¿Qué hace que una biblioteca sea vibrante en un sistema universitario?

WizLibrarian. The Soul of the Library, From Chaos to Clarity: What Makes a Vibrant Library in a University System? Blogspot, 17 de julio de 2025. https://wizlibrarian.blogspot.com/2025/07/the-soul-of-library-from-chaos-to.html

Una biblioteca vibrante en el contexto universitario no se define únicamente por el número de volúmenes que alberga o por la sofisticación de sus infraestructuras tecnológicas. Su vitalidad se manifiesta, ante todo, en su capacidad de responder a las necesidades académicas, investigadoras y humanas de la comunidad que sirve.

La esencia de la biblioteca, como señala WizLibrarian, está en ser una institución centrada en las personas, un organismo vivo que acompaña la evolución de la civilización y que requiere reglas claras para evitar el caos en su funcionamiento cotidiano.

  1. Biblioteca como institución orientada a las personas

El artículo enfatiza que una biblioteca es una institución centrada en las personas y que evoluciona a la par con la civilización. Para evitar el caos y funcionar correctamente, necesita políticas claras y actualizadas.

2. Importancia de documentar las políticas

Uno de los pilares de esa vitalidad es la existencia de políticas bibliotecarias bien definidas. No se trata de documentos meramente administrativos, sino de guías prácticas que orientan cada acción de la institución. En muchas bibliotecas del Sur Global, estas políticas existen solo de manera oral, lo cual las vuelve frágiles y pasajeras. Al registrarlas por escrito, aunque sean breves y redactadas por un pequeño comité, la biblioteca gana en estabilidad y proyección. Además, al ser revisadas y actualizadas periódicamente, permiten que la institución se adapte a un entorno cambiante sin perder coherencia en su misión.

3. Adaptabilidad institucional

La adaptabilidad es otro rasgo clave. Una biblioteca no necesita ser enorme ni disponer de recursos ilimitados para ser vibrante; lo esencial es contar con políticas que reflejen su identidad, sus prioridades y su contexto particular. Las necesidades de una biblioteca universitaria en un entorno urbano con gran producción científica no son las mismas que las de una institución en una región rural con limitaciones presupuestarias. En ambos casos, sin embargo, el contar con normas escritas —ya sea sobre adquisición de materiales, acceso a la información digital o ética profesional— marca la diferencia entre el orden y la confusión.

4. Políticas esenciales para bibliotecas modernas

Entre las políticas que definen a una biblioteca progresista se encuentran la de desarrollo y gestión de colecciones, la de repositorio institucional y acceso abierto, la de uso de recursos electrónicos, la de servicios de referencia, la de ética y plagio, y, más recientemente, la de inteligencia artificial. Cada una de ellas, aunque pueda solaparse con otras, cumple una función esencial. La política de desarrollo de colecciones, por ejemplo, no solo establece los criterios de compra, donación o descarte de materiales, sino que también asegura que las adquisiciones estén alineadas con los objetivos de la universidad y con las demandas reales de docentes, investigadores y estudiantes. Este nivel de planificación otorga coherencia y sentido al crecimiento de la colección, evitando tanto la acumulación caótica como la carencia de recursos estratégicos.

El artículo señala varias políticas que toda biblioteca moderna y progresista debería considerar:

  • Desarrollo o adquisición de colecciones (incluyendo suscripciones, donaciones, y descarte)
  • Catalogación
  • Repositorio institucional
  • Acceso abierto
  • Recursos electrónicos
  • Investigación
  • Plagio
  • Ética bibliotecaria
  • Normas de uso
  • Servicios de referencia
  • Políticas sobre inteligencia artificial

Finalmente, una biblioteca universitaria vibrante es aquella que logra un equilibrio entre tradición y modernidad. Mantiene sus funciones históricas como garante de memoria y preservación documental, pero a la vez innova en servicios digitales, acceso remoto y nuevas metodologías de enseñanza-aprendizaje. Es, en palabras del artículo, el paso “del caos a la claridad”: un espacio en el que la comunidad universitaria encuentra organización, apoyo y acompañamiento intelectual, guiado por políticas sólidas que dotan de coherencia a cada decisión.