Los libros gratuitos del Programa de Libros de la Prisión de Quincy brindan «un rayo de luz» a las personas encarceladas

WGBH News. “Free Books from Quincy’s Prison Book Program Bring ‘a Beacon of Light’ to Incarcerated People.” All Things Considered, 19 de agosto de 2025. https://www.wgbh.org/news/local/2025-08-19/free-books-from-quincys-prison-book-program-bring-a-beacon-of-light-to-incarcerated-people?utm_source=flipboard&utm_content=other

Desde 1972, el Prison Book Program, con sede en Quincy (Massachusetts), ha operado bajo el principio de que “todos merecen la libertad de leer”. A través de voluntarios que seleccionan y envían miles de libros cada año a personas privadas de libertad en cárceles y centros penitenciarios de todo el país, la organización ofrece un rayo de luz dentro de espacios profundamente aislados

El impacto emocional y educativo de estos envíos queda patente en las cartas que la organización recibe desde el interior de las cárceles. Un recluso describe cómo leer “lo saca del entorno carcelario y lo mantiene fuera de problemas”; otro afirma que los libros han sido su “faro de luz”, incluso tras décadas tras los muros; otro más atribuye su crecimiento académico—como obtener un diploma de educación secundaria o avanzar hacia estudios superiores—al acceso a los libros recibidos.

La trayectoria del Prison Book Program refleja cómo amplió lentamente su alcance. Fundado por activistas durante los años de auge de los movimientos por los derechos civiles, comenzó centrándose en obras sobre derechos y liberación. Con la explosión del encarcelamiento masivo desde los años 80, abrió sus contenidos: hoy atiende más de mil prisiones y cárceles, sin importar género o categoría de lectura, y responde a todo tipo de géneros solicitados .

La solidaridad es el núcleo del programa. Aunque cuenta con pocos empleados remunerados, depende en gran medida de voluntarios que reciben las solicitudes, eligen libros de acuerdo con las preferencias y las restricciones impuestas por cada instalación, envuelven los paquetes e incluyen una nota personal. Esta dinámica no solo fortifica el servicio logístico, sino que también permite derribar estereotipos, ya que muchos voluntarios comprenden que las personas encarceladas son seres complejos, más allá de sus delitos.

El valor psicológico de los libros en contextos de encarcelamiento es notable: más allá del entretenimiento o el aprendizaje, son herramientas de supervivencia emocional. En muchos centros penitenciarios, los servicios se han reducido drásticamente, y el aislamiento conlleva un mayor riesgo de deterioro mental. En ese entorno, un libro puede convertirse en un punto de conexión humana y una vía para compartir experiencias con otros internos, ya que con frecuencia se prestan o comparten los libros recibidos.

Además, se destaca un hecho curioso: uno de los libros más solicitados desde siempre —y con diferencia el más demandado— es el diccionario universitario. Esto se debe a dos razones principales: primero, porque el dominio del lenguaje abre el acceso a otros libros; segundo, porque muchas personas encarceladas necesitan comprender documentos legales complejos. El programa adquiere estos diccionarios especialmente, ya que ya no se reciben por donación con facilidad.

Recientemente, la cobertura mediática ha resaltado otros desafíos del contexto, como la dificultad para que las prisiones mantengan bibliotecas efectivas o cuenten con personal bibliotecario. En algunos casos, una sola persona atiende varias instalaciones durante pocas horas, reduciendo aún más el acceso de los internos a materiales de lectura. En ese escenario, la labor del Prison Book Program se vuelve fundamental porque garantiza que personas privadas de libertad puedan tener libros como posesiones personales, algo que los servicios oficiales no siempre permiten.