PROSPERO. Para mí, pobre, mi biblioteca ya me era un ducado suficientemente grande. Me juzga … con los logros espirituales de sus estudios. hace alianza —tan sediento estaba de dominio- …. sabiendo lo que estimaba mis libros, llevó su generosidad hasta proveerme, sacados de mi propia biblioteca, de volúmenes a los que yo concedía mayor valor que a mi ducado.
William Shakespeare , La tempestad (1611), acto I, escena II, líneas 109-110.