Tom Saunders and Jeremy Kingsley «Made in China: makerspaces and the search for mass innovation«. British Council, 2016
En 2010 se abrió el primer makerspace en China. Si avanzamos hasta 2016, se ha producido una explosión de espacios en todo el país, especialmente en 2015, cuando el interés del gobierno se centró en los makerspaces como impulsores de la innovación y el emprendimiento masivos.
Espacios para creadores, incubadoras, pop-ups, fablabs, centros creativos, clusters… estas nuevas y emocionantes iniciativas están surgiendo en todo el mundo e impulsando la innovación y el emprendimiento modernos.
Todos hemos oído hablar del «auge económico sin precedentes» de China en las últimas décadas, que la ha catapultado a ser una «potencia económica» o un «motor de crecimiento mundial». Sin embargo, el crecimiento de la economía y la mejora de la calidad de vida traen consigo el aumento de los salarios. Muchas fábricas se están trasladando a países vecinos, como Tailandia o Vietnam, para beneficiarse de una mano de obra más barata. Para seguir siendo competitiva y adaptarse a las cambiantes condiciones del mercado, China se ve obligada a elaborar un nuevo plan para su industria manufacturera.
Para crear un entorno propicio y convertirse en líder mundial en este ámbito, China está realizando algunos cambios radicales. Esto se refleja, por ejemplo, en el recientemente anunciado 13º plan quinquenal, en el que la «Innovación» es uno de los cinco pilares del desarrollo. El «crecimiento verde» es otro de los pilares: El increíble crecimiento económico de China ha traído consigo algunas consecuencias no deseadas, como la contaminación del agua y del aire. Para proteger el medio ambiente, China necesita desarrollar tecnologías nuevas y ecológicas, y ahí es donde los makerspaces y los centros de innovación pueden desempeñar un papel fundamental.
La campaña «Made in China 2025» también merece ser mencionada aquí: el objetivo de esta campaña es cambiar la asociación con la etiqueta «Made in China» de barato y fácil a calidad y sostenible. Si todo va según lo previsto, China pasará de fabricar bienes en masa a productos líderes en el mundo, y pasará de ser el mayor fabricante del mundo a ser el mejor. Los Makerspaces pueden aportar las soluciones a los problemas que una transición a tan gran escala traerá consigo inevitablemente, así como las tecnologías y los productos innovadores necesarios para llevarla a cabo.
Sin embargo, nada de esto sucederá sin una sacudida del sistema educativo y un cambio de mentalidad hacia las ocupaciones tradicionales. El primer ministro Li Keqiang pidió que se reformara el sector educativo del país e instó a los responsables de la enseñanza superior a promover la innovación y el espíritu empresarial en masa, ya que «la competencia entre naciones es, de hecho, la competencia de la innovación». También se han promulgado nuevas leyes que permitirán a los estudiantes tomarse un año sabático para centrarse en el emprendimiento y crear una empresa, y retomar sus estudios más tarde. Como resultado de los ejemplos anteriores, cada vez más gobiernos locales, escuelas y empresas de toda China están aprovechando el interés y el compromiso del gobierno central con la innovación
La demanda de nuevos enfoques para hacer y fabricar sigue siendo dinámica, con muchos espacios que se abren y otros que se cierran. Existe la sensación de que la burbuja está estallando tras el boom de 2015. Pero con la creciente atención del gobierno a la creatividad y la innovación, en sus campañas «Made in China» y «Designed in China», ¿cómo será el futuro del futuro del makerspace?
British Council trabaja con y a través de makerspaces en todo el mundo. Los vemos como una parte importante de la naturaleza cambiante de las industrias creativas, donde tanto los profesionales creativos y el público están iniciando nuevas formas de trabajar juntos. Están fomentando nuevas formas de producción, aprendizaje y negocio que pueden aprovechar las nuevas tecnologías sin dejar de reconocer el valor de las habilidades tradicionales de la artesanía y el diseño. También los makerspaces, y otras formas de centros creativos, pueden fomentar nuevas formas de liderazgo cultural. Los convocantes que construyen estos espacios promueven el espíritu de comunidad, vital para desarrollo económico y social local y global.
Este informe y la colaboración con Nesta es el inicio de una conversación mucho más amplia sobre cómo podemos vincular más estrechamente a los creadores del Reino Unido y de China. Impulsando un programa maker a largo plazo que explore lo que podemos aprender de la cultura única y cómo estas lecciones pueden ser compartidas globalmente.