Colaborando en las sesiones de aulas invertidas: mejores prácticas para profesores y bibliotecarios

 

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Collaborating on Flipped Library Sessions: 8 Best Practices for Faculty & Librarians
By: Nicole Webber and Stephanie Wiegand, aug 2019

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Una práctica común en muchas universidades consiste en que los profesores que utilizan metodologías de aprendizaje innovadoras como las inviten a los bibliotecarios a sus aulas para que impartan conocimientos básicos sobre investigación e información, adaptados a las necesidades disciplinarias o de los cursos. Las métodos de formación impartidos por parte la biblioteca varía en formato, pero a menudo se se quedan en una única  sesión de clase aislada, lo cual puede ser restrictivo. Muchos desafíos acompañan a este formato tradicional, incluyendo limitaciones de tiempo, audiencias desconectadas, y poca comprensión por parte del estudiante en cuanto a cómo la formación aportada por biblioteca se integra con el contenido del curso.

Los métodos de las aulas invertidas (Flipped Learning) pueden ayudar a contrarrestar estos desafíos. Aquí se ofrecen ocho mejores prácticas para aquellos que estén interesados en explorar métodos para incorporar el contenido de la biblioteca en un curso, ya que amplían las oportunidades para que la instrucción en la biblioteca se imparta en múltiples ocasiones en un curso, de manera virtual o en persona, y para que se utilicen una gama más amplia de herramientas educativas. Cada vez más, los bibliotecarios y el profesorado están colaborando en el diseño de experiencias bibliotecarias más atractivas y relevantes para sus estudiantes mediante la incorporación de Flipped Learning. Entre otros beneficios, el modelo destaca por su énfasis en el aprendizaje cooperativo, el aprendizaje activo, el pensamiento crítico, la resolución de problemas y la autoevaluación (Roehl, Reddy y Shannon 2013).

A continuación se ofrecen ocho mejores prácticas para aquellos que estén interesados en explorar métodos para incorporar el contenido de la biblioteca en un curso.

1. Planificación temprana (y a largo plazo)

Al igual que con cualquier modelo pedagógico eficaz, el cambio de contenido requiere tiempo, reflexión cuidadosa y energica. Para hacerlo para la instrucción de la biblioteca se requiere comunicación y coordinación adicional entre el bibliotecario y la facultad. Planificar por lo menos un semestre antes de la implementación asegura tiempo para crear planes de lecciones y herramientas atractivas y relevantes (tales como tutoriales, videos o actividades) que tengan una mayor probabilidad de éxito. Este esfuerzo está optimizado para los cursos que se ofrecen regularmente.

2. Colaboración in situ

Trabajar juntos para conectar las experiencias individuales es crítico, particularmente porque los estudiantes no se dan cuenta cuando la formación de la biblioteca está enmarcada como una conferencia suplementaria de invitados. Los bibliotecarios aportan su experiencia en la adquisición de conocimientos básicos en materia de información y habilidades de investigación, mientras que el profesorado aporta conocimientos sobre la disciplina y las disposiciones de los estudiantes. Una asociación fuerte abre oportunidades, anticipa los desafíos e integra el material en el curso de manera que ninguna de las dos personas pueda lograrlo de manera independiente.

3. Vincular y sincronizar directamente con las asignaciones

Los instructores comúnmente programan la formación en la biblioteca al principio del semestre para que los estudiantes puedan emplear el contenido a lo largo del curso. Si bien es apropiado en algunos casos, este calendario conduce a menudo a una desconexión entre las competencias básicas en materia de información y su aplicación a un proyecto de investigación de gran envergadura que debe realizarse al final del curso. Elegir un momento en que los estudiantes ya han comenzado a trabajar en sus tareas y ser transparentes con ellos sobre cómo estas habilidades serán parte integral de una tarea en particular vinculará la importancia de la formación al éxito del estudiante, aumentando la motivación y el compromiso del estudiante.

4. Construir resultados de aprendizaje impactantes para el estudiante

Flipped Learning permite que la formación en la biblioteca vaya más allá de las habilidades de bajo orden (como la navegación con recursos o la cita de fuentes) y se extienda a conceptos más avanzados que se relacionan directamente con el comportamiento de la información dentro de una disciplina. Los bibliotecarios pueden introducir o revisar las habilidades básicas con contenido en línea antes de una sesión en clase, lo que deja más tiempo de clase para profundizar en conceptos integrados en el curso como los contextos políticos, sociales, económicos y profesionales que dan forma a la creación, disponibilidad y uso de las fuentes de información.

5. Incentivos integrados

Bergmann y Sams (2012), diseñadores de Flipped Learning, encontraron que las sesiones cara a cara probablemente fracasarán si la mayoría de los estudiantes no completan el trabajo fuera de clase que se requiere típicamente del modelo. Los incentivos pueden motivar a los estudiantes a completar el trabajo, pero la coordinación es esencial ya que es el profesor, y no el bibliotecario, es quien maneja la comunicación y tiene autoridad con los estudiantes. Los incentivos incluyen tareas en línea calificadas, juegos de revisión en clase, actividades de autoevaluación o revisión por pares, inclusión de contenido fuera de clase en las preguntas de los exámenes, o incluso consecuencias sociales de no estar preparado para contribuir al trabajo en grupo. Tales actividades pueden requerir calificaciones adicionales, facilitación de grupos o creación de contenido que el instructor y el bibliotecario pueden asignar en el proceso de planificación.

6. Implementar la tecnología con cuidado

La tecnología es típicamente lo que permite la flexibilidad de los modelos invertidos, y el bibliotecario puede tener acceso o estar familiarizado con tecnologías diferentes a las del instructor. El maestro y el bibliotecario deben trabajar juntos para determinar la idoneidad, disponibilidad, accesibilidad y recursos de ayuda de las tecnologías potenciales en lo que respecta al proceso de creación y uso por parte de los estudiantes. Un principio consistente de Flipped Learning es usar sólo tecnología que mejore la pedagogía.

7. Proporcionar seguimiento

Conectar a los estudiantes con un bibliotecario y ofrecerles asistencia en el punto de necesidad es a menudo una meta de invitar a un bibliotecario alas clases; sin embargo, los estudiantes pueden encontrar obstáculos más tarde mientras hacen las tareas. Al referirse debidamente al contenido de la biblioteca y proporcionar información de contacto en múltiples lugares y formatos, el profesorado puede animar a los estudiantes a identificar y hacer uso de los recursos de la biblioteca cuando sea necesario. La tecnología ofrece además medios para conectar a los estudiantes con la ayuda de la investigación. Por ejemplo, el bibliotecario puede enviar correos electrónicos de seguimiento directamente a los estudiantes después de una sesión o el maestro puede incorporar al bibliotecario al sistema de gestión de aprendizaje del curso.

8. Actualizar y Revisar

Las relaciones de colaboración se construyen con el tiempo y son, al igual que con la enseñanza en general, iterativas. Con el tiempo, los errores, las revelaciones y las interacciones de los estudiantes generarán nuevas ideas para aumentar la efectividad del contenido. Después de cada implementación, el maestro y el bibliotecario deben reflexionar juntos sobre el curso y discutir cualquier cambio para el futuro. De la misma manera, puede ser apropiado obtener retroalimentación de los estudiantes directamente.