En los últimos meses han aparecido diferentes noticias sobre robos en bibliotecas. Hace un mes un hombre de 53 años fue detenido en Valencia por robar 222 libros de la biblioteca utilizando según parece un método ingenioso, llevaba en préstamo los libros, y los devolvía en la máquina de autopréstamo, habiendo previamente fotocopiado el código de barras. El valor de los libros sustraídos rondaría los 10.000 euros según se ha informado. También sobre la misma fecha otro hombre fue arrestado en Sacramento después de robar más de 2.000 libros de la biblioteca de Fair Oaks por un valor de más de 100.000 dólares propiedad de la biblioteca de su casa.
Un estudio encargado en el Reino Unido estimó que la tasa media de pérdida por robo en bibliotecas era del 5,3% Según otro estudio en las bibliotecas públicas, los bibliotecarios informaron que los temas más comunes de los libros sustraídos con mayor frecuencia se trata de libros que tratan sobre sexo y misterio; además de libros de preparación de exámenes. y entre ellos, curiosamente los manuales de formación de las fuerzas del orden se encuentran entre los libros más robados. Otros libros y revistas comúnmente sustraídos en bibliotecas, incluyen libros de arte con fotos y pinturas de desnudos, manuales del Kama Sutra y novelas eróticas. En el caso de deterioro por arranque de páginas, la gente tiende a arrancar páginas con ilustraciones sexys y a guardárselas en lugar de sacar el libro.
En el caso de las bibliotecas universitarias los libros preferidos por los ladrones son los libros ilustrados de arte con lujosas fotografías, que a menudo luego revenden por eBay, y manuales del curso, en muchos casos debido a los precios o a que necesitan consultarlos por mucho más tiempo del que les permite el período de préstamo establecido por la biblioteca.
Pero ¿Cuál es el libro más robado? Probablemente pensaríamos que fuera un libro de Sahkespeare o el Quijote. Según una investigación de Candice Huber, los ladrones de libros no son tan exquisitos, ya que el famoso «Libro Guinness de los récords», también tiene el triste récord de ser el libro más robado de las bibliotecas públicas, seguido de la Biblia.
En el caso de los libros más robados en librerías,- también según el estudio de Huber-, los de Bukowski y Kerouac son los más apetecibles para los ladrones de Estados Unidos, junto con los de Hemingway, David Sedaris y El Gran Gatsby de F. Scott Fitzgerald. En el caso del Reino Unido la lista es diferente, los más robados son los libros de «Harry Potter» de Rowling y «Robar este libro» de Abbie Hoffman.
Cuando se trata de libros como raros o manuscritos de gran valor los ladrones suelen ser profesionales. Así en 1996, se robaron dos manuscritos mormones de la Biblioteca Pública de Cincinnati y el Condado de Hamilton, el método que utilizó el ladrón fue solicitar el manuscrito y remplazarlo por una copia facsímil. El robo de documentos de interés histórico, literario o cultural en archivos y bibliotecas, al igual que el de obras de arte, se hace con el propósito de venderlos a coleccionistas privados.
Ejemplos de destacados ladrones de documentos condenados incluyen al ex archivero del Estado de Nueva York Daniel D. Lorello, Frede Møller-Kristensen, quien entre 1968 y 1978 robó unos 1.600 libros históricos por valor de más de 50 millones de dólares de la Biblioteca Nacional Danesa, y al anticuario E. Forbes Smiley III, quien robó cerca de 100 mapas de bibliotecas de los Estados Unidos y Gran Bretaña a lo largo de ocho años. Además de cartas, mapas y otros materiales manuscritos, los libros raros también llaman la atención de los ladrones de documentos. John Charles Gilkey, por ejemplo, robó cientos de libros raros a lo largo de muchos años. Estos crímenes fueron en gran medida producto de una obsesión personal, lo que ilustra la gama de motivos de los robos de documentos. En 2013, Marino Massimo De Caro, ex director de la Biblioteca Girolamini de Nápoles, llevó a cabo uno de los robos de libros más importantes de todos los tiempos en el mundo de los libros raros, cuando se apropio de volúmenes de ediciones centenarias de personajes como Aristóteles, Descartes, Galileo y Maquiavelo. En España, todos recordamos el robo del Códice Calixtino, que sustrajo un electricista que hacia trabajos para la Catedral de Santiago de Compostela, y que halló la policía un año después, intacto y envuelto en un paño rodeado de basura en un garaje de una ciudad dormitorio aledaña a Santiago. O los robos de dos mapas de 1482 en la Biblioteca Nacional de España en Madrid.
Y ya puestos. En Estados Unidos y otros países es costumbre pagar las multas con dinero en lugar de hacerlo con la suspensión del servicio como se hace en Europa. Pero ¿Cuál fue la multa más alta puesta en una biblioteca? La multa más grande por un libro en préstamo atrasado puesta por una biblioteca fue de 345.14$, la cantidad adeudada a dos centavos al día por el libro de poesía «Días y Hechos» sacado de la Biblioteca Pública de Kewanee, Illinois, EE.UU. en abril de 1955 por Emily Canellos-Simms. Aunque el libro debía haber sido devuelto el 19 de abril de 1955, Emily lo encontró en la casa de su madre 47 años después y lo devolvió a la biblioteca con un cheque por las multas atrasadas.
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