
«Mi biblioteca era -todas las bibliotecas lo son- un lugar de refugio definitivo, un espacio salvaje y sagrado donde los significados son manejables precisamente porque no son vinculantes; y donde la ilusión es reconfortantemente real».
André Brink
«Mi biblioteca era -todas las bibliotecas lo son- un lugar de refugio definitivo, un espacio salvaje y sagrado donde los significados son manejables precisamente porque no son vinculantes; y donde la ilusión es reconfortantemente real».
André Brink