
acohen. 2025. “Reimagining the Library: Community-Centered Knowledge Spaces”. Library Planning Consultant, November 20, 2025. https://www.acohen.com/blog/reimagining-the-library-community-centered-knowledge-spaces/
Se plantea que las bibliotecas se encuentran en un punto decisivo de transformación. Han dejado de ser simples depósitos de libros para convertirse en espacios híbridos donde convergen la creación de conocimiento, el trabajo colaborativo y la construcción comunitaria.
Siguiendo a Bennett, el texto subraya la necesidad de pasar de un modelo centrado en la colección a otro enfocado en el aprendizaje, entendiendo la biblioteca como un organismo vivo que debe adaptarse continuamente a las necesidades cambiantes de su comunidad. Esta evolución se refleja especialmente en el diseño de espacios diversos y flexibles, como salas de trabajo individual, zonas colaborativas y grandes áreas adaptables.
La urgencia de este cambio responde a varios factores convergentes. Por un lado, la proliferación de la información digital ha transformado radicalmente las formas de acceso y consumo del conocimiento, como señala Lankes. Por otro, las bibliotecas afrontan crecientes exigencias para demostrar su relevancia social en contextos marcados por la brecha digital, la desigualdad económica y la fragmentación cultural. Estas presiones hacen evidente que no bastan ajustes graduales: es imprescindible una reimaginación profunda de los espacios, servicios y funciones bibliotecarias para responder eficazmente a retos contemporáneos como la falta de salas de estudio o de espacios para el trabajo en grupo.
Para comprender realmente las necesidades de comunidades diversas, el texto propone superar los análisis demográficos tradicionales y adoptar enfoques más cualitativos y antropológicos. Estudios etnográficos, como los de Sung y Hepworth, muestran que la observación directa y la escucha activa permiten identificar necesidades invisibles a métodos superficiales. Hablar con la comunidad, observar sus comportamientos y aprender de sus usos reales del espacio resulta esencial para diseñar bibliotecas capaces de responder tanto a las demandas actuales como a las futuras.
Entre las metodologías destacadas se encuentra la inmersión etnográfica, que invita a los bibliotecarios a integrarse en la vida cotidiana de la comunidad mediante la observación participante. Este enfoque permite detectar patrones auténticos de uso del espacio, identificar zonas poco accesibles o incómodas y comprender dónde y cómo se producen las interacciones espontáneas. A ello se suman las sesiones de diseño participativo, en las que los usuarios contribuyen activamente a imaginar la biblioteca ideal. Experiencias como la de The Edge en la State Library of Queensland demuestran que estos procesos generan configuraciones espaciales innovadoras que no surgirían de una planificación tradicional, revelando deseos latentes como áreas de contemplación, espacios maker o zonas culturalmente significativas.
El análisis del comportamiento digital constituye otra dimensión clave para comprender las necesidades informativas de la comunidad. El estudio de patrones de búsqueda, uso de recursos digitales y dificultades de acceso a la información ofrece datos valiosos para diseñar tanto espacios físicos como entornos virtuales más ajustados a las prácticas reales de los usuarios. Integrar esta huella digital permite a las bibliotecas anticiparse a necesidades no satisfechas y reforzar su papel como mediadoras del conocimiento en entornos híbridos.
Finalmente, el texto aborda la importancia de analizar el uso actual de los espacios bibliotecarios desde una perspectiva compleja y dinámica. Más allá de medir la ocupación, se propone mapear los cambios temporales en el uso de los espacios a lo largo del día, identificar patrones de movimiento mediante mapas de calor y realizar auditorías sensoriales. Factores como la iluminación, el ruido o la comodidad influyen decisivamente en la experiencia del usuario y pueden convertirse en barreras invisibles al acceso. Comprender estas dinámicas permite tomar decisiones de diseño basadas en evidencias y avanzar hacia una biblioteca del futuro verdaderamente centrada en las personas.