El préstamo de un libro que no ha sido solicitado en años

Nada se pierde para siempre. Nada. Repetid con decisión (es importante): nada. La memoria guarda en su seno tesoros que ignoramos y que crecen, se expanden y brillan mejor entre el polvo y la oscuridad. Un día, un visitante ocioso recorre con el índice polvoriento la estantería en busca de un libro determinado y he aquí que el milagro sucede una vez más. Su atención, atraída por otro volumen que descubre inesperadamente, olvida cualquier proyecto inicial, y la bibliotecaria del mostrador ve pasmada cómo se pide en préstamo un libro que no ha sido solicitado en años.

Sabino Méndez «Literatura universal»