Amazon bloquea el préstamo de libros electrónicos a las bibliotecas

Amazon Blocks Libraries from Loaning eBooks. EbookReader March 12, 2021 By Mercy Pilkington

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El gigante del comercio electrónico que también se ha convertido en una potencia editorial, ya que desde 2009, Amazon publica libros y audiolibros bajo sus propias marcas, como Lake Union, Thomas & Mercer y Audible; acaba de anunciar que no venderá versiones descargables de sus más de 10.000 libros electrónicos o decenas de miles de audiolibros a las bibliotecas. Esto muestra cómo los monopolios tecnológicos nos perjudican no sólo como consumidores, sino como ciudadanos.

El préstamo de libros electrónicos a través de las bibliotecas públicas ha sido un dolor de cabeza desde la llegada de la lectura digital. Los requisitos de las editoriales y los obstáculos tecnológicos que deben superar las bibliotecas y los usuarios han hecho que el camino sea tortuoso. Pero resulta que algunas de las barreras no son artificiales…

Amazon, la empresa que hace que sea demasiado fácil aborrecerlas con algunas de sus prácticas, ha sido ahora objeto de un informe que documenta su tratamiento de las bibliotecas y los usuarios. La compañía ha reconocido al Washington Post que no permite que los libros electrónicos de ninguno de sus títulos de Amazon Publishing sean distribuidos por las bibliotecas o prestados por los usuarios.

¿Por qué? Para obligarte a comprar el libro. Con el aumento del interés por el préstamo digital debido a la pandemia mundial de COVID-19 y la mayor necesidad de pedir prestado en lugar de comprar debido a la pérdida de empleo y la depresión económica, cada vez más usuarios recurren a los libros electrónicos por seguridad y asequibilidad.

Cuando los autores firman con una editorial, ésta decide cómo distribuir su obra. Una de las cosas realmente decepcionantes de este problema es que son los autores y los usuarios los que sufren. Por supuesto, Amazon también sale perdiendo, ya que hay demasiados libros fantásticos que disfrutar como para perder el tiempo preocupándose por no poder leer los títulos de Amazon Publishing. Aunque la empresa puede suponer que esto impulsará a las bibliotecas a comprar más ediciones impresas o a los lectores a comprar el libro para sí mismos, puede ser una apuesta que no resulte rentable.

Teniendo en cuenta que este es el decimocuarto aniversario del lanzamiento del Kindle, ya es hora de que las editoriales descubran cómo prestar un libro electrónico de forma que ayude a las bibliotecas, apoye a los autores y siga aportando dinero a las arcas. Pero esconderse detrás de los autores -como ha hecho Amazon, alegando que sólo vela por los ingresos de sus autores- es, en el mejor de los casos, poco sincero.