
Widder, David Gray, Meredith Whittaker, y Sarah Myers West. «Why ‘Open’ AI Systems Are Actually Closed, and Why This Matters». Nature 635, n.o 8040 (noviembre de 2024): 827-33. https://doi.org/10.1038/s41586-024-08141-1.
La «apertura» en IA se define frecuentemente de manera vaga, lo que facilita que compañías multinacionales utilicen esta narrativa para sus propios fines. Algunas empresas argumentan que la IA abierta fomenta la innovación y la democracia, mientras que otras sostienen que representa riesgos de seguridad. Este uso contradictorio del término destaca la necesidad de definirlo con mayor rigor en los debates sobre políticas tecnológicas.
La IA abierta debe cumplir con tres características principales: transparencia, reusabilidad y extensibilidad. La transparencia permite el acceso a modelos y datos, lo que facilita auditorías y supervisión. La reusabilidad promueve la adaptación y mejora de los modelos existentes, mientras que la extensibilidad posibilita la construcción de nuevas aplicaciones sobre sistemas ya desarrollados.
Sin embargo, estas ventajas no son suficientes para resolver el problema central de la concentración de poder. A pesar de estas oportunidades, los recursos clave que impulsan la IA, como datos masivos, talento especializado y capacidad computacional, siguen estando monopolizados por un pequeño grupo de grandes corporaciones tecnológicas. Esto significa que, aunque los sistemas abiertos permiten cierta supervisión y experimentación, no logran democratizar el acceso a las herramientas y beneficios de la IA de manera efectiva.
El análisis de los autores destaca cómo la narrativa de apertura en IA ha sido utilizada para consolidar el poder de los gigantes tecnológicos, en lugar de redistribuirlo. Comparan este fenómeno con la cooptación de proyectos de software libre por parte de grandes empresas en el pasado. En ambos casos, los principios originales de apertura y colaboración se ven desplazados por estrategias que favorecen a las empresas con mayores recursos. En el contexto de la IA, estas dinámicas se agravan debido a la complejidad técnica y los altos costos asociados con el desarrollo y mantenimiento de modelos avanzados.
Los autores subrayan que esta concentración de poder tiene implicaciones profundas para la innovación, la equidad y la transparencia. Mientras unas pocas empresas controlen los datos, las infraestructuras computacionales y el talento necesario para desarrollar IA, será difícil garantizar que los beneficios de estas tecnologías se distribuyan de manera equitativa. Además, la centralización del poder en el sector tecnológico aumenta el riesgo de que estas empresas ejerzan una influencia desproporcionada sobre la formulación de políticas y la dirección futura del desarrollo de la IA.
El artículo también analiza cómo la retórica de la «apertura» se utiliza estratégicamente para legitimar el dominio de las grandes empresas tecnológicas. Al enmarcar sus iniciativas como abiertas y accesibles, estas compañías pueden presentarse como actores benevolentes y progresistas, mientras refuerzan sus propias posiciones de poder. Según los autores, esto permite que las empresas implementen una supervisión superficial y simbólica, sin abordar los problemas estructurales que perpetúan la concentración de recursos y control.
En su conclusión, los autores instan a redefinir el concepto de apertura en IA para hacerlo más significativo y efectivo. Proponen que las políticas relacionadas con la IA deben centrarse no solo en la transparencia, la reusabilidad y la extensibilidad, sino también en abordar las desigualdades estructurales en el acceso a datos, infraestructura y talento. Esto implica crear regulaciones más estrictas para garantizar que los beneficios de la IA no se limiten a un pequeño grupo de actores privilegiados.
Asimismo, el artículo subraya la necesidad de un enfoque más crítico y materialista en el análisis de las políticas de IA. Esto significa examinar las dinámicas de poder subyacentes en el desarrollo y la implementación de estas tecnologías, en lugar de aceptar de manera acrítica las narrativas de apertura promovidas por las grandes empresas.






