Una introducción a la historia del libro

Finkelstein, David, y Alistair McCleery. Una introducción a la historia del libro. Traducción de Paola Cortés Rocca. Buenos Aires: Paidós, 2014. Original publicado como An Introduction to Book History. Nueva York y Londres: Routledge, 2005

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Una introducción a la historia del libro es un estudio riguroso y accesible que explora el papel del libro como objeto cultural a lo largo del tiempo. Los autores proponen una definición amplia de la historia del libro, entendiéndola como el análisis de los procesos mediante los cuales los textos se producen, circulan y son leídos, así como las relaciones sociales, políticas y económicas que intervienen en estos procesos. Esta perspectiva interdisciplinaria incluye aportes de la sociología, la bibliografía material, la historia cultural y los estudios literarios.

El libro comienza con una reflexión sobre el paso de la oralidad a la escritura. Se examinan las formas en que las culturas sin escritura transmitían el conocimiento, destacando la figura del narrador oral, y se analiza el impacto transformador de la escritura como forma de preservar y organizar información. Posteriormente, los autores se detienen en la invención de la imprenta por Gutenberg, destacando cómo esta revolución técnica cambió para siempre la forma en que se producían los textos, facilitando su reproducción a gran escala y dando lugar al surgimiento de nuevos agentes: impresores, libreros, editores y lectores masivos.

Uno de los temas centrales del libro es la noción de autoría. A través de una perspectiva histórica, Finkelstein y McCleery muestran cómo la idea del autor como figura individual con derechos sobre su obra es un concepto relativamente moderno, que se desarrolló especialmente a partir del siglo XVIII. La propiedad intelectual, el control editorial y la censura se presentan como fenómenos interrelacionados que han moldeado el contenido y la circulación de los libros.

La obra también analiza las transformaciones del circuito del libro —modelo propuesto por Robert Darnton— y la evolución de los distintos actores implicados: desde los productores del texto hasta sus consumidores. En este sentido, los lectores y sus prácticas ocupan un lugar importante. El estudio presta atención a las condiciones materiales de lectura, los hábitos interpretativos, la alfabetización y el modo en que distintos grupos sociales han accedido (o sido excluidos) del mundo del libro.

Finalmente, los autores abordan los desafíos contemporáneos, entre ellos la digitalización, los libros electrónicos, el papel de las editoriales multinacionales y los nuevos modos de lectura en entornos digitales. A pesar de los cambios tecnológicos, Finkelstein y McCleery insisten en que el libro —en sus múltiples formas— sigue siendo una herramienta clave en la circulación del conocimiento y la construcción de cultura.