¿Qué conocimiento perdimos con el incendio de la Biblioteca de Alejandría?

History Facts. “What Knowledge Did We Lose With the Library of Alexandria?” History Facts. Accedido el 19 de mayo de 2025. https://www.historyfacts.com/arts-culture/article/what-knowledge-did-we-lose-with-the-library-of-alexandria

La historia de la Biblioteca de Alejandría suele relatarse como una tragedia única y repentina, un incendio catastrófico que destruyó siglos de saber. Sin embargo, esta visión es más mito que realidad. La destrucción de la biblioteca no ocurrió de golpe, sino que fue un proceso gradual que se extendió a lo largo de varios siglos. Lo que sí es cierto es que la Biblioteca de Alejandría fue uno de los mayores y más importantes centros de conocimiento de la Antigüedad, y su pérdida representa un golpe irreparable para la historia intelectual de la humanidad.

Se cree que fue fundada en el siglo III a.C. durante el reinado de Ptolomeo II, como parte del Mouseion de Alejandría, un instituto de investigación dedicado a las musas (de ahí la palabra «museo»). Esta biblioteca tenía un objetivo ambicioso: recopilar todo el conocimiento del mundo conocido. Durante alrededor de 600 años, fue un símbolo de sabiduría y cultura.

Uno de los episodios más famosos es el supuesto incendio que habría destruido la biblioteca durante la ocupación de Julio César en el año 48 a.C. Según algunas versiones, al prender fuego a los barcos enemigos en el puerto, el fuego se habría extendido hasta los depósitos de libros. Pero esto no significó la destrucción total del acervo. La biblioteca decayó poco a poco, influida por el declive de Alejandría como centro cultural. Sus libros fueron vendidos o destruidos, sus edificios transformados en iglesias o mezquitas, y su legado se fue desvaneciendo con el tiempo.

Aunque no se sabe con certeza qué se perdió, se estima que la biblioteca albergó entre 200.000 y 700.000 volúmenes. La mayoría estaban escritos en griego, aunque también se conservaban textos en egipcio y otros idiomas. Incluía obras fundamentales de autores clásicos como Platón, Aristóteles, Pitágoras, Heródoto, Esquilo, Sófocles y Eurípides, además de tratados médicos de Hipócrates y textos científicos de pensadores como Tales, Demócrito y Anaximandro. La colección también contenía comentarios, monografías y otras obras menores que reflejaban la profundidad de la cultura literaria de la época.

Según el historiador Garrett Ryan, los textos más importantes solían estar disponibles también en otras bibliotecas, por lo que no todo el saber desapareció. Lo que realmente se perdió con la Biblioteca de Alejandría fueron obras menos conocidas: comentarios, tratados filosóficos menores y documentos únicos que no tenían otras copias.

Un caso emblemático es el de Safo de Lesbos, poetisa griega que escribió cerca de 10.000 versos reunidos en nueve libros que, según se cree, estaban en Alejandría. Hoy solo se conservan unos 650 versos. Aunque no hay pruebas concluyentes de que sus obras se perdieran exclusivamente en la biblioteca, su caso simboliza las muchas voces y pensamientos que se esfumaron con el paso del tiempo.

La Biblioteca de Alejandría se ha convertido en un poderoso símbolo de la fragilidad del conocimiento humano. Cada pergamino perdido —ya sea por fuego, descuido o deterioro— representa una historia que no se contó, un descubrimiento que se olvidó, un pensamiento que no se desarrolló. Por eso, su legado no es solo el de lo que fue, sino también el de la urgencia de proteger el conocimiento para las generaciones futuras.