La inteligencia artificial en las bibliotecas. Lo que los bibliotecarios deben saber ahora.

Chatbots and Beyond: Artificial Intelligence in Libraries. What Librarians Need to Know Now. PressReader. 2024.

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Este documento ofrece una visión integral sobre cómo la inteligencia artificial (IA), especialmente la generativa, está transformando el mundo bibliotecario. Aborda aplicaciones prácticas, implicaciones éticas, riesgos de privacidad y el papel activo que pueden asumir los bibliotecarios en esta revolución tecnológica.

La inteligencia artificial (IA) ha irrumpido en nuestras vidas con una rapidez sorprendente, y las bibliotecas no son la excepción. Este informe destaca cómo la IA, especialmente la generativa, está transformando el trabajo bibliotecario en múltiples dimensiones. Aunque no es necesario dominar los aspectos técnicos para utilizar estas herramientas, comprender sus fundamentos —como el aprendizaje automático y el reconocimiento de patrones— permite a los profesionales de la información interactuar con ellas de forma crítica y creativa.

El lanzamiento de ChatGPT en 2022 marcó un punto de inflexión en la adopción pública de la IA generativa. Su capacidad para generar texto a partir de instrucciones ha revolucionado sectores como la educación, la investigación y la gestión de contenidos. Los bibliotecarios, aunque a menudo no se consideren expertos en IA, ya han estado usando algoritmos de búsqueda y sistemas automatizados que incorporan inteligencia artificial, lo que los posiciona como mediadores clave en esta nueva era.

En bibliotecas universitarias, la IA se utiliza para asistir en investigaciones, recomendar recursos personalizados, gestionar cuentas de usuarios y ofrecer soporte técnico. Herramientas como Elicit, Scite y Consensus ayudan a navegar literatura científica y generar resúmenes. Además, los sistemas de indexación automatizada permiten mejorar la organización y descubrimiento de contenidos, refinando metadatos y ampliando el acceso interdisciplinario.

Las bibliotecas públicas también se benefician de la IA mediante la automatización de procesos como la gestión de inventarios, préstamos interbibliotecarios y recomendaciones de lectura. El análisis de datos de uso permite tomar decisiones más informadas sobre adquisiciones y servicios, optimizando recursos y mejorando la experiencia del usuario.

No obstante, el informe subraya los riesgos éticos asociados al uso de IA, como el sesgo en los datos de entrenamiento, la desinformación y la infracción de derechos de autor. Los modelos generativos pueden producir textos convincentes pero incorrectos, lo que hace urgente fomentar la alfabetización crítica en IA. Las bibliotecas pueden liderar este proceso mediante talleres, acceso a fuentes confiables y formación en pensamiento crítico.

La privacidad y la ciberseguridad también son preocupaciones centrales. Las bibliotecas manejan grandes volúmenes de datos sensibles, lo que las convierte en posibles objetivos de ataques informáticos. Se recomienda realizar auditorías de seguridad, capacitar al personal y adoptar estrategias de protección como el modelo de “confianza cero”.

Finalmente, el informe aclara que la IA no reemplazará a los bibliotecarios, sino que transformará sus funciones. Los profesionales de la información están llamados a liderar el diseño de herramientas basadas en IA, enseñar su uso ético y fomentar una cultura de alfabetización digital. En este contexto, las bibliotecas se convierten en espacios clave para aprender a leer, escribir y pensar con inteligencia artificial.