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Los desafíos de las bibliotecas en un contexto marcado por la desinformación, la posverdad y el creciente aislamiento social con Sara Martínez Cardama. Planeta biblioteca 2025/11/14

Los desafíos de las bibliotecas en un contexto marcado por la desinformación, la posverdad y el creciente aislamiento social con Sara Martínez Cardama

Planeta biblioteca 2025/11/14

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La entrevista con la profesora e investigadora Sara Martínez Cardama explora los desafíos más urgentes que enfrentan las bibliotecas públicas en un contexto marcado por la desinformación, la posverdad y el creciente aislamiento social derivado de la vida digital. Martínez Cardama analiza cómo estas problemáticas impactan en el trabajo cotidiano de los profesionales de la información y subraya la necesidad de reforzar la esfera pública a través de espacios seguros, críticos y participativos.

Destaca la importancia de que las bibliotecas desarrollen programas sólidos de alfabetización mediática e informacional, priorizando competencias como la evaluación crítica de fuentes, la verificación de datos y la gestión ética de la información. También ofrece su visión sobre la “postneutralidad” en bibliotecas, defendiendo un rol más activo en la defensa de derechos democráticos y en la lucha contra las noticias falsas, donde las herramientas de fact-checking aportan, pero no sustituyen, el pensamiento crítico.

Además, pone en valor la investigación cualitativa para comprender mejor los fenómenos sociales, así como los proyectos intergeneracionales que fortalecen la cohesión comunitaria. Aborda los dilemas éticos del advocacy bibliotecario y reflexiona sobre la evolución de las bibliotecas en países donde se han cerrado centros juveniles y bibliotecas públicas, como Reino Unido.

Finalmente, plantea los nuevos valores que las bibliotecas deben asumir en la era digital: compromiso social, responsabilidad informativa, apertura, cuidado comunitario y un papel activo en la reconstrucción de la esfera pública.

La soledad acorta la vida hasta en ocho años menos por falta de vínculos sociales

Holt-Lunstad, J., Smith, T. B., Baker, M., Harris, T., & Stephenson, D. (2015). Loneliness and Social Isolation as Risk Factors for Mortality: A Meta-Analytic Review.Perspectives on Psychological Science, 10(2), 227-237. DOI: 10.1177/1745691614568352.

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La soledad, el aislamiento social o vivir solo aumentan el riesgo de muerte prematura en un 26–32 %. Equivale a perder entre 5 y 8 años de vida, un impacto similar al de fumar 15 cigarrillos al día o padecer obesidad severa. Otros estudio de Harvard y de la OMS corroboran estos datos con conclusiones similares

El ser humano es un organismo inherentemente social, y que las relaciones interpersonales tienen un papel crucial en la salud y la supervivencia. Los investigadores destacan que, aunque la medicina y la salud pública suelen centrarse en factores de riesgo físicos (como el tabaco o la obesidad), el aislamiento social y la soledad también tienen un impacto sustancial en la mortalidad, pero históricamente se les ha prestado poca atención.

El objetivo del estudio fue cuantificar el grado en que la soledad, el aislamiento social y el hecho de vivir solo se asocian con un aumento del riesgo de muerte prematura, integrando la evidencia de decenas de estudios longitudinales. Con este metaanálisis, los autores pretendían situar la falta de vínculos sociales al mismo nivel de relevancia que los factores biomédicos tradicionales en la prevención y promoción de la salud.

El metaanálisis abarcó 70 estudios que, en conjunto, incluyeron a más de 3,4 millones de participantes seguidos durante un promedio de 7 años.

Los resultados fueron consistentes y contundentes. Las tres dimensiones analizadas se asociaron de manera significativa con un mayor riesgo de muerte prematura. En primer lugar, el aislamiento social se relacionó con un aumento del 29 % en el riesgo de mortalidad. Por su parte, la soledad mostró un incremento del 26 % en dicho riesgo. Finalmente, el hecho de vivir solo se asoció con un aumento aún mayor, del 32 %, en la probabilidad de fallecer de forma prematura.

