
Bejdo, M. (2024, 2 de julio). Students Are Struggling With Literacy. The Public Library Can Help. Education Week https://www.edweek.org/teaching-learning/opinion-students-are-struggling-with-literacy-the-public-library-can-help/2024/07
Un número importante de estudiantes en Estados Unidos —y en muchas comunidades— enfrentan serias dificultades con la lectoescritura. Por ejemplo, en 2019 apenas un 37 % de los estudiantes de 12.º grado alcanzaban un nivel “proficiente” según los datos del National Assessment of Educational Progress (NAEP).
La autora, una educadora de primera infancia, propone que las bibliotecas públicas representen un aliado clave en la mejora de la alfabetización, especialmente cuando las bibliotecas escolares no son suficientes —o directamente no existen—.
Las bibliotecas públicas ofrecen una enorme variedad de recursos: colecciones extensas en varios idiomas, espacios para leer o hacer tareas, acceso a ordenadores y servicios de impresión, programas de alfabetización, cuentacuentos, actividades para niños, adolescentes y familias, clases, etc.
La colaboración entre escuelas y bibliotecas públicas, puede abrir un “nuevo mundo” para los estudiantes, particularmente para aquellos con dificultades lectoras, estudiantes multilingües o de entornos vulnerables. Ese tipo de alianza permite ofrecer a todos los alumnos —no solo a los de escuelas con buenos recursos— acceso a libros, oportunidades de lectura y un entorno favorable al aprendizaje.
El artículo subraya que las bibliotecas públicas poseen una riqueza de recursos difícilmente igualable por la escuela media:
- Colecciones amplias, actualizadas y multilingües, incluyendo libros impresos, ebooks, audiolibros y materiales accesibles.
- Programas de alfabetización temprana, como cuentacuentos, clubes de lectura, talleres familiares o actividades STEM conectadas con la lectura.
- Apoyo a tareas y estudio, con espacios tranquilos, personal capacitado y acceso a materiales suplementarios.
- Tecnología accesible, especialmente importante para estudiantes de bajos ingresos: ordenadores, tabletas, Wi-Fi libre, impresión y bases de datos.
- Programas orientados a adolescentes, no habituales en bibliotecas escolares, que fomentan la lectura desde intereses propios.
- Acceso gratuito y universal, sin barreras socioeconómicas.
Se proponen acciones prácticas para promover esta colaboración: organizar visitas escolares a bibliotecas públicas, promover que las familias conozcan los recursos disponibles, invitar bibliotecarios para sesiones de cuentacuentos en clase, etc. Todo con el fin de fomentar la lectura, mejorar la alfabetización y ofrecer oportunidades igualitarias de acceso al conocimiento.
- Visitas regulares de estudiantes a la biblioteca, para obtener su carné, descubrir secciones, conocer servicios digitales y generar vínculo afectivo con el espacio.
- Bibliotecarios que visitan las aulas, ofreciendo sesiones de lectura, presentaciones temáticas o introducción al uso crítico de la información.
- Promoción de bibliotecas “familiares”, que ayudan a que madres, padres y cuidadores conozcan los recursos que pueden utilizar en casa.
- Programas compartidos, como lecturas de verano, retos lectores o clubs interinstitucionales.
- Acompañamiento en alfabetización digital, que permite a los estudiantes navegar recursos electrónicos de manera autónoma.








