
Kingsley, Danny. “Show Your Working: How the ‘Open Science’ Movement Tackles Scientific Misconduct.” The Conversation, 31 de marzo de 2025. https://theconversation.com/show-your-working-how-the-open-science-movement-tackles-scientific-misconduct-249020
El movimiento de ciencia abierta —que incluye no solo acceso libre a artículos científicos, sino también la transparencia en datos, protocolos, software y todos los aspectos del proceso investigativo— se presenta como una estrategia clave para combatir la mala praxis científica.
El artículo analiza cómo ciertas estructuras en el mundo académico —como la presión por publicar (“publish or perish”), los rankings universitarios internacionales y el prestigio basado en la producción de artículos— fomentan incentivos perversos que pueden desencadenar comportamientos ilícitos o poco éticos. En este contexto, florecen prácticas como las editoriales depredadoras (“predatory publishers”) o las fábricas de artículos (“paper mills”), que generan papers de baja calidad o fraudulentos para beneficio económico o académico.
Kingsley argumenta que trabajar de manera abierta ayuda a mejorar la integridad de la ciencia de varias formas: al permitir revisar datos, registrar ensayos clínicos, publicar protocolos antes de realizar los estudios, etc. Estas medidas no evitan que algunos actúen mal, pero sí dificultan que lo hagan sin ser detectados.
Entre las estrategias que el autor destaca para fortalecer la integridad científica desde la ciencia abierta se encuentran:
- El registro previo de protocolos y objetivos de estudios, de modo que las modificaciones posteriores queden explícitas.
- La apertura de los conjuntos de datos, el código y los materiales metodológicos para revisión externa.
- El uso de publicación de preprints y revisiones abiertas, de modo que el escrutinio ocurra antes y después de la evaluación formal.
- La creación de incentivos institucionales que reconozcan y premien la transparencia, la reproducibilidad y los esfuerzos de colaboración.
Con su enfoque en la transparencia, la ciencia abierta ofrece parte de la solución al creciente problema de la mala conducta científica. Sin embargo, para que la ciencia abierta cumpla su potencial se requiere un cambio profundo de paradigma cultural: no basta con adoptar tecnologías, sino modificar incentivos institucionales, políticas y normas para premiar la transparencia, la reproducibilidad y la responsabilidad. Ejemplos internacionales, como programas nacionales de ciencia abierta en Europa y acciones coordinadas en Australia, se citan como señales alentadoras.