En términos de impacto poblacional, estas cifras son comparables a los efectos del tabaquismo moderado, el consumo excesivo de alcohol o la obesidad grave. Los autores subrayan que la magnitud de estos efectos supera la de muchos factores de riesgo clínicos comúnmente reconocidos, lo que convierte a la conexión social en un determinante clave de la salud y la longevidad.

Además, el efecto no se limitó a grupos de edad específicos: tanto adultos jóvenes como mayores se vieron afectados, aunque la prevalencia de aislamiento y soledad tiende a aumentar con la edad.

En el plano biológico, la falta de conexión social activa respuestas de estrés crónico (elevación del cortisol, aumento de la presión arterial, inflamación sistémica) y altera la función inmunitaria, debilitando la resistencia a infecciones y enfermedades. En el plano psicológico y conductual, las personas aisladas son más propensas a hábitos poco saludables (mala alimentación, sedentarismo, abuso de sustancias) y presentan menor adherencia a tratamientos médicos o autocuidado.

También se observa que la soledad puede agravar trastornos mentales como la depresión o la ansiedad, que a su vez tienen efectos negativos sobre la salud física. Los autores destacan la interdependencia entre los factores psicológicos, sociales y fisiológicos en la explicación de la mortalidad.

El metaanálisis sitúa estos resultados en un contexto más amplio, señalando que desde mediados del siglo XX se ha observado un declive progresivo en la integración social: menos matrimonios, mayor movilidad geográfica, familias más pequeñas y una creciente digitalización de las relaciones. Este cambio estructural en las formas de convivencia hace que el aislamiento y la soledad sean problemas sociales en expansión, no solo individuales.

Otros estudios más recientes también corroboran en parte estos datos. cómo un informe de la Organización Mundial de la Salud (2025), según el cual la soledad y el aislamiento social representan un grave problema de salud pública. Se calcula que ambos factores contribuyen a unas 871 000 muertes anuales en todo el mundo. Esto equivale a alrededor de 100 fallecimientos por hora. El dato refleja el impacto que tiene la falta de vínculos sociales en la salud física y mental. La OMS advierte que combatir la soledad debe ser una prioridad global comparable a otras amenazas sanitarias.

Así mismo, el informe Harvard Study of Adult Development (2020) demuestra que mantener relaciones sociales sólidas es clave para una vida más larga y saludable, ya que las personas con vínculos afectivos fuertes presentan mejor salud mental y física. En cambio, la soledad y el aislamiento se asocian con un mayor riesgo de enfermedad y mortalidad. El impacto positivo de las relaciones cercanas puede traducirse en más de 10 años adicionales de esperanza de vida, lo que subraya que la calidad de las relaciones humanas influye más en el bienestar general que los factores económicos o genéticos.

También, un artículo del National Institute on Aging explica que tanto el aislamiento social como la soledad en personas mayores afectan seriamente la salud física y mental. Estas condiciones incrementan la probabilidad de hipertensión, depresión, deterioro cognitivo e incluso demencia. Además, subraya que la falta de conexiones sociales es comparable en impacto con otros factores de riesgo clásicos para la mortalidad. Por tanto, promover vínculos sociales sólidos y frecuentes se presenta como una estrategia clave para mejorar el bienestar y la longevidad en la población de edad avanzada.

Los autores hacen un paralelismo con las campañas de salud pública contra el tabaco o la obesidad, y argumentan que la falta de vínculos sociales debería tratarse con la misma seriedad. Las relaciones personales, según subrayan, no son solo un aspecto emocional, sino un determinante clínico de salud.

Estrategia de las bibliotecas para paliar la soledad de las personas y como conectar a las comunidades

Marquez, Alejandro ; Woods, Brady Niemitalo «Library Patron Loneliness: Strategies for Building Community and Connection – ACRLog», 11 de noviembre de 2024. https://acrlog.org/2024/11/11/library-patron-loneliness-strategies-for-building-community-and-connection/.

