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El Reino Unido ante el reto de la alfabetización mediática: un riesgo para la cohesión social y la democracia

House of Lords Communications and Digital Committee. Media Literacy. 3rd Report of Session 2025. HL Paper 163. Londres: House of Lords, 25 julio 2025.

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Con el 71 % de los adultos británicos obteniendo sus noticias en línea y el 52 % a través de redes sociales, las plataformas algorítmicas priorizan contenido en función de la interacción del público, lo que degrada la calidad de la información. Esto ha debilitado la influencia del periodismo institucional y aumentado la fragmentación del panorama mediático, afectando especialmente a los jóvenes.

Casi la mitad de los adultos que usan redes sociales han visto noticias falsas, pero solo el 45 % confía en su habilidad para evaluar la veracidad de las fuentes y apenas el 30 % se siente seguro identificando contenido generado por IA

El insuficiente desarrollo de habilidades de alfabetización mediática puede generar polarización, desinformación, desconfianza institucional, exclusión digital e impactos perjudiciales para la salud mental, el empleo y la cohesión social. Además, se detectó una correlación entre estos déficits y los disturbios ocurridos en el verano de 2024.

El Comité formuló tres áreas clave de intervención:

  • Incorporar la alfabetización mediática en el currículo nacional desde la educación temprana, con formación sistemática de docentes y desarrollo profesional continuo
  • Exigir más a las plataformas digitales, estableciendo estándares mínimos a través de Ofcom, y aplicar un impuesto a las tecnológicas para financiar iniciativas independientes sostenibles
  • Liderazgo político claro, incluyendo el nombramiento de un ministro responsable a nivel de gobierno para coordinar acciones entre departamentos e impulsar campañas de concienciación pública año tras año

Cómo las bibliotecas pueden apoyar la alfabetización mediática

El artículo subraya la importancia crítica de la alfabetización mediática en la sociedad actual. Partiendo de la premisa de que las habilidades para evaluar la información —como aplicar contexto, ser curioso y buscar pruebas de validez— son esenciales para una ciudadanía informada. La autora sostiene que, ante el flujo constante de datos que recibimos a diario, la diferencia entre una ciudadanía bien informada o manipulable dependerá de cómo eduquemos en el uso crítico de los medios.

En este contexto, las bibliotecas, tanto escolares como públicas, se presentan como espacios ideales para promover la alfabetización mediática. Swicker propone que los bibliotecarios incluyan este tipo de enseñanza en los programas educativos o bien ofrezcan talleres específicos para distintas edades. Además, sugiere que las webs de las bibliotecas reserven secciones visibles para recursos de verificación de hechos. Pero más allá de proporcionar herramientas, recalca que el ejemplo es clave: usar y mostrar cómo se emplean estas fuentes de verificación debe ser algo natural y habitual, una respuesta instintiva ante cualquier información dudosa. La alfabetización mediática, afirma, no funciona sin la chispa de la curiosidad, sin preguntarse continuamente “¿cómo sabes eso?”.

El artículo también recopila una serie de recursos útiles para fomentar estas habilidades. Para el uso cotidiano, destaca sitios como AllSides, que muestra noticias desde distintas posiciones ideológicas; Google Fact Check Tools; FactCheck.org, centrado en política estadounidense; Snopes, que desmonta rumores y leyendas urbanas; y Lead Stories, que se enfoca en contenidos virales. Además, ofrece un listado de planes de lección dirigidos a docentes o bibliotecarios que deseen impartir formación en alfabetización mediática, como los materiales de Common Sense Education, Checkology del News Literacy Project, y Be Media Wise de PBS, Civic Online Reasoning, que ofrece materiales gratuitos listos para usar en el aula, entre otros. Estos materiales están orientados a todas las edades, desde la primaria hasta la educación superior.

Por último, Swicker recomienda organizaciones y reportes que sirven para la formación continua o la defensa institucional de la alfabetización mediática, como Media Literacy Now, The National Association for Media Literacy Education, o el State of Media Literacy Education Report 2024. Concluye haciendo un llamado a la acción: aunque los recursos existen y son accesibles, es responsabilidad de los bibliotecarios distribuirlos y facilitar su uso. Solo así se podrá lograr que las nuevas generaciones no se conformen con lo que leen o ven, sino que lo cuestionen, contrasten y comprendan de forma crítica.

