajadores forestales, músicos y empleados de las industrias del petróleo y el gas presentan tasas de suicidio mucho más altas que el resto de la población. También, no todas las poblaciones se ven afectadas por igual. Así, los veteranos militares se suicidan a tasas más altas que los civiles, al igual que los hombres, los adultos mayores y las poblaciones indígenas americanas y nativas de Alaska, entre otros grupos demográficos. En 2022, por ejemplo, la tasa de suicidio entre los hombres fue de 23 por cada 100.000, frente a 5,9 en las mujeres.
La tasa de suicidio en la población en edad laboral también está aumentando. En las últimas dos décadas ha crecido un 33 %, alcanzando en 2021 una tasa de 32 suicidios por cada 100.000 hombres y 8 por cada 100.000 mujeres. Además, los trabajadores de ciertas ocupaciones tienen más riesgo de morir por suicidio que otros.
Las causas son complejas y diversas. Los trabajadores de la construcción, un sector con algunas de las tasas más altas, pueden enfrentar un mayor estigma al buscar ayuda para problemas de salud mental, mientras que personas en otros campos, como las fuerzas del orden, están más expuestas a experiencias traumáticas que afectan su bienestar emocional.
Los educadores, en cambio, presentan un riesgo relativamente bajo de suicidio. Por educadores entendemos a los trabajadores clasificados por la Oficina de Estadísticas Laborales como “instrucción educativa y bibliotecas”, lo que incluye maestros, tutores, profesores, bibliotecarios y ocupaciones similares. A nivel nacional, aproximadamente 11 de cada 100.000 educadores varones murieron por suicidio en 2021, mientras que la cifra para mujeres fue aproximadamente la mitad, según los CDC. En contraste, la tasa para hombres que trabajan en arte, diseño, entretenimiento, deportes y medios fue de 44,5 por cada 100.000, y en el caso de la construcción y extracción fue de 65,6.

Los autores destacan que, aunque los educadores también enfrentan altos niveles de estrés laboral, existen factores protectores que podrían explicar su bajo riesgo: la mayoría son mujeres o personas casadas, tienen un alto nivel educativo, cuentan con redes sociales sólidas en su entorno laboral, y su lugar de trabajo ofrece menos acceso a medios letales. Además, se observa una menor prevalencia de abuso de sustancias entre los educadores fallecidos por suicidio.
Las causas de estas bajas tasas incluyen:
- Alta proporción de mujeres y personas casadas, factores asociados a menor riesgo.
- Mayor nivel educativo y situación socioeconómica más estable.
- Menor acceso en el entorno laboral a medios letales como armas o medicamentos.
- Relaciones sociales significativas con estudiantes y colegas que ayudan a manejar el estrés.
- Menores tasas de consumo de alcohol o drogas en comparación con otras profesiones.
El artículo sugiere que otras profesiones podrían beneficiarse de adoptar estrategias similares: fomentar el apoyo social en el entorno laboral, promover culturas organizacionales positivas, desarrollar habilidades de afrontamiento del estrés y apoyar el equilibrio entre vida personal y profesional. Finalmente, los autores subrayan la importancia de seguir investigando la salud ocupacional, ya que ningún grupo está completamente libre del riesgo de suicidio.








