Tienda de libros usados en Fruitville Public Library (USA)
«Para sobrevivir en la era digital, las bibliotecas deberían ser más como librerías, creando un entorno acogedor y pausado, y las librerías deberían parecerse más a las bibliotecas, que ofrecen espacios y programas comunitarios. Ambos deben pensar creativamente sobre cómo proporcionar las cosas que los vendedores en línea no pueden ofrecer.»
Muchael Scott
Todo tipo de bibliotecas están experimentando cambios en la forma en que son percibidas por sus comunidades y la sociedad en general. Además de promover el amor por el libro y la lectura, las bibliotecas fomentan un fuerte sentido comunitario, que los bibliotecarios enriquecen ofreciendo ayuda práctica en multitud de temas, como talleres para ayudan a los ciudadanos a rellenar formularios sobre impuestos, contratar un seguro privado o el aprendizaje de habilidades informáticas. Frente a la necesidad de competir por la reducción de los presupuestos y con ánimo de remarcar su valor en la era digital, las bibliotecas están decididas a demostrar que pueden responder rápidamente a las necesidades de los contribuyentes para mantenerse relevantes. De este modo las bibliotecas se están reinventando a sí mismas como lugares vibrantes de sus ciudades, proporcionando las bases como centros de formación tecnológica y de apoyo a la sostenibilidad de la economía local. En consonancia con ello, los bibliotecarios están redefiniendo cual es su tarea y responsabilidades en la era digital, por lo cual muchas bibliotecas públicas están viendo una oportunidad para llenar el vacío creado por la pérdida de las librerías tradicionales, proporcionando talleres de escritura, maquetación, marketing y edición digital a los futuros autores, asumiendo el servicio de librería en el ámbito local adaptando cada vez más sus colecciones y servicios a las demandas de los usuarios, a los que ahora incluso algunos expertos definen como clientes.
Muchas ciudades y pueblos pequeños no disponen de librerías, pero la mayoría si tienen una biblioteca. Los autores están tomando conciencia del valor y los beneficios que tienen las bibliotecas como mecanismos de visibilidad de sus obras. Algunos datos apuntan a que un 25 de toda la producción editorial la absorben las bibliotecas. Por ello los autores están teniendo en cuenta la importancia de estar presentes en las bibliotecas y hacer que sus libros estén a disposición de la gente. Especialmente aquellos autores que publican sin la mediación de una editorial y sin los potentes mecanismos de marketing que ofrecen las grandes editoriales.
Librerías y bibliotecas han jugado un papel importante en la educación a lo largo de muchas décadas, con la llegada de la digitalización se está produciendo un reposicionamiento de los agentes implicados en el ecosistema del libro, ya que con el nuevo formato, los libros no necesitan de un espacio físico, y por otro lado los escritores sobre todo aquellos que publican de forma independiente necesitan canales para la visibilidad a través de diversos puntos de venta. Uno de ellos puede ser la biblioteca, ya muchos de las plataformas que ofrecen sus servicios en bibliotecas permiten incorporar en el catálogo un botón de compra denominado «Buy now» (Comprar ahora) para que los lectores puedan adquirir el libro que están consultando, bien porque desean leerlo inmediatamente y en ese momento no está disponible para el préstamo y e, o bien porque lo han leído y quieren comprarlo. De esta manera las bibliotecas pueden servir de apoyo a la visibilidad y promoción de los autores locales, ofreciendo un servicio adicional, que además contribuye al apoyo a la economía de su comunidad y a la sostenibilidad de la biblioteca, ya que parte de el ingreso de la venta -normalmente el 10%- repercute en la biblioteca para poder poder adquirir nuevos materiales. Pero este fenómeno no se circunscribe únicamente al entorno digital.
Según Muchael Scott, para sobrevivir en la era digital, las bibliotecas deberían ser más como librerías, creando un entorno acogedor y pausado, y las librerías deberían parecerse más a las bibliotecas, que ofrecen espacios y programas comunitarios. Ambos deben pensar creativamente sobre cómo proporcionar las cosas que los vendedores en línea no pueden ofrecer.
La librería de los Amigos de la Biblioteca Pública de Fruitville, es asistida por voluntarios y vende libros usados en buen estado y otros productos como rompecabezas que están disponibles para su compra a precios sorprendentemente bajos. El único propósito de la institución es proporcionar apoyo y mejorar la calidad de los servicios de biblioteca al público. Cada biblioteca en el Sistema de Bibliotecas del Condado de Sarasota cuenta con un grupo de amigos de la biblioteca y todos ellos funcionan de forma similar.
Friends of the library Bookstore en Selby Public Library
La librería de Selby library, invita a entrar y navegar entre los miles de libros de todos los géneros, permitiendo a los usuarios a abastecerse de su lectura de verano, buscar libros de cocina interesantes, clásicos fuera de imprenta y títulos únicos que desafían un género establecido a precios bajos. La biblioteca además también vende otros artículos donados que no son libros como joyas, arte, accesorios y materiales cerámicos.
