Open AI vs. Anthropic ¿Quién está ganando realmente la guerra de la IA?

El artículo examina de forma comparada las estrategias corporativas de OpenAI y Anthropic en el desarrollo, comercialización y posicionamiento de la inteligencia artificial. La tesis central es que, aunque OpenAI sigue captando la mayor atención mediática, es Anthropic quien podría estar cimentando un enfoque más sostenible a largo plazo.

La narrativa comienza señalando que OpenAI ha logrado una enorme difusión gracias a su producto de consumo dominante, ChatGPT, con cientos de millones de usuarios semanales y un modelo de negocio centrado en suscripciones individuales y alianzas con Microsoft. Sin embargo, ese éxito trae consigo costes elevados, enormes inversiones en infraestructura —centros de datos, chips de alto rendimiento— y una presión constante por mantener la visibilidad pública y lanzar nuevas funcionalidades.

En cambio, el texto destaca que Anthropic ha adoptado una vía más discreta pero enfocada al mercado empresarial: aproximadamente el 80 % de sus ingresos provienen de cuentas corporativas, con una fuerte presencia en clientes que buscan rendimiento fiable en tareas especializadas, como programación, redacción legal o análisis de datos. Los modelos de Anthropic, como la serie Claude, habrían alcanzado una cuota de mercado del 32 % en aplicaciones empresariales frente al 25 % de OpenAI, lo que sugiere un avance en un entorno más rentable por cliente.

Otro aspecto importante que se resalta es la diferencia en sus alianzas industriales: OpenAI tiene una integración profunda con Microsoft, lo que le da masa crítica, pero al mismo tiempo lo expone a desafíos de coste, monetización y dependencia de la demanda masiva. Anthropic, por su parte, trabaja con Amazon Web Services, Google Cloud y otros socios, lo que le permite diversificar su infraestructura y posicionarse como proveedor técnico para empresas, en lugar de únicamente tener visibilidad de marca de consumo.

El artículo subraya que el verdadero “ganador” no se definirá solo por quién tenga más usuarios o más ruido mediático, sino por cuál compañía logre convertir capacidades de IA en generación de ingresos predecibles y rentable para el negocio, con clientes que dependen de ella para tareas críticas. En ese sentido, la estrategia empresarial de Anthropic se presenta como más sólida —menos espectáculo, más foco— mientras que OpenAI opera con mayor exposición, mayor expectativa y también mayor vulnerabilidad a los ciclos de moda y costes de escala.

Cómo conclusión se invita a reflexionar sobre qué significa “ganar” en la carrera de la IA: si es dominar mercados de consumo, liderar en investigación, controlar la infraestructura, o construir un negocio durable que pueda escalar sin quebrar bajo el peso de las inversiones. En ese escenario, la estrategia de Anthropic podría tener ventaja en términos de sostenibilidad, aunque OpenAI mantiene una clara delantera en visibilidad y usuarios.