
Harnessing culture in times of crises. Paris: Unesco, 2020
La pandemia COVID-19 ha puesto de manifiesto el poder y la importancia de la educación y la cultura. A medida que las familias se adaptan a los cambios y al estrés que provocan los niños y jóvenes que aprenden en casa, la educación y la cultura pueden ayudar a expandir y nutrir la mente más allá de los confines de las cuatro paredes. Juntos pueden utilizarse no sólo para fomentar el interés por seguir aprendiendo, sino también para contribuir al bienestar social y emocional. En un nivel más profundo, la educación que incluye la cultura y las artes puede mejorar los resultados del aprendizaje y preparar mejor a los alumnos para la vida y el trabajo después de una crisis. La cultura, incluidas las artes y las industrias creativas, también desempeña un papel fundamental en el fomento de la resistencia colectiva e individual. Juntas, la cultura y la educación pueden suscitar la innovación, profundizar las experiencias de aprendizaje, inspirar esperanza, vincular a las personas y las comunidades y, lo que es más importante, llegar a los más vulnerables. También pueden ayudar a hacer frente a las crecientes tensiones sociales que pueden socavar la paz, la estabilidad y la solidaridad dentro de los países y entre ellos. La integración del patrimonio material e inmaterial fomenta el respeto por la diversidad basada en el conocimiento y el sentido de interconexión entre comunidades, poblaciones y países, y por los valores fundamentales que constituyen el núcleo de la educación cívica
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