En la biblioteca pública Arlington Heights, se puede pedir una copia adicional de cualquier libro de los que están disponibles en el catálogo. Con esta política se pretende eliminar la frustración propia de las largas esperas. La librería de la biblioteca ocupa parte del primer piso, y está equipada con asientos cómodos , máquinas expendedoras y, sobre todo, una gran cantidad de productos en venta.La biblioteca también vende libros usados, estos provienen en su mayoría de bestseller expurgados que tuvieron una alta demanda, y de los cuales la biblioteca disponía de varios ejemplares que cuya demanda declinó después de un 1 año o año y medio de una fuerte demanda como suele ocurrir con este tipo de libros, es el caso de libros como «Cincuenta sombras de Grey», de los que la biblioteca poseía 36 ejemplares que ahora están a la venta en la librería de la biblioteca, junto a otros que han tenido baja circularon, materiales donados y libros que ya cumplieron su ciclo de demanda. «Una biblioteca tiene un espacio limitado, por lo que casi hay que pensar en ella como una tienda, y lo que tengamos en las estanterías debe ser aquello que la gente quiere», dijo Jason Kuhl, el director ejecutivo de la Biblioteca de Arlington Heights.
También las bibliotecas tiene por lo menos un club de lectura, si no dos o más, y lo que cualquier autor quiere es promover su libro en la mayor cantidad posible de los clubes de lectura. De este modo las bibliotecas están asumiendo su responsabilidad de proporcionar la oportunidad de descubrir las obras literarias de mérito, ya sea los clásicos, o las novelas de ficción más recientes.
Mientras que los libros impresos, tanto de ficción y no ficción, todavía constituyen la mayor parte de las colecciones de la biblioteca. Los planes de renovación del edificio rara vez incluyen la ampliación del espacio para productos impresos. En lugar de ello, muchas bibliotecas están sacrificando sus colecciones y adaptando su espacio para dar cabida programas de formación tecnológica, así como salas versátiles para conferencias, espacios para usos privados para el emprendimiento y la generación de nuevas ideas, lugares tranquilos frecuentemente solicitados por los diferentes colectivos de usuarios que necesitan un espacio para definir sus propuestas. El sentido de comunidad en las bibliotecas significa que los lectores van allí por una variedad de razones, no sólo a buscar libros. Según Michael Scott «Cada vez más, estos lugares también están llenando otra necesidad crítica en nuestras comunidades, proporcionando un refugio para aquellos que buscan una conexión comunal en un mundo cada vez más aislado»
Gretchen Caserotti, el director adjunto de los servicios públicos en la biblioteca pública en Darien, Connecticut., Dijo: «Estamos tremendamente emocionados con el cambio radical en las bibliotecas que permite repensar nuestro modelo en un mundo nuevo. La biblioteca debe ser como se suele decir, un tercer lugar – usted tiene su casa, el trabajo o la escuela, y luego la biblioteca, que es el centro y el corazón de la comunidad», además apostilló «Nuestro personal está comprometido al 100 por ciento con la hospitalidad, el servicio al cliente y es gente tan acogedora que es como si ellos les invitaran a su propia casa». El término «Tercer lugar fue acuñado por Ray Oldenburg, autor del libro The Great Good Place, para describir cualquier entorno exterior de la casa y el lugar de trabajo (primer y segundo lugares, respectivamente), donde la gente se reúne para una conexión interpersonal más profunda. Terceros lugares incluyen, por ejemplo, lugares de culto, centros comunitarios, o bibliotecas. los terceros lugares, de acuerdo con Oldenburg, son de vital importancia para fortalecer el tejido social en las comunidades, ya que facilitan el intercambio saludable de ideas y proporcionan un lugar público para el debate y participación de la comunidad. Todo ello representa la convergencia que se está llevando a cabo entre el papel tradicional que las bibliotecas han desempeñado durante mucho tiempo y el que están desarrollando en el mundo virtual.
Bibliografía consultada
Are Libraries the New Bookstores? Winter und Boxed June 7, 2016 By Guest
How Libraries and Bookstores Became the New Community Centers newgeography by Michael Scott 01/30/2012
Libraries See Opening as Bookstores Close The New York Times By Karen ann AREN ANN Culloitadec. 27, 2012
The Future of Libraries and Bookstores lies in their own Past «Big think by KristenN Winkler
Alonso Arévalo, Julio. Vázquez Vázquez, Marta. “La biblioteca como editora de contenidos”. En: Métodos de información (MEI), II Época, Vol. 6, nº 11 2015, pp. 201-213. DOI:http://dx.doi.org/10.5557/IIMEI6-N11-201213 Texto completo
Alonso Arévalo, Julio (2016). «La biblioteca en proceso de cambio». BiD: textos universitaris de biblioteconomia i documentació, núm. 36 (juny) . <http://bid.ub.edu/es/36/arevalo.htm>. DOI: http://dx.doi.org/10.1344/BiD2016.36.12 [Consulta: 16-06-2016].
Okerson, A. and A. Holzman (eds). [e-Book] The Once and Future Publishing LibraryWashington, Council on Library and Information Resources, 2015. Texto completo
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