Bibliotecas universitarias españolas: generando entornos seguros frente a los desórdenes de la información

Morera-Gracia, Eva. «Bibliotecas universitarias españolas: generando entornos seguros frente a los desórdenes de la información.» Revista de Investigación sobre Bibliotecas, Educación y Sociedad 2024. Universidad Complutense de Madrid. https://revistas.ucm.es/index.php/RIBE/article/download/99922/4564456572332?inline=1.

El artículo analiza el papel de las bibliotecas universitarias españolas en la lucha contra la desinformación, destacando su compromiso con la alfabetización mediática. Presenta estrategias como cursos de competencia digital y guías informativas para promover el pensamiento crítico. Además, resalta iniciativas complementarias en otros ámbitos educativos y municipales.

La autora enfatiza que, según la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas (IFLA), estas instituciones tienen un compromiso ético e institucional para garantizar el acceso a información fiable. En este sentido, las bibliotecas deben ir más allá de su función tradicional de conservar y difundir el conocimiento académico y científico, convirtiéndose en espacios de verificación y formación para la ciudadanía.

El artículo se centra en tres objetivos principales. Primero, estudia el concepto de desorden de la información, analizando cómo la información puede ser manipulada, distorsionada o presentada de manera errónea. Segundo, distingue los diferentes tipos de desinformación, como la información errónea, la propaganda engañosa y la desinformación deliberada. Finalmente, describe diversas estrategias y actividades que las bibliotecas universitarias españolas han implementado para crear entornos informativos seguros.

Para desarrollar el estudio, se llevó a cabo un proceso metodológico en varias fases. Primero, se realizó una recopilación y análisis de fuentes sobre desinformación y el papel de las bibliotecas en su combate. Luego, se definieron las categorías del desorden informativo y se identificaron estrategias efectivas para abordarlo. Finalmente, se ejemplificaron estas estrategias con casos concretos de bibliotecas universitarias en España.

Entre las iniciativas más relevantes se encuentran los cursos de competencia digital, diseñados para mejorar la capacidad de los usuarios en la evaluación crítica de la información y el manejo de herramientas digitales. Además, las bibliotecas han desarrollado LibGuides, guías digitales que proporcionan recursos y estrategias para identificar y combatir la desinformación, promoviendo la alfabetización mediática y digital.

Además del contenido del artículo, existen otras iniciativas y perspectivas que refuerzan el papel de las bibliotecas y las instituciones educativas en la lucha contra la desinformación. Por ejemplo, Neus Castellano, directora de la Biblioteca Gabriel García Márquez de Barcelona, enfatiza que estas instituciones actúan como un «pegamento social» y un refugio frente a la desinformación predominante en las redes sociales. Por otro lado, expertos en alfabetización mediática resaltan la necesidad de educar a los jóvenes para que desarrollen un pensamiento crítico que les permita discernir entre noticias falsas y contenido veraz.

En el ámbito municipal, la Biblioteca de Xàtiva ha impulsado un club de lectura fácil en colaboración con asociaciones locales, con el objetivo de fomentar la inclusión y facilitar el acceso a la lectura a personas con dificultades lectoras, como migrantes o individuos con poca escolarización. A nivel universitario, la Universidad de Córdoba ha decidido cerrar sus cuentas en la red social X (antes Twitter), argumentando que la plataforma ha favorecido comportamientos contrarios a los valores democráticos.

En conclusión, el artículo subraya la importancia de las bibliotecas universitarias españolas en la generación de entornos seguros frente a los desórdenes de la información. A través de iniciativas como los cursos de competencia digital y la creación de recursos específicos, estas instituciones desempeñan un papel clave en la educación de ciudadanos críticos y bien informados. Complementadas con otras estrategias a nivel municipal y académico, las bibliotecas se consolidan como espacios fundamentales para la lucha contra la desinformación en un mundo cada vez más saturado de información manipulada.

¿Cómo protegerme de la desinformación?

La aventura de aprender. «¿Cómo protegerme de la desinformación?» Accedido 13 de junio de 2024.

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La desinformación y la propaganda han sido dos de los grandes retos que ha tenido que afrontar la humanidad a lo largo de la historia. Ambos fenómenos se han visto intensificados por la proliferación en la última década de plataformas, medios y herramientas para generar contenidos sin necesidad de contar con los actores habituales en el ámbito de la generación y distribución de contenidos informativos.

