
Barnes, L. Genuine open access to academic books requires collective solutions. LSE September 14th, 2021
UKRI, la agencia nacional de financiación de la investigación del Reino Unido, y cOAlition S, un consorcio internacional de financiadores de la investigación, reafirmaron recientemente su compromiso de ofrecer acceso abierto a los libros académicos. Sin embargo, aunque se ha establecido claramente una trayectoria abierta, sigue sin estar claro cómo se va a conseguir. En este artículo, Lucy Barnes sostiene que, para que los libros académicos sean realmente abiertos, hay que hacer hincapié en los modelos de financiación colectiva que limitan la posibilidad de que se levanten nuevas barreras al acceso mediante la imposición de costosas tasas de procesamiento de libros (BPC).
La nueva política de acceso abierto (OA) del UKRI se publicó en agosto; incluía estipulaciones para las publicaciones de formato largo basadas en investigaciones financiadas por el UKRI. Las monografías, los capítulos y las colecciones editadas que se publiquen a partir del 1 de enero de 2024 deberán estar disponibles en acceso abierto en un plazo de doce meses a partir de su publicación, ya sea por parte de la editorial o mediante la inclusión del manuscrito aceptado del autor en un repositorio. Hay una serie de excepciones, como los libros comerciales, los libros de texto y los libros para los que el “único editor adecuado” no ofrece una vía de acceso abierto para su publicación.
Asimismo, en septiembre cOAlition S dio a conocer una serie de recomendaciones dirigidas a sus financiadores, entre las que se incluyen las siguientes: los libros basados en investigaciones financiadas deben publicarse en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons; los autores o las instituciones deben conservar los derechos de reutilización; se desaconsejan los embargos, que no deben durar más de 12 meses; y los financiadores deben apoyar económicamente la publicación en acceso abierto.
Se trata de una evolución positiva que lleva mucho tiempo gestándose. El gobierno del Reino Unido adoptó la posición de que la investigación financiada con fondos públicos debería ser de OA (con una preferencia por el OA inmediato) después de que se publicara el Informe Finch en 2012, hace casi una década y doce años antes de la fecha propuesta de implementación de la nueva política del UKRI para los libros.
No obstante, es cierto que el progreso en el establecimiento del acceso abierto a los libros va a la zaga de las revistas. Hasta ahora, muchas grandes editoriales han recurrido exclusivamente a los Book Processing Charges (BPCs) para financiar los libros de acceso abierto que publican, un enfoque que hace recaer los costes de entre 5.000 y 12.500 libras sobre el autor o su financiador y que, por tanto, excluye a quienes no disponen de estos recursos.
El nuevo enfoque colectivo se basa en el principio de que ninguna persona u organización debe soportar una carga financiera demasiado pesada, ni se le debe impedir publicar en acceso abierto simplemente porque no puede pagar. El modelo se basan en un enfoque comunitario de la publicación en acceso abierto: en lugar de que un autor pague por su propio libro, o una universidad pague por sus propios autores, la contribución de cada institución financia colectivamente el trabajo de publicación en su conjunto y ningún autor se ve impedido de publicar en acceso abierto por no poder pagar una cuota.
Las disciplinas de Humanidades y Ciencias Sociales necesitan vías de acceso abierto de alta calidad y financiadas de forma equitativa. La alternativa es un futuro en el que la investigación producida por estas disciplinas sea cara e inaccesible. El trabajo realizado por las pequeñas editoriales pioneras, y los enfoques colectivos como el que encarna el COPIM, están creando las condiciones para que los editores de libros de todo tipo desarrollen su propio modelo de acceso abierto sin BPCs ni Acuerdos Transformativos. Casi doce años después del Informe Finch, ha llegado el momento de que todas las partes implicadas acepten el reto transformador del acceso abierto de forma que beneficie a toda la comunidad investigadora, en lugar de duplicar un sistema existente al que sólo pueden acceder los que tienen posibilidades de financiación.