Las bibliotecas protegen los derechos culturales de las mujeres

dsntjepx4aek4bp

Libraries and the Cultural Rights of Women
Lessons from the Women, Information and Libraries Special Interest Group Satellite Conference, 16
August 2017, Bratislava, Slovakia

IFLA/FAIFE, 2017

Texto completo

 

 Las instituciones de patrimonio cultural, y principalmente las bibliotecas, pueden desempeñar un papel activo en la mejora de la situación. Como expertos en la forma en que se recopila, presenta y utiliza la información, pueden comprender los desequilibrios. Como organismos de servicio público, tienen el deber particular de llegar a todos y proporcionar servicios y apoyo que ayuden a todos a disfrutar de todos sus derechos.

Los derechos culturales han sido reconocidos durante mucho tiempo como un pilar de los derechos humanos. De acuerdo con la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, todos deberían poder participar en la vida cultural de su comunidad. El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966 añade que los gobiernos deben actuar para promover la conservación, el desarrollo y la difusión de la cultura.

Estos derechos se aplican tanto a las mujeres como a los hombres. Pero, con demasiada frecuencia, las mujeres se ven desfavorecidas, prestándoles menos atención a su derecho a acceder y disfrutar de la cultura y el conocimiento, menos atención a su propio potencial creativo y menos esfuerzo para conservar su propio patrimonio. Se arriesgan a ser ignoradas en el presente y olvidadas en el futuro, especialmente en situaciones de conflicto y extremismo. Por lo tanto, la Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre los Derechos Culturales, Karima Bennounce, ha optado por centrarse en la situación particular de las mujeres como parte de su mandato en la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH).

El Grupo de Interés Especial de Mujeres, Información y Bibliotecas eligió centrar su reunión satélite de 2017 a las bibliotecas que brindan apoyo a las mujeres en situaciones de conflicto. Este documento reúne las lecciones aprendidas de este evento para el trabajo en curso de la Relatora Especial sobre los derechos culturales de las mujeres. Resalta cómo los bibliotecarios han intentado comprender las necesidades particulares de las mujeres víctimas de conflictos en Uganda y Nigeria, el apoyo práctico ofrecido por bibliotecarios griegos a los refugiados y el trabajo vital de las bibliotecas en Ruanda e India para garantizar que la experiencia de las mujeres esté debidamente documentada. En términos más generales, otras dos secciones exploran cómo las bibliotecas pueden ayudar a reequilibrar el registro histórico mediante la promoción de entradas en temas femeninos en Wikipedia, y reexaminar algunas de las inquietudes éticas que deben tenerse en cuenta como parte de las estrategias de preservación.

5 comentarios en “Las bibliotecas protegen los derechos culturales de las mujeres

  1. Ica

    Éste es mi día, qué mejor día para empezar … hablar de bibliotecas y mujeres es hablar de mi vida, de lo que soy.
    La Biblioteca Nacional sirvió al público en general en una sala en su parte baja allá por los años 80. Recuerdo que era una sala amplia donde se podía ir a estudiar y a sacar libros. Por aquella época empecé a leer filosofía y descubrí a Unamuno, Descartes… mi época existencialista.
    Enamorada del ambiente y de un aspirante a filosofo intenté acceder a la Biblioteca de la parte Alta, recuerdo que “mi sala” estaba a nivel de calle. Un día, armada de valor pues me abrumaba la solemnidad del edificio, intenté acceder a la parte noble, desplegué todos los carnés de las diversas bibliotecas que poseía … hasta mi dni, pero nada fue suficiente. Un malcarado señor me negó la entrada: “Esta parte es solo para investigadores mayores de edad”. Yo tenía 16 años. Recuerdo que me ofendió tanto “quiero poner una reclamación”. El señor me ofreció un folio en blanco y me miró con media sonrisa.
    Ofendida como estaba escribí con letra temblorosa unas cuantas frases solicitando -infeliz de mí- que me fuera permitido el acceso argumentando que al no tener acceso era imposible acceder al objeto de estudio. Satisfecha como estaba de mi “reclamación” entregué al citado cancerbero el papel. Sonriendo cogió el papel, yo me despedí y bajé la escalinata. Mi amigo, filosofo futuro, tuvo otra experiencia con el mismo señor, y por supuesto otro trato.
    Cuando llegué a casa conté mis andanzas de biblioteca y mi madre sentenció “ te has quedado con una copia,¿no?” Se me cayo el alma al suelo, con tanto cabreo había olvidado la copia. Nunca tuve respuesta, era el final de los 70, el principio de los años 80.
    Más tarde, pasados pocos años ya con carné de investigador entré… todo un cuadro.
    Parecía que pisaba la luna por primera vez, anduve por los pasillos queriendo grabar en mi mente todos los espacios y rincones. Me encantaban los ficheros, miles y miles de fichitas a mano algunas otras mecanografiadas…La sala de lectura general, con aquellas sillas tan incomodas, aquel señor que en medio de la sala “cierren las puertas” por la corriente que recibía al estar el pobre en medio. Con el paso de los años he conocido al que debió llegarle mi reclamación de juventud. Ni lo recuerda … pero al menos reconoce el error.
    Pasado el tiempo volví para trabajar a mi amada Biblioteca. Recuerdo que en lugar de sacar la tarjeta de acceso, sacaba las llaves de casa. Alguna vez las coloque encima del lector de tarjetas …
    No era 1837, era 1980.

    Me gusta

    Responder
  2. Pingback: Las bibliotecas y la mujer. Planeta Bibliotecas 2018/01/16 | Universo Abierto

  3. Pingback: “No era 1837, era 1980”: la luchas de las mujeres por el derecho igualitario de acceso a la cultura y a las bibliotecas | Universo Abierto

  4. Pingback: Anecdotario bibliotecario | Universo Abierto

Deja un comentario