
Si no acuden los amigos de Roma, en su lugar siempre hay otros, magníficos, unos compañeros que jamás defraudan, lo mismo dispuestos al silencio que a la charla. Los libros. Marco Tulio Cicerón instala en su casa de campo una fantástica biblioteca, un panal de sabiduría verdaderamente inagotable. Las obras de los sabios griegos alineadas junto a las crónicas romanas y los compendios de la ley. Con semejantes amigos de todos los tiempos y todas las lenguas, no puede sentirse solo ni una noche.
STEFAN ZWEIG
Momentos estelares de la Humanidad (1927)