Cada época revolucionaria produce su propio tipo de nostalgia. Ante las enormes convulsiones sociales y económicas a finales del siglo XIX, aprendieron autores victorianos como Walter Pater, John Ruskin, y Matthew Arnold que hicieron crítica sobre los modelos del alto clero y otros aspectos de la cultura occidental, con una devoción monacal para preservar y transmitir los textos antiguos y tradiciones y volviendo a formas más simples de la vida. Fue en 1909, el punto más bajo de este medio, antes de la llegada de la modernidad y de la guerra mundial, cuando The Harvard Classics tomó forma. Compilado por el presidente de Harvard Charles W. Eliot, el compendio de la literatura, la filosofía y las ciencias sirvió como un “monumento de una época más humana y segura” (o lo que sus clases altas creían), como una “cápsula del tiempo …. En 50 volúmenes “. que leer sobre la historia de la civilización, religión, filosofía, y el progreso…