
«La obra de Bob Dylan es como una biblioteca de pasillos estrechos y sinuosos y profundas estanterías de roble que atraen a quien se asoma: uno se pone a hojear los volúmenes y puede que no quiera salir jamás. Consecuencia directa de Dylan es un montón de poesía infame, una caterva de tipos flacuchos con gafas de sol y pose odiosa; también mucho cinismo malicioso. Pero también la letra de “Strawberry Fields Forever”, o de “Montague Terrace in Blue”, de Scott Walker, o de “New Face in Hell”, de The Fall. Gerry Goffin perdió la cabeza en su intento por acercarse al numen de Dylan, pero de paso compuso “Goin’Back”para Dusty Springfield y “Wasn’t Born to Follow”, popularizada por los Byrds, dos canciones filosóficas capaces de vertebrar toda una vida; a lo mejor pensaba que el sacrificio le había salido a cuenta.»
La gente pedía a Bob Dylan lo imposible: que descifrase el mundo. Era una exigencia inalcanzable para cualquiera. Lo más extraordinario de Dylan, y de suyo un logro monumental, es que ayudó a su país a descifrarse a sí mismo.»
Bob Stanley ‘Yeah! Yeah! Yeah! La historia del pop moderno»