
Massie, Dennis. “Rising to the Challenge: How the SHARES Resource Sharing Community Navigated a Global Disruption to International Shipping.” Hanging Together (OCLC Research), 15 de septiembre de 2025. https://hangingtogether.org/rising-to-the-challenge-how-the-shares-resource-sharing-community-navigated-a-global-disruption-to-international-shipping/
A finales de agosto de 2025, la eliminación de la exención arancelaria de minimis para envíos inferiores a 800 dólares generó gran incertidumbre en los préstamos interbibliotecarios de EE. UU. Más de una docena de países y numerosos proveedores suspendieron los envíos hacia ese país. La medida puso en riesgo la circulación internacional de materiales académicos y bibliográficos.
En agosto de 2025, las bibliotecas de Estados Unidos que gestionan préstamos interbibliotecarios se enfrentaron a una crisis inesperada: la revocación de la exención arancelaria De Minimus para envíos de menos de 800 dólares. Esta medida generó incertidumbre en el transporte internacional, pues más de una docena de países y diversos proveedores de documentos y libros suspendieron temporalmente los envíos a EE. UU. El riesgo de que materiales en tránsito quedaran retenidos y de que los nuevos envíos acumularan tarifas imprevistas amenazaba con desestabilizar la actividad de préstamo y adquisición académica.
La comunidad SHARES, integrada por bibliotecas de distintos países, reaccionó de manera inmediata. A través de la lista de correo SHARES-L comenzaron a compartirse experiencias, estrategias y resultados en tiempo real: universidades como Waterloo, Pennsylvania State o Glasgow ajustaron formularios de aduanas para incluir aclaraciones como “solo para seguros” o “no para reventa”, mientras que otras, como la Universidad de Pensilvania, optaron por suspender temporalmente los envíos tras incidentes costosos. Al mismo tiempo, se celebraron reuniones virtuales (town halls), en las que se recopilaron actualizaciones, se propusieron alternativas como ofrecer índices o tablas de contenidos en lugar de préstamos físicos y se establecieron protocolos comunes.
El impacto trascendió los préstamos interbibliotecarios: instituciones como Princeton informaron que varios proveedores internacionales de libros también detuvieron las ventas hacia EE. UU., lo que mostraba la magnitud del problema. Poco después, comenzaron a surgir orientaciones de empresas de mensajería como FedEx, que recomendaron declarar valores nominales, añadir códigos arancelarios específicos (como 4901.x para libros) y detallar que los envíos correspondían a préstamos interbibliotecarios temporales y no a operaciones comerciales. Estas medidas facilitaron que los envíos fueran tramitados como exentos de aranceles en aduanas.
En menos de tres semanas, la situación empezó a normalizarse: la mayoría de las universidades pudo reanudar los préstamos internacionales, en algunos casos con pequeñas tarifas adicionales o ajustes en la documentación, aunque algunas instituciones prefirieron mantener la suspensión por precaución. Casos como el de la Universidad de Brown o la de Pensilvania, que recibieron cargos menores por envíos desde Canadá y decidieron impugnarlos, evidencian que la adaptación aún continúa.
La respuesta de SHARES se articuló en dos niveles: la lista de correo, que permitió la participación asincrónica y la circulación constante de información, y los town halls, que ofrecieron espacios de coordinación y discusión en tiempo real. Este modelo de colaboración transformó la incertidumbre individual en soluciones colectivas y reafirmó el valor de la comunidad como infraestructura esencial para afrontar crisis globales. En última instancia, el episodio demostró que la cooperación, el intercambio de información y el apoyo mutuo son tan importantes como la logística o la tecnología en el sostenimiento de las bibliotecas académicas y sus redes internacionales.