Las bibliotecas juegan un papel clave en combatir la soledad al ofrecer espacios acogedores, programación diversa y actividades que fomentan la conexión social. A través de la colaboración con organizaciones locales y el impulso de la alfabetización digital, ayudan a las comunidades a superar el aislamiento. Estas estrategias contribuyen a mejorar la salud mental y física, promoviendo un sentido de pertenencia y apoyo.

La soledad es una parte universal de la experiencia humana. En 2022, más del 42% de los adultos estadounidenses lo experimentaron, lo que pone de relieve una importante crisis de salud pública. Desde entonces, la soledad ha ido en aumento. U.S. Surgeon General afirmó que la soledad es tan mala como fumar quince cigarrillos al día. La soledad no sólo impacta la salud mental sino también la salud física. La soledad es más que estar solo; es un sentimiento de desconexión. Puede afectar a personas de todas las edades y orígenes, y su impacto en la salud física y mental está bien documentado. La soledad crónica puede provocar depresión, ansiedad, peores resultados de salud y mayores tasas de mortalidad.

Si bien la soledad es una experiencia común, no se distribuye de manera uniforme. Algunos tienen más probabilidades de experimentar soledad. Los factores incluyen bajos ingresos, paternidad, soltería y edad. Las personas, las minorías y las mujeres LGBTQ tienen más probabilidades que el promedio de experimentar soledad.

Las bibliotecas, tradicionalmente lugares de encuentro y aprendizaje, tienen un papel crucial en combatir la soledad en la era digital. Las bibliotecas han servido durante mucho tiempo como espacios comunitarios donde las personas pueden conectarse, aprender e interactuar con otros. Sin embargo, en la era digital, la sensación de aislamiento entre los usuarios de las bibliotecas se ha convertido en una preocupación creciente.

Se proponen varias estrategias para fomentar la conexión social:

  1. Crear espacios acogedores: Es fundamental ofrecer ambientes inclusivos, cómodos y participativos. Además, la interacción activa del personal de la biblioteca con los usuarios contribuye significativamente a disminuir la sensación de aislamiento.
  2. Ofrecer programación y colecciones diversas: Al organizar actividades que atraigan a distintos grupos y crear colecciones representativas de diversas culturas y comunidades, las bibliotecas pueden fortalecer el sentido de pertenencia de los usuarios.
  3. Facilitar grupos de apoyo entre pares: Los grupos centrados en intereses comunes, como clubes de lectura o grupos de apoyo para la búsqueda de empleo, ofrecen espacios donde las personas pueden conectar y compartir experiencias.
  4. Fomentar la alfabetización digital: Talleres que enseñen el uso de herramientas digitales y redes sociales permiten a los usuarios superar barreras tecnológicas y conectarse en línea.
  5. Colaborar con socios comunitarios: Las asociaciones con organizaciones locales y otros centros educativos amplían el alcance de los programas y mejoran la visibilidad de las bibliotecas en la comunidad.
  6. Proveer servicios de divulgación: Las bibliotecas deben extender su alcance a grupos aislados mediante iniciativas de divulgación, como programas para dar la bienvenida a los estudiantes al inicio del semestre.

Es fundamental que las bibliotecas sirvan a nuestras comunidades sin asumir responsabilidades adicionales. Afortunadamente, abordar la soledad depende de los servicios que las bibliotecas ya ofrecen a sus comunidades. Construir una comunidad ya es un valor fundamental de las bibliotecas, algo que los trabajadores bibliotecarios están haciendo ahora. Al igual que con los ejemplos anteriores, podemos abordar la soledad sin agregar más a nuestras cargas de trabajo mejorando lo que estamos haciendo: implementando programación innovadora, fomentando conexiones sociales y creando espacios inclusivos donde las personas se sientan valoradas, apoyadas y conectadas. A través de esfuerzos colaborativos, las bibliotecas desempeñan un papel vital en la lucha contra la soledad y la promoción del bienestar en sus comunidades.

La epidemia de la soledad: la crisis de salud de los usuarios de bibliotecas

«The Epidemic of Loneliness: The Library User Health Crisis». The Journal of Creative Library Practice (blog), 13 de agosto de 2024. https://creativelibrarypractice.org/2024/08/13/loneliness/.