Según Claire Wardle, profesor de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Brown y cofundador y codirector del Information Futures Lab, la desinformación es un contenido intencionadamente falso y diseñado para causar daño. Está motivada por tres factores: ganar dinero, tener influencia política, ya sea extranjera o nacional; o causar problemas porque sí. En otras palabras: cuando la tergiversación se convierte en un engaño deliberado, eso es desinformación (en inglés disinformation) y no simplemente información falsa (en inglés misinformation).

Es necesario tener en cuenta que la desinformación cada vez más se construye sobre la base de una falta de calidad en los procesos de creación de nuevo contenido. Así, el intercambio de información errónea, el uso abusivo de titulares sensacionalistas o amarillistas (en inglés clickbait) y otros fenómenos propios de flujos de información de baja calidad pueden llevar a la instrumentalización de dicha información y de rumores vinculados a ella. Además, una serie de factores cognitivos, sociales y afectivos influyen en la formación de falsas creencias. A esto hay que añadir que el acceso global a plataformas para la generación y distribución de contenido ha permitido construir canales de comunicación descentralizados, esto es, sin el control de los habituales curadores de contenidos.

Existe un amplio espectro de tácticas y estrategias de desinformación. Por ejemplo, el astroturfing es una novedosa forma de desinformación que se basa en la imitación de comentarios de ciudadanos y ciudadanas para crear la falsa impresión de que una determinada opinión o idea cuenta con un amplio apoyo en la sociedad. La desinformación busca aumentar las divisiones dentro de las comunidades y entre ellas y socavar la confianza de la población en los gobiernos electos. En este guía aprenderás sobre todas estas prácticas.

Impacto de la adicción a las pantallas en el Aprendizaje de los estudiantes

Langreo, Lauraine. «Students Are Addicted to Screens. What It Means for Learning.» Education Week, December 16, 2022. https://www.edweek.org/technology/students-are-addicted-to-screens-what-it-means-for-learning/2022/12.

La preocupación por el tiempo que los niños pasan frente a las pantallas digitales no es nueva. Sin embargo, con el aumento del trabajo escolar en línea, aumentan las preocupaciones sobre el impacto en el bienestar de los estudiantes.

El uso promedio de pantallas para niños de 8 a 18 años aumentó drásticamente un 17 por ciento entre 2019 y 2021, según una encuesta publicada a principios de este año por Common Sense Media.

La Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda que los niños de 2 a 5 años no pasen más de una hora al día mirando cualquier tipo de pantalla digital. Sin embargo, la AAP no especifica límites de tiempo para el uso escolar o recreativo para niños en edad escolar.

Impacto en el Desarrollo y las Habilidades Sociales

El impacto que el aumento del tiempo de pantalla probablemente tendrá en el desarrollo y las habilidades sociales de los estudiantes de K-12 aún está por verse. Los educadores deben sopesar los beneficios potenciales del uso ampliado de dispositivos digitales contra los posibles efectos negativos del aumento del tiempo de pantalla.

¿Cuánto tiempo de pantalla es demasiado? Dos expertos hablaron con Education Week sobre cuán preocupados deberían estar los educadores por todo el tiempo que los estudiantes pasan mirando pantallas, ya sea de Chromebook, iPad o celulares, especialmente si también pasan horas viendo televisión o jugando videojuegos.

Un meta-análisis publicado en la revista JAMA Pediatrics encontró que más tiempo general en pantallas cada día, independientemente de su calidad, está vinculado a un menor desarrollo del lenguaje.

Otras investigaciones también han planteado preguntas sobre el efecto que todo este uso digital podría tener en las habilidades de lectura de los estudiantes.

El Vínculo del Tiempo de Pantalla con el Mal Comportamiento y Bajos Puntajes en Pruebas Los maestros dicen que ven los efectos de la mayor exposición digital en el aula. Una mayoría de educadores dijo que los desafíos de aprendizaje de los estudiantes aumentaron junto con su mayor tiempo de pantalla y que el comportamiento de los estudiantes empeoró con más tiempo de pantalla, según una encuesta del Centro de Investigación de EdWeek.

Aquí está lo que algunos directores dijeron sobre cómo la proliferación de dispositivos digitales está afectando a los estudiantes, maestros y la vida escolar en general.

Cómo Gestionar el Tiempo de Pantalla de los Estudiantes En esta guía descargable, los maestros y expertos en aprendizaje remoto proporcionan nueve formas fáciles de encontrar un equilibrio saludable entre el tiempo en pantalla y fuera de pantalla para los estudiantes.

