
“…ha hecho más daño con su pluma que otros con sus pistolas”.
Frase de Ramón Ruiz Alonso, inductor de la detención y posterior asesinato de Federico García Lorca para justificar la detención del poeta.
Quizás en eso no estuviese del todo errado. La poesía, cuando es verdadera, nunca es inocua. Y Lorca era nada menos que un poeta. Según dicen, Federico García Lorca es el poeta español contemporáneo más leído en todo el mundo. Nadie le dedicará a Ruiz Alonso una elegía, ni bautizarán con su nombre ninguna escuela. Ni una sola de las líneas que escribió será recordada sino por su ridícula extravagancia y su fanatismo. Sin embargo, el crimen del poeta, en el cual él incidió activamente, quedó impune. Queda, al menos, la justicia histórica. Y fundamentalmente queda, sobreviviente y victoriosa, la poesía.