Este ensayo examina los efectos negativos de la soledad en los usuarios de bibliotecas, su impacto en la salud y estrategias para que los trabajadores de bibliotecas aborden esta apremiante preocupación de salud pública. Se destaca cómo los trabajadores de bibliotecas tienen el potencial de transformar las bibliotecas en centros de conexión, apoyando a quienes luchan contra la soledad mediante empatía, creatividad y dedicación. Finalmente, el ensayo ofrece medidas prácticas para que los trabajadores de bibliotecas y otros profesionales de la información promuevan la conexión social dentro de sus instituciones y comunidades.

La soledad podría parecer, a primera vista, fuera de la misión de las bibliotecas. Sin embargo, los cinco valores fundamentales de la Asociación Americana de Bibliotecas (2024) subrayan la necesidad de que los individuos estén conectados consigo mismos, con el mundo que los rodea y con los demás. Como profesionales de bibliotecas, es parte de nuestra pasión y misión ayudar a las personas a alcanzar su mejor versión. Las bibliotecas ya están ofreciendo servicios y recursos para ayudar a las personas a conectarse. Este ensayo profundiza en los efectos negativos de la soledad, su impacto en la salud, y estrategias para que los trabajadores de bibliotecas aborden esta preocupación de salud pública. Los trabajadores de bibliotecas tienen el potencial de transformar las bibliotecas en espacios de conexión y pueden apoyar a aquellos que luchan contra la soledad mediante una combinación de empatía, creatividad y dedicación.

En el mundo actual, estamos más interconectados que en generaciones anteriores gracias a la tecnología. Sin embargo, muchas personas siguen experimentando una profunda soledad. Diversos estudios muestran una correlación positiva entre el consumo excesivo de medios y el aumento de la soledad. La soledad es una emoción inquietante que surge cuando una persona percibe una brecha entre sus necesidades sociales y la calidad o cantidad de sus interacciones sociales. A pesar de estar rodeados de otros, las personas pueden sentirse profundamente solas si sus relaciones carecen de profundidad y conexión significativa.

La soledad está asociada con graves riesgos para la salud, incluyendo enfermedades cardiovasculares, obesidad, demencia, depresión y muerte prematura. La soledad tiene implicaciones serias para el bienestar individual y social, afectando a personas de todas las edades y orígenes.

Las bibliotecas son un último refugio social, proporcionando una variedad de servicios esenciales para la comunidad. Los trabajadores de bibliotecas desempeñan un papel crucial en combatir la soledad al crear un ambiente inclusivo y ofrecer oportunidades para la interacción significativa. Estos esfuerzos mejoran la salud y la longevidad de las personas al fomentar la actividad social.

Se han propuesto diversas estrategias para fomentar la conexión social, como la prescripción social, que vincula a las personas con recursos locales, incluyendo bibliotecas, para crear un sistema de apoyo más integrado. Las bibliotecas, con su enfoque en el bienestar social y emocional, son un lugar ideal para implementar estas estrategias.

Las bibliotecas no solo proporcionan información, sino que también ofrecen apoyo emocional crucial. Al fomentar la diversidad, la equidad y la inclusión, y al crear programas y eventos que aborden las necesidades físicas, emocionales y sociales de los usuarios, las bibliotecas pueden jugar un papel fundamental en la mejora del bienestar de la comunidad y en la lucha contra la epidemia de soledad. Para ello es esencial que los trabajadores de bibliotecas identifiquen signos de soledad en los usuarios, ya que estos pueden no reconocer sus propios sentimientos de aislamiento. Al prestar atención a estas señales, el personal puede intervenir a tiempo y mejorar la experiencia del usuario mediante varios pasos prácticos.

