IA centrada en la ciudadanía

Tafoya, Valeria. 2025. “Citizen-first AI: How youth can shape AI in public services.” World Economic Forum, octubre 2025. https://www.weforum.org/stories/2025/10/citizen-first-ai-youth-shape-ai-public-services/

La IA en los servicios públicos solo será beneficiosa si se diseña poniendo a la ciudadanía en el centro, no solo en la eficiencia administrativa. Con buena gobernanza, transparencia y supervisión humana, la IA puede mejorar el acceso a derechos y fortalecer la confianza en las instituciones.

El artículo plantea que la incorporación de la inteligencia artificial en los servicios públicos solo será verdaderamente transformadora si se diseña desde una perspectiva centrada en la ciudadanía. Esto significa que la tecnología no debe orientarse únicamente a hacer más eficientes los procesos administrativos, sino a mejorar de manera tangible la vida de las personas, facilitar su acceso a derechos y fortalecer su confianza en las instituciones. Bajo esta visión, la IA se convierte en una herramienta para democratizar oportunidades y reducir desigualdades, siempre que su implementación esté guiada por valores sociales y no solo por la lógica técnica.

La idea de “soberanía digital” ocupa un lugar central. No se trata simplemente de que un país disponga de sus propios datos o infraestructura tecnológica, sino de que cuente con capacidad real para controlar, supervisar y adaptar los sistemas de IA de forma autónoma. Esto implica formar a equipos públicos competentes, disponer de sistemas robustos ante fallos o ataques, y establecer normas claras que garanticen la protección de la privacidad y la seguridad de la información. Cuando estos elementos se consolidan, los gobiernos pueden avanzar hacia un modelo tecnológico que responda a sus propios principios democráticos.

Un elemento clave del artículo es el papel de la juventud. Las nuevas generaciones no solo son usuarias avanzadas de tecnología: también tienen la sensibilidad necesaria para identificar riesgos éticos, imaginar usos públicos innovadores y exigir mayor transparencia en la toma de decisiones automatizadas. Su participación aporta creatividad, urgencia y una mirada más inclusiva, lo cual ayuda a moldear servicios públicos que sean verdaderamente útiles, accesibles y responsables. En lugar de ser simples destinatarios de las políticas, los jóvenes se presentan como co-constructores de un futuro digital más equitativo.

El texto también detalla los beneficios potenciales de la IA en la administración pública. La automatización puede reducir trámites innecesarios, agilizar el acceso a ayudas sociales, mejorar la gestión sanitaria y facilitar la creación de políticas basadas en datos reales. Esto permite que los gobiernos respondan más rápido a las necesidades cambiantes de la sociedad y liberen tiempo de los empleados públicos para tareas de mayor valor humano, como la atención personalizada.

Sin embargo, también se señala que un despliegue tecnológico sin supervisión ni controles adecuados puede generar riesgos serios. Una dependencia excesiva de sistemas automatizados puede exponer a la población a fallos masivos, decisiones opacas, discriminaciones algorítmicas o abusos de poder. Por ello, la IA en el sector público debe acompañarse siempre de transparencia, auditorías, mecanismos de rendición de cuentas y una supervisión humana constante. La confianza ciudadana depende de que los sistemas sean comprensibles, justos y verificables.