El Papel de la Alfabetización Mediática Dado que los estudiantes pasan más tiempo en línea, también están en contacto con más desinformación y publicidad, que han sido potenciadas por los grandes datos y algoritmos. Como resultado, hay un creciente impulso para enseñar habilidades de alfabetización mediática en las escuelas para ayudar a los estudiantes a navegar estos desafíos. Nueva Jersey podría ser el primer estado en exigir a las escuelas públicas que enseñen habilidades de alfabetización mediática.

Otros defensores de la alfabetización mediática también están alentando a padres y maestros a comenzar temprano a enseñar a los niños cómo ser más responsables en línea. Esperar hasta más tarde en la escuela primaria, o incluso en la secundaria, pone a los niños en desventaja, dicen los educadores.

Alfabetización mediática e informacional crítica en un contexto digital

Jehel, Sophie, et Alexandra Saemmer, éditeurs. Éducation critique aux médias et à l’information en contexte numérique. Presses de l’enssib, 2020, https://doi.org/10.4000/books.pressesenssib.11107

Prohibición de los teléfonos móviles en las escuelas, control de las plataformas en línea para luchar contra la desinformación: la educación mediática está en el centro de las políticas públicas digitales. Desde 2013, la ley de refundación de las escuelas incluye la educación mediática e informativa entre sus misiones fundamentales. Este libro presenta los resultados de tres años de reflexión colectiva con investigadores que exploran la economía política de la comunicación, la semiótica, la sociología de los usos, la crítica de las industrias culturales y creativas y la sociología del género.

IV Jornadas Innovación educativa en comunicación y alfabetización mediática

Dasilva, Jesús Pérez, Koldobika Meso Ayerdi, y Simón Peña Fernández. IV Jornadas Innovación educativa en comunicación y alfabetización mediática [Recurso electrónico]: libro de comunicaciones. Servicio Editorial = Argitalpen Zerbitzua, 2022.

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El contenido del libro aborda diversas temáticas relacionadas con la educación y la comunicación, destacando diferentes enfoques pedagógicos y metodologías aplicadas en estos campos. El primer artículo analiza las ventajas pedagógicas de la metodología de aula invertida, destacando su impacto en el aprendizaje del alumnado a través de la participación activa y crítica. A continuación, se presenta un estudio sobre el papel del procesamiento dual de la información en la identificación de noticias falsas, resaltando la importancia de desarrollar habilidades para discernir la veracidad de la información en la era digital. Otro artículo explora una metodología creativa y colaborativa para la enseñanza del periodismo, mientras que otro examina la calidad de la comunicación digital a través de la comparación de medios web. Además, se aborda el diseño de un sistema híbrido como herramienta educativa y se reflexiona sobre el papel de la ética y la deontología en la formación de profesionales de la comunicación. Por último, se discuten consideraciones sobre la formación en comunicación para personas con discapacidades y se proponen diferentes enfoques para enseñar historia de la comunicación basados en la historia social.

¿Quiénes son responsables de la desinformación?

La desinformación, entendida como la difusión deliberada de información engañosa, sesgada o manipulada, se ha convertido en un desafío cotidiano en América Latina, según el estudio «Fake news – Desinformación en Chile y LatAm«, de las empresas de estudios de mercado Activa y Worldwide Independent Network of Market Reseach.

La encuesta, además, arrojó luz sobre las percepciones de la población respecto a quiénes son considerados responsables de la propagación de desinformación. La televisión encabeza la lista de responsables de difundir desinformación según el 79% de los encuestados. Los noticieros locales también son señalados, por el 75%, como responsables de la propagación de información engañosa. Por otro lado, el 74% de los encuestados identifica a los periodistas como responsables de la diseminación de información manipulada.

Tanto los políticos como el Gobierno reciben un 72% de consideración como responsables de la desinformación. El estudio Edelman Trust Barometer de 2023, que muestra los resultados de cuatro países latinoamericanos (Argentina, Brasil, Colombia y México), revela un panorama donde la desconfianza política es palpable: sólo el 26% de los encuestados en toda la región confía en los líderes gubernamentales.

Medios de comunicación: índice de credibilidad por nivel de confianza en UE en 2022

La estadística muestra la credibilidad de los medios de comunicación en la Unión Europea en 2021, por nivel de confianza y tipo de medio. En el caso de la radio, el 56% de los individuos encuestados declaró tener confianza en este tipo de medio, frente a un 38% que afirmaron lo contrario. Por su parte, el medio de comunicación menos fiable para los participantes en la encuesta fueron las redes sociales, con casi un 70% de los europeos declarando su falta de confianza en ellas.

