Las bibliotecas muestran a los ciudadanos cuánto dinero ahorran al pedir prestados libros en la biblioteca: el sistema Polaris ofrece la función «Te has ahorrado»

Gault, Matthew. «Libraries Are Telling People How Much Money They Save by Not Buying Books». Vice (blog), 14 de agosto de 2019.

Ver original

Hoy en día hay cientos de sitios donde leer libros gratis legalmente, sobre todo si son antiguos y de dominio público. Pero la biblioteca pública local es aún mejor, y conseguir un ejemplar gratuito de un nuevo bestseller es tan fácil como hacerse una tarjeta. Allgunas bibliotecas incluso informan a sus clientes de cuánto dinero ahorran al utilizar la biblioteca en lugar de comprar libros nuevos.

Esta semana, en Reddit penguinska9 publicó su recibo de la biblioteca «Me acabo de dar cuenta de que mi biblioteca lleva la cuenta de cuánto ahorras si no compras libros y los pides prestados», dijo.

Según su recibo, comprar los libros que habían sacado ese año les habría costado 1.384,23$ y han ahorrado un total de 7.078,76$ desde que empezaron a utilizar la biblioteca.

El recibo es una función del Polaris Integrated Library System, un sistema de gestión de inventarios para bibliotecas públicas, que se añadió en 2016. Según una entrada del blog de la Biblioteca Pública de Wichita, una de las bibliotecas que utiliza Polaris, «La función «Te has ahorrado» calcula la cantidad ahorrada en función del precio original del material cuando fue adquirido por la Biblioteca.»

Las bibliotecas modernas están haciendo mucho para que nadie tenga que volver a pagar por un libro nuevo. Incluso si prefieres los audiolibros o los libros electrónicos, las bibliotecas te tienen cubierto. Muchas bibliotecas tienen sistemas que permiten a los usuarios descargar audiolibros y libros electrónicos directamente a su teléfono.

Las bibliotecas están incluso eliminando las temidas multas por retraso. Mi propia biblioteca local se deshizo hace poco de las tasas y canceló todos los saldos pendientes, lo que me alegró porque les debía unos 5 dólares. «A muchos clientes, cuando llegan a esa multa máxima, no los volvemos a ver», declaró Tony Tallent, funcionario de la Biblioteca Richland, al periódico local The State.

Muchas de las instituciones públicas de Estados Unidos se están colapsando, pero nuestras bibliotecas siguen siendo una sólida fuente de conocimiento y alegría para sus comunidades. La posibilidad de ver lo que la biblioteca nos ahorra en términos financieros no hace sino confirmarlo.