Cómo las universidades están reinventando el aprendizaje en un mundo de IA

The Chronicle of Higher Education. «How Colleges Are Reimagining Learning in an AI World», 3 de octubre de 2024. https://www.chronicle.com/article/the-future-is-hybrid.

Se analiza cómo las universidades están adaptándose al creciente papel de la inteligencia artificial (IA) en la educación. En lugar de ver la IA como una herramienta que sustituya el esfuerzo humano, algunos educadores, como Dan Myers y Anne Murdaugh de Rollins College, están integrando la IA como un apoyo para mejorar el aprendizaje.

En sus cursos, pidieron a los estudiantes que usaran herramientas como Claude y Copilot para proyectos de investigación, documentando cada paso en diarios que incluían los prompts y respuestas de IA, junto con sus reflexiones sobre el proceso. Los estudiantes encontraron útil la IA en etapas de brainstorming y esquematización, aunque preferían escribir por su cuenta, revelando la necesidad de trabajo independiente en ciertos aspectos como la revisión de literatura.

Este enfoque marca un cambio hacia una colaboración consciente con la IA, lo que podría permitir a los estudiantes aprender de manera más eficaz en vez de delegar el trabajo. Myers subraya que el desafío no es rediseñar drásticamente el currículo, sino encontrar los puntos estratégicos donde cada estudiante pueda desarrollar habilidades fundamentales en IA.

Mientras que algunos profesores temen el impacto de la IA en la educación, Myers y Murdaugh argumentan que el pensamiento crítico y el manejo de información, habilidades esenciales para la IA, son precisamente aquellas en las que las universidades ya destacan. De hecho, varias instituciones están buscando incorporar la «alfabetización en IA» en los planes de estudio. Sin embargo, esto no es sencillo: encuestas recientes muestran que aunque muchos estudiantes ya usan la IA para buscar información o hacer resúmenes, la mayoría de los profesores todavía no se sienten capacitados para aplicarla en su enseñanza.

Organizaciones como WGU Labs y la American Association of Colleges and Universities (AAC&U) están trabajando para reducir la incertidumbre en torno a la IA en la educación, proporcionando ejemplos prácticos y programas de capacitación. De hecho, la AAC&U ha lanzado un instituto de siete meses sobre IA, pedagogía y currículum, en el que participan equipos de 123 universidades que buscan integrar la IA de manera ética y efectiva.

Para instituciones más pequeñas como Berry College, la adopción de la IA incluye decisiones éticas y de privacidad, pues quieren educar a sus estudiantes en el uso crítico de la IA sin depender en exceso de detectores de IA, que podrían generar desconfianza. Mientras tanto, en universidades grandes como la Universidad de Michigan y Yale, se están desarrollando plataformas propias que permiten a los estudiantes y profesores experimentar con chatbots y otras herramientas de IA dentro de entornos protegidos. Esto asegura privacidad y brinda igualdad de oportunidades a estudiantes que de otra forma no podrían acceder a versiones avanzadas de herramientas como ChatGPT.

Universidades como Carnegie Mellon han comenzado a financiar experimentos para probar el impacto de la IA en el aula, explorando si esta mejora la capacidad de los estudiantes para generar ideas y defender argumentos. Algunos profesores también están explorando el desarrollo de tutores de IA para apoyar el aprendizaje autodirigido, lo que permite a los estudiantes trabajar a su propio ritmo y con acceso continuo a un «instructor» que no se frustra.

Sin embargo, los desafíos son significativos, pues la IA plantea dilemas sobre cómo y hasta qué punto se deben adaptar los programas de estudio. Mientras que algunos educadores ven en la IA una oportunidad para dedicar más tiempo a problemas complejos en clase, otros temen que se convierta en una distracción o en una solución demasiado fácil. Las universidades están comenzando a ver a la IA no solo como una herramienta auxiliar, sino como una tecnología fundamental que redefine la experiencia educativa, exigiendo un equilibrio entre innovación y cautela en su implementación.