
Popova, Maria. «Nikolai Vavilov and the Living Library of Resilience: The Story of the World’s First Seed Bank and the Tragic Hero of Science Who Set Out to End Humanity’s Suffering». The Marginalian (blog), 8 de marzo de 2023. https://www.themarginalian.org/2023/03/08/nikolai-vavilov/.
Nikolai Vavilov y la biblioteca viviente de la resiliencia: La historia del primer banco de semillas del mundo y del trágico héroe de la ciencia que se propuso acabar con el sufrimiento de la humanidad
El botánico, genetista y explorador Nikolai Vavilov (25 de noviembre de 1887-26 de enero de 1943) era todavía un niño cuando llegó a su sueño de acabar con el hambre. Había oído las historias de su padre, que crecía en la pobreza y pasaba hambre constantemente debido a las malas cosechas. Cuando el propio Nikolai tenía cuatro años, la llegada anticipada del invierno diezmó las cosechas en todo el país, enviando a millones de personas al hambre. Lo único que podía hacer el zar era ofrecer a sus súbditos «pan del hambre», panes hechos de cáscaras molidas, cortezas, malas hierbas y musgo, racionados en el frío glacial. El padre de Vavilov se había pasado la vida saliendo de la pobreza y ahora tenía una vida cómoda como comerciante, por lo que la familia estaba protegida de lo peor de la hambruna, pero desde su precaria isla de confort, el niño contemplaba el océano de sufrimiento y se entristecía. Medio millón de campesinos perecieron aquel invierno mientras la aristocracia se daba un festín con manjares importados de Europa: una nefasta desigualdad estructural que, un cuarto de siglo después, se convirtió en la chispa de ignición de la revolución popular que tanto tiempo había durado.
A finales de la década, Vavilov había completado numerosas expediciones etnobotánicas para recoger cientos de miles de semillas de los cinco continentes, incluidos muchos lugares donde ningún científico había puesto el pie antes. Estaba construyendo en silencio algo sin parangón: el primer banco de semillas del mundo, una biblioteca viviente de biodiversidad que acudiría al rescate de los habitantes de cualquier tierra cuyos cultivos se vieran diezmados por una sequía o una plaga. Había 600 tipos de manzanas y más de mil variedades de fresas entre su cuarto de millón de plantas: un exuberante depósito de resiliencia, albergado en el instituto de Vavilov en Leningrado.