
Werner, J. (2025, 11 octubre). AI With Empathy For Humans. Forbes.
El artículo explora la pregunta central de si es posible —y deseable— construir inteligencias artificiales capaces de mostrar empatía hacia los seres humanos. La discusión parte de una constatación cultural: abundan las obras literarias, musicales y audiovisuales que plantean el temor a que la inteligencia artificial pueda reemplazar a las personas, no solo en tareas mecanizadas, sino también en ámbitos donde hoy consideramos indispensable la sensibilidad humana. Según el autor, este temor convive con una realidad cada vez más extendida: millones de jóvenes ya utilizan sistemas conversacionales como compañía emocional, y muchos expresan sentirse igual o más acompañados por estas interacciones que por relaciones humanas tradicionales. Sin embargo, también existe incomodidad o incluso inquietud cuando la IA produce comentarios que parecen desafinar emocionalmente con el usuario, lo que demuestra que la empatía simulada aún se sostiene sobre bases frágiles.
En el marco del congreso Imagination in Action, celebrado en Stanford, distintos expertos debatieron sobre las limitaciones actuales del alineamiento entre sistemas de IA y necesidades humanas. Técnicas como el fine-tuning supervisado o el aprendizaje por preferencia humana han permitido mejorar la coherencia conversacional en el corto plazo, pero presentan deficiencias notables cuando las interacciones se prolongan en el tiempo o requieren una comprensión más profunda de los matices emocionales. A ello se suma una diferencia estructural fundamental entre el modo en que trabajan los humanos y las máquinas: mientras la creatividad humana se nutre de procesos iterativos, pruebas, idas y vueltas, los modelos de IA operan típicamente en una sola pasada, lo que reduce su capacidad de adaptación a tareas imprevistas, creativas o repletas de contexto subjetivo.
El autor también advierte sobre los efectos que podría tener una adopción acelerada de sistemas de IA en el mercado laboral y en la transmisión generacional de habilidades. Si las empresas comienzan a depender en exceso de agentes de IA para escribir código, producir informes o resolver tareas operativas, es posible que reduzcan la contratación de profesionales jóvenes. Esto generaría un debilitamiento grave en el desarrollo de talento humano a largo plazo, comprometiendo la sostenibilidad de profesiones técnicas y creativas. En este sentido, Werner sostiene que la discusión sobre empatía en IA no puede desligarse de otra más amplia: cómo integrar esta tecnología en estructuras organizacionales sin erosionar las capacidades humanas ni desplazar la práctica profesional que sostiene la innovación futura.