Lectura digital. Barcelona: Generalitat de Catalunya. Departament d’Ensenyament; 2012.
Las tecnologías de la información y la comunicación han comportado, entre muchos otros cambios significativos, formas de lectura distintas de las tradicionales. Una diversidad creciente de soportes se ha introducido en nuestras prácticas lectoras cotidianas: ordenadores, tabletas táctiles, libros electrónicos, móviles … Pantallas interactivas, en definitiva. La lectura de textos impresos convive con la de textos en formato digital. Se ha pasado en poco tiempo del texto ilustrado a la realidad multimedia. Disponemos de textos electrónicos y de mensajes multimodales que incluyen los audiovisuales y aumentan la interacción social con los mismos autores y otros lectores. Así, hoy, leer es más diverso y a la vez más complejo. El lector desarrolla una posición más activa. Ante textos con hiperenlaces, debe tomar decisiones y aplicar estrategias diversas para captar la información y evaluar en muchos casos la credibilidad. Las diferencias entre la lectura digital y la impresa se hacen más evidentes si se tienen en cuenta algunos aspectos de los textos como son su acceso, la forma como se integra la información o cómo se evalúa la calidad y la credibilidad. Leer en línea es más difícil que leer en soporte impreso. Lo que facilita la red es acceder a muchos datos de manera inmediata, pero se complica, a menudo, la integración y la comprensión global.