
«Los libros son porciones de felicidad, incluso los más tristes o los más aterradores pueden prestarte recuerdos que dibujarán una sonrisa en tu rostro. Los libros son tarde de invierno frente a una chimenea; mañanas de primavera en un parque; vacaciones de verano en una playa; paseos en otoño haciendo crujir las hojas bajo los pies.
Además, huelen bien. ¡Qué demonios, es el mejor olor del mundo! Por eso no entiendo cómo las grandes perfumerías aún no han intentado explotar sus posibilidades de mercado. Qué amante de la lectura tradicional no querría un suavizante para ropa con fragancia a libro nuevo. Una loción con notas de tinta y papel reciclado. Un ambientado con aroma a texto antiguo. Esencia de primera edición. Desodorante con olor a biblioteca…»
MARÍA MARTÍNEZ
Tu y otros desastres naturales