Crear espacios acogedores: Las bibliotecas deben ser entornos cálidos e inclusivos para combatir la soledad. Se recomienda ofrecer diversas opciones de asientos y espacios para actividades grupales o interacción social. Señalización clara y accesibilidad para todos, incluidos aquellos con discapacidades, son esenciales para hacer sentir bienvenidos a los usuarios. Algunos consejos prácticos erían:

Ofrecer programas y colecciones diversas: Organizar clubes de lectura, talleres y foros comunitarios ayuda a conectar a las personas con intereses comunes. Es fundamental diseñar programas que atraigan a diferentes demografías e intereses, y que se adapten a las necesidades locales. Incluir colecciones de libros y materiales que reflejen la diversidad cultural y las preferencias de la comunidad es también clave.

Fomentar grupos de interés: Las bibliotecas pueden animar a grupos comunitarios a utilizar sus espacios para reuniones, ofreciendo recursos y asistencia para facilitar la conversación y la conexión entre los participantes.

Promover la alfabetización digital: Ofrecer talleres sobre herramientas de comunicación en línea y redes sociales ayuda a los usuarios a mantenerse conectados. Colaborar con expertos locales y crear guías accesibles para mejorar las habilidades digitales es crucial para reducir barreras en la interacción social.

Colaborar con socios comunitarios: Asociarse con organizaciones locales, escuelas y negocios para ofrecer programas diversos e innovadores puede atraer a un público más amplio y reforzar la integración de la biblioteca en la comunidad.

Ofrecer servicios de alcance: Llevar la biblioteca a la comunidad mediante bibliotecas móviles, eventos pop-up y servicios de entrega a domicilio ayuda a conectar con personas que no pueden acceder físicamente a la biblioteca, promoviendo la inclusión.

Fomentar oportunidades de voluntariado: Los programas de voluntariado bien organizados pueden proporcionar un sentido de propósito y pertenencia, mejorando el bienestar de los participantes y fortaleciendo la relación entre la biblioteca y la comunidad.

Fomentar conexiones interpersonales: Entrenar al personal en habilidades de comunicación efectiva y en la promoción de eventos puede hacer que los usuarios se sientan valorados y conectados. También es crucial proporcionar formación en sensibilidad racial y cultural para mejorar el servicio a comunidades marginadas.

Cómo las bibliotecas conectan a las personas y ayudan a paliar la soledad

Richard Florida «Libraries Can Unite a Lonely, Divided Nation», Bloomberg.com. 26 de octubre de 2022.

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Las bibliotecas son mucho más que almacenes de libros. Son piezas cruciales de la infraestructura social. La infraestructura social, como la define el sociólogo Eric Klinenberg, es el tipo de infraestructura que facilita las conexiones humanas, la interacción y el compromiso cívico -lugares como parques, zonas de juego, piscinas, museos- y, por supuesto, las bibliotecas.

Incluso cuando la pandemia de Covid-19 pasa a ser más bien una endemia, sigue carcomiendo las fibras conectivas que unen a nuestra sociedad. Como ocurre con muchas cosas, el Covid aceleró una tendencia ya existente: Estados Unidos estaba sumido en una crisis de soledad mucho antes de que llegara la pandemia. En la actualidad, casi 40 millones de estadounidenses viven solos, lo que representa casi el 30% de todos los hogares del país, frente al 9% de 1950. El aumento del trabajo a distancia, el desplazamiento de las ciudades a los exurbios más lejanos y muchas otras tendencias se han combinado para empeorar la epidemia de soledad en Estados Unidos. Los efectos son visibles en todo, desde el aumento del abuso de sustancias y los problemas de salud mental hasta el aumento de la delincuencia y el desorden en las ciudades de todo el país.

Para recuperarse de esta epidemia de aislamiento, Estados Unidos necesita volver a unir su deshilachado tejido social. Muchas instituciones pueden desempeñar un papel en este «Gran Reencuentro», desde las escuelas y las iglesias hasta las empresas y las asociaciones de voluntarios. Pero hay una institución que lleva mucho tiempo reforzando las comunidades de forma abierta y democrática: Las bibliotecas de Estados Unidos. Como dijo el industrial y gran mecenas de las bibliotecas públicas Andrew Carnegie hace más de un siglo, «una biblioteca supera cualquier otra cosa que una comunidad pueda hacer para beneficiar a su gente. Es un manantial inagotable en el desierto». Sus palabras siguen siendo válidas hoy en día.

