
Cada una de las cinco primeras imágenes representa un estereotipo clásico sobre los bibliotecarios: la «solterona», el «ejecutor», el «objeto sexual», el bibliotecario empollón y patético y la «enciclopedia andante». La última imagen muestra a los profesionales de la información como realmente son: gente corriente. Hombres y mujeres de todas las edades, etnias, orígenes y personalidades que han elegido una carrera en el campo de la información.