Número de lectores diarios de los principales periódicos españoles en 2023

Marca se posicionó como el periódico de mayor alcance entre los españoles con una audiencia próxima a los 980.000 lectores durante el periodo comprendido entre enero y noviembre de 2023. Pese a estos resultados, la publicación deportiva, propiedad del grupo mediático español Unidad Editorial, ha visto como su tasa de penetración descendía de forma general desde 2013. Esta disminución, no obstante, no parece ser un hecho aislado, ya que los datos más recientes sobre el consumo de prensa en el país dejan en evidencia una tendencia recesiva general que se viene repitiendo en los últimos años.

Nivel de confianza de las principales marcas periodísticas nacionales por parte de la población en España entre 2020 y 2022

 Todas las marcas periodísticas en España experimentaron una caída de la confianza entre 2020 y 2022. Ahora bien, esta no fue igual en todos los casos. Mientras que Telecinco registró un decrecimiento de casi 15 puntos durante dicho periodo, situándose por debajo del 30% en 2022, el en caso de la COPE la pérdida de credibilidad fue de siete puntos en ese mismo lapso de tiempo.

Promedio de tiempo diario destinado al consumo de medios de comunicación en España en 2023, por tipo

 En 2023, Internet fue el medio más consumido en España, con una media de aproximadamente 245 minutos al día, lo que supone unas cuatro horas diarias. De esta forma, se reafirmó en la posición de liderazgo de la que se apoderó el año anterior, dejando así a la televisión en segundo puesto. En concreto, los españoles vieron este medio de comunicación en torno a 190 minutos. La radio, por su parte, ocupó la tercera posición.

Índice de alfabetización mediática 2022 por países

How It Started, How It is Going: Media Literacy Index 2022. Open Society Institute de Sofía (Bulgaria)

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El informe, realizado por el Open Society Institute de Sofía (Bulgaria), analizó una serie de parámetros para determinar la alfabetización mediática general de los países europeos y de seis países seleccionados de fuera de Europa. El Instituto, fundado en 1990 gracias a una subvención de George Soros, utilizó datos de organizaciones como el Banco Mundial, las Naciones Unidas y Freedom House para calcular puntuaciones en cuatro métricas diferentes: libertad de prensa, educación, confianza y participación política, con la educación ponderada como la más importante.

Según un informe, los países nórdicos salen bien parados en cuanto al análisis de países resistentes a las noticias falsas, mientras que Georgia es el que sale peor parado. Finlandia es el país más resistente a las «fake news». En una versión ampliada del análisis, que mide la susceptibilidad de los países a las noticias falsas, Estados Unidos y gran parte de Europa Occidental -incluidos el Reino Unido, Francia y Alemania- se situaron en un escalón inferior junto a países como Letonia y Lituania.

Entre los países con mejores resultados figuran Finlandia, Noruega, Dinamarca, Estonia, Irlanda, Suecia, Canadá, Suiza, Países Bajos y Australia. Alemania e Islandia fueron los países mejor clasificados en el segundo cuartil del índice, mientras que Italia e Israel cayeron al tercer cuartil de países «en transición» en cuanto a alfabetización mediática. Estos dos últimos países han celebrado recientemente elecciones en las que la extrema derecha llegó al poder.

El informe concluye que las personas que viven en países con gobiernos democráticos liberales son «más propensas a preocuparse por la desinformación que las que viven en países sin instituciones democráticas o con instituciones democráticas limitadas», y que la preocupación por las noticias falsas es mayor entre las personas con mayor nivel educativo.

«Es preocupante que las sociedades más vulnerables al impacto de las noticias falsas sean al mismo tiempo las menos preocupadas por la difusión y el impacto de la desinformación», declaró Marin Lessenski, autor del informe, en un comunicado de prensa. «Esto aumenta los riesgos relacionados con la desinformación en estos países, especialmente en el contexto de la guerra en Ucrania, ya que parte del público no se da cuenta o simplemente ignora su vulnerabilidad».

Según el informe, los «peligros de las noticias falsas y fenómenos afines para la democracia son difíciles de subestimar». Los países donde la alfabetización mediática es más baja son los que tienen mayores restricciones a la libertad de prensa y bajos niveles de educación y confianza personal.

Los países con peores resultados fueron Georgia, seguida de Macedonia del Norte, Kosovo, Bosnia y Herzegovina, Albania, Turquía, Montenegro, Moldavia, Bulgaria y Serbia.