Las bibliotecas tienen un importante papel que desempeñar para volver a tejer las conexiones humanas que se están perdiendo con el trabajo a distancia. La proporción de personas que trabajan principalmente desde casa ha aumentado de aproximadamente el 6% en 2019 al 18% en 2021, según datos recientes de la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense del Censo. El economista de la Universidad de Stanford Nicholas Bloom y sus colegas estiman que aproximadamente el 20% de las jornadas laborales se harán a distancia en el futuro. Pero las encuestas de Adam Ozimek, uno de los principales analistas del trabajo a distancia, han descubierto que casi una cuarta parte de los que trabajan desde casa pasan parte de su tiempo de trabajo fuera de sus oficinas en casa, en espacios de coworking, cafeterías, casas de amigos o colegas y, sí, bibliotecas.

Las bibliotecas son mucho más que almacenes de libros. Son piezas cruciales de la infraestructura social. Cuando hablamos de infraestructura, nos referimos normalmente a las estructuras construidas y a los servicios públicos -como carreteras, puentes, metros y sistemas de alcantarillado- que sustentan nuestras comunidades. La infraestructura social, como la define el sociólogo Eric Klinenberg, es el tipo de infraestructura que facilita las conexiones humanas, la interacción y el compromiso cívico -lugares como parques, zonas de juego, piscinas, museos- y, por supuesto, las bibliotecas.

Las bibliotecas proporcionan servicios y fibra conectiva a un amplio abanico de personas de todos los géneros, razas, edades y niveles de ingresos, tanto alojados como no alojados. Uno puede sentarse tranquilamente en un rincón y leer un libro o una revista, pero las bibliotecas ofrecen mucho más: la posibilidad de interactuar con alguien de fuera de tu burbuja social, de ver una exposición controvertida que te haga pensar o de participar en una reunión pública. ¿Qué otra institución puede ofrecer la hora del cuento para los niños, servicios empresariales y educación financiera para los adultos, programas que van desde charlas de autores hasta actuaciones musicales, y un lugar para trabajar a distancia o hacer una llamada de Zoom con personas de todo el mundo?

Quizá sea aún más significativo el papel que desempeñan las bibliotecas en el estímulo de la creatividad humana y el aprendizaje permanente. Lo sabemos personalmente. Uno de nosotros, Brooks Rainwater, creció en un pequeño pueblo playero de Florida donde las ciudades y el mundo en general parecían estar muy lejos. Pero el conocimiento de lo que ocurría en el mundo estaba allí mismo, en la Biblioteca Pública de Satellite Beach, y él lo devoraba. Las experiencias de aprendizaje más influyentes de Richard Florida no tuvieron lugar en las aulas, sino en las bibliotecas. De pequeño, en la escuela primaria de North Arlington, Nueva Jersey, leía la modesta colección de la biblioteca escolar antes de pasar a la biblioteca pública. Todos los sábados, su padre le llevaba a la Biblioteca Pública de Newark, donde pasaba horas hojeando las estanterías, lo que despertó su curiosidad por las ciudades y el urbanismo.

Hoy en día, las bibliotecas se diseñan y rediseñan teniendo en cuenta estas funciones de conexión. Tomemos el caso de la recientemente renovada Biblioteca Memorial Martin Luther King Jr. de Washington DC. Durante décadas, la obra maestra modernista diseñada por Ludwig Mies van der Rohe en 1972 fue esencialmente una hermosa cáscara, con un interior envejecido y poco acogedor diseñado simplemente para albergar libros. Desde que se completaron las renovaciones dirigidas por el Director Ejecutivo de la Biblioteca de DC, Richard Reyes-Gavilán, y diseñadas por Mecanoo y OTJ Architects, su nueva cafetería, la sala de lectura de techos altos, el espacio para los creadores, el auditorio, el increíble espacio de la azotea y las salas de reuniones grandes y pequeñas han atraído a innumerables personas.

