Cabinas convertidas en Pequeñas Bibliotecas Libres en la Plaza del Oeste de Salamanca
Con la llegada de los dispositivos móviles, que según datos de Accenture en nuestro país la tasa de penetración de estos dispositivos es del 87 %, con una media de 2,9 aparatos por persona, las cabinas de teléfono instaladas en las calles perdieron toda su utilidad. Una buena idea para las viejas cabinas de teléfono es el de creación de Pequeñas Bibliotecas Libres tal como vemos en la imagen del Barrio del Oeste de Salamanca.
La misión del movimiento Little Free Library es promover la alfabetización y el amor por la lectura mediante la construcción de pequeñas bibliotecas ciudadanas para el intercambio de libros gratis en todo el mundo. Se trata de ampliar el sentido de comunidad entre vecinos en torno a esta forma única de compartir. Desde 2010, más de 28.000 bibliotecas gratuitas Little Free Library se han instalado en 80 países en todo el mundo, y especialmente en EE.UU. La iniciativa consiste en que te puedes llevar un libro gratis y a cambio también puedes dejar un libro para que otros lectores se lo lleven, también puedes leer el libro llevándotelo libremente y volver a dejarlo para que otro lector lo lea.
El fundador de este movimiento fue Todd Bol, el hijo de un ex maestro de escuela, quien construyó la primera pequeña biblioteca libremente gratuita en Wisconsin en 2009 en honor a su madre, y para promover la alfabetización en su comunidad. Sólo seis años después, Little Free Library es una próspera organización sin fines de lucro. Su red de bibliotecas ha crecido a en más de 28.000 pequeñas bibliotecas repartidas desde Islandia a Filipinas (ver mapa).
En un principio los nombres que se dieron a la propuesta fueron “Hábitat para las Humanidades”, “Casa de los Cuentos”, pero posteriormente dieron paso a lo que más y más personas llaman “Pequeñas Bibliotecas Libres”. Los primeros usuarios de estas se convirtieron en mediadores clave para el impulso de esta iniciativa a través de amigos y simpatizantes. Su papel como “mayordomos” fue fundamental para el éxito creciente del movimiento.
Para construir estas pequeñas bibliotecas libres se utilizan pequeñas casas de árbol construidas con material reciclado por los propios vecinos a modo de buzones o en la parte trasera de bicicletas construidas y decoradas artesanalmente (Ver galerías en Flickr y Pinterest). El movimiento se centra en el entusiasmo y compromiso de los “mayordomos”, llamados a si a los vecinos que impulsan el movimiento y que a menudo ayudan a otros vecinos en esta misión de construir otras pequeñas bibliotecas en su barrio. Cuando el movimiento se puso en marcha se pudo acceder a pequeñas subvenciones, asociaciones y alianzas informales que comenzaron a tener un impacto en la capacidad de las Little Free Library para mantenerse al día con la demanda.