La mayoría de las personas buscan noticias fiables, pero a menudo son vulnerables a la desinformación

Trust misplaced ? A report on the future of trust in media. Ipsos, 2020

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La investigación de Ipsos para el Trust Project revela que la disposición a pagar por las noticias es limitada y que se confía más en la propia perspicacia sobre la fiabilidad de las fuentes que en la de los demás. En la mayoría de los países, la gente «se asegura de que las noticias que lee, ve o escucha proceden de fuentes fiables». Sin embargo, esto plantea algunos problemas. Por naturaleza, las personas confían en contenidos que consideran verdaderos, pero en muchos casos lo hacen porque refuerzan su visión del mundo.

El informe se basa en dos encuestas de Ipsos Global Advisor realizadas en 29 países. La mitad de los encuestados (49%) afirma que, por lo general, se asegura de que las noticias que lee, ve o escucha proceden de fuentes fiables, y un tercio (33%) afirma que lo hace ocasionalmente. Dos tercios (64%) afirman tener fácil acceso a noticias en las que pueden confiar.

Sin embargo, tras estos signos alentadores se esconde un posible terreno fértil para la continua propagación de la desinformación. A nivel mundial, el 67% de los adultos afirma que sólo lee noticias a las que puede acceder gratuitamente, mientras que sólo el 29% dice que puede y el 27% está dispuesto a pagar por noticias de fuentes en las que confía. Muchos confían en su capacidad para detectar «noticias falsas» (58 %), aunque confían menos en la capacidad de sus conciudadanos para hacerlo (30 %). Sólo la mitad de los encuestados (46%) cree que otros países se dirigen a la población de su país con desinformación, incluso en Estados Unidos (58%) y Gran Bretaña (54%), donde está ampliamente documentado.

Otras conclusiones clave

  • El porcentaje de adultos que buscan fuentes de noticias fiables al menos de vez en cuando oscila entre el 94% en Perú y el 92% en Colombia, Chile y Sudáfrica, y el 65% en Japón y el 66% en Corea del Sur. En Estados Unidos es del 88% (59% generalmente, 29% ocasionalmente).
  • En todos los países encuestados, la mayoría está de acuerdo en que tiene fácil acceso a noticias en las que confía y menos de uno de cada cinco está en desacuerdo, con la única excepción de Japón (25% de acuerdo frente a 23% en desacuerdo, mientras que el 53% ni está de acuerdo ni en desacuerdo).
  • Globalmente, la mayoría de los adultos encuestados obtienen con frecuencia noticias de diversas fuentes: Casi tres cuartas partes afirman obtener sus noticias al menos tres veces por semana de la televisión (74%) y las redes sociales (72%), seis de cada diez de sitios web de noticias (62%) y aplicaciones de noticias (61%), cuatro de cada diez de la radio (42%), y uno de cada cuatro de periódicos y revistas impresas (24%).
  • El uso de cada una de estas fuentes de noticias es algo menor en EE.UU., lo que sugiere que la dieta de medios de comunicación de los estadounidenses es menos variada que la de otras personas de todo el mundo, por término medio. Sin embargo, el orden de importancia de cada fuente de noticias es el mismo: televisión (64%), redes sociales (51%), sitios web de noticias (50%), aplicaciones de noticias (40%), radio (32%) y publicaciones impresas (19%).
  • La capacidad declarada de pagar por noticias procedentes de fuentes fiables varía mucho de un país a otro, desde el 57% en la India, el 48% en China y el 43% en los Países Bajos hasta sólo el 13% en Japón, el 15% en Rusia y el 18% en España y Francia. La disposición a hacerlo muestra un patrón muy similar.
  • La confianza en la propia capacidad para distinguir «noticias reales de noticias falsas» es mayor en América Latina, Oriente Medio y los países de habla inglesa, y menor en Japón, Corea del Sur, Europa continental y Rusia. En Estados Unidos, el 61% confía en su capacidad para discernir la fiabilidad de las noticias.
  • A nivel mundial, el porcentaje de quienes confían en su propia capacidad para contar noticias reales es 28 puntos superior al de quienes expresan confianza en que los hombres y mujeres de su país puedan hacerlo. La diferencia supera los 40 puntos en Gran Bretaña, Hungría y Estados Unidos; en cambio, es inferior a 10 puntos en Arabia Saudí, China y Japón.
  • Quienes están de acuerdo con ideas populistas o nativistas son más propensos a estar expuestos a la desinformación