La Biblioteca Central de Helsinki es otro ejemplo. Este espacio vanguardista, que comparte un patio con el Parlamento finlandés, fue «construido para servir como una especie de fábrica de ciudadanía», como dice David Dudley de CityLab. Los habitantes de Helsinki pueden disfrutar del espacio público exterior o aprovechar los múltiples servicios que se ofrecen en su planta baja. Tommi Laitio, antiguo director ejecutivo del departamento de cultura y ocio de Helsinki y actual becario del Centro Bloomberg para la Innovación Pública de la Universidad Johns Hopkins, dijo a un entrevistador de la Red de Ciudades Bloomberg que su principal objetivo era escuchar a los residentes -especialmente a aquellos cuyas voces rara vez se oían- y comprender cómo los espacios públicos como las bibliotecas podían servirles mejor.

Como se dice que dijo Albert Einstein: «Lo único que hay que saber absolutamente es la ubicación de la biblioteca». Esas palabras suenan aún más ciertas hoy en día.

  • Richard Florida es profesor universitario en la Rotman School of Management y la School of Cities de la Universidad de Toronto. Brooks Rainwater
    es presidente y director general del Urban Libraries Council.

Las personas que viven cerca de una biblioteca dicen sentirse menos solos

 

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Cox, Daniel A. ; Streeter, Ryan «The importance of place: Neighborhood amenities as a source of social connection and trust» American Enterprise Institute, 2019

Ver estudio

 

Ver además

Palacios para el pueblo: por qué las bibliotecas son algo más que libros

 

Los estadounidenses que viven más cerca de parques, bibliotecas, restaurantes y teatros comunitarios están más contentos con su vecindario, confían más en los demás y se sienten menos solos, independientemente de si viven en ciudades grandes, suburbios o pequeñas ciudades o pueblos.

 

El lugar importa. Cuando se les da la opción, la mayoría de las personas prefieren vivir cerca de las cosas fundamentales de la vida de la comunidad: escuelas, tiendas, parques y restaurantes. La gente está dispuesta a pagar más por una casa que está más cerca de los servicios de la comunidad, como las tiendas de comestibles, y la mayoría de los estadounidenses creen que las escuelas, los centros comunitarios y las bibliotecas tienen mucho que ver con el éxito de una comunidad.

Vivir cerca de servicios públicos -desde parques, bibliotecas hasta tiendas de comestibles- aumenta la confianza, disminuye la soledad y restaura la fe en el gobierno local. Un estudio del American Enterprise Institute demuestra que vivir cerca de espacios públicos y comerciales orientados a la comunidad trae una serie de beneficios sociales, como el aumento de la confianza, la disminución de la soledad y un mayor sentido de apego al lugar donde vivimos.

Así, los estadounidenses que viven en comunidades con una gran variedad de servicios en el vecindario tienen más del doble de probabilidades de hablar diariamente con sus vecinos que aquellos otros cuyos vecindario dispone de pocos servicios, una cuestión vital dada la problemática que se vive en Estados Unidos en torno a la soledad en que dicen vivir muchas personas. Sin embargo, las personas que viven en comunidades ricas con grandes comodidades son mucho menos dados a sentirse solos y aislados de los demás, independientemente de si viven en grandes ciudades, suburbios o pueblos pequeños. El 55% por ciento de los estadounidenses que viven en suburbios de bajo nivel  social dicen padecer  un alto grado de soledad, contrariamente, menos de un tercio de los habitantes de suburbios con servicios públicos a su alcance dicen sentirse solos.

Estos hallazgos se basan en una encuesta representativa a nivel nacional que midió la cercanía de los estadounidenses a seis tipos diferentes de espacios públicos y comerciales como: supermercados, restaurantes, bares o cafeterías, gimnasios o gimnasios, cines, boleras u otros lugares de entretenimiento como parques o centros recreativos, centros comunitarios y bibliotecas.

Incluso después de tener en cuenta la clase social, la educación, el género y la raza de un individuo, el acceso a los servicios públicos produce sentimientos de satisfacción con la comunidad, confianza social y menor aislamiento social.