Las bibliotecas universitarias del futuro

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La biblioteca del Futuro

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La antropóloga Nancy Fried Foster, se pregunta como sería diseñar bibliotecas universitarias no basadas en los precedentes, sino en todo lo que se puede aprender en este momento acerca de las prácticas de trabajo de las personas que ya las utilizan. Los edificios tradicionalmente se destinaban en primer lugar a los libros, y en segundo lugar a la gente, y eso está cambiando, es decir la gente primero y los libros después; además con la llegada de la digitalización los espacios destinados a los libros cada vez son menos importantes. La gente ya está demandando a sus bibliotecas servicios que les posibiliten desarrollar mejor sus actividades como un espacio de trabajo, aprendizaje y convivencia.

En este momento la educación superior está en un punto de inflexión, y son las bibliotecas uno de los signos más visibles de este cambio. La biblioteca universitaria se está convirtiendo rápidamente en un centro multifacético diseñado para soportar una amplia y variada gama de actividades de investigación y de aprendizaje tanto para estudiantes como para investigadores. La biblioteca como una colección de libros impresos y revistas es una idea que va perdiendo peso a medida que avanza la digitalización de los contenidos, ya que sus actividades principales cada vez se centran menos en la organización y el acceso a la información, y más en responder positivamente a un reto que es el de adaptarse al entorno cambiante de la información. Por lo que parece evidente que la biblioteca universitaria del futuro será tan eficaz como lo sea su capacidad para entender y apoyar las necesidades de información emergentes de su campus.

Estás bibliotecas de investigación y aprendizaje proporcionan cada vez de más información en formato digital, con lo cual se tienen   más espacios disponibles para ofrecer a los estudiantes, más áreas para el trabajo colectivo, reuniones y lugares para potenciar la creatividad y el aprendizaje basado en la investigación. A la pregunta sobre una reciente renovación de lo que significaba la biblioteca para ellos, los estudiantes dijeron que querían un lugar para descubrir información, que tuviera abundantes recursos culturales y tecnológicos, y espacios donde pudieran trabajar con sus compañeros y profesores.

Además la tecnología está impulsando la enseñanza hacia nuevos modelos en la educación superior. Un ejemplo de esto son los modelos de educación abierta que ofrecen alternativas a los programas basados en el modelo tradicional. Los cursos online abiertos masivos ( MOOCs) y los modelos de educación basada en competencias  (CBE) representan estas alternativas más próximas a las necesidades del nuevo entorno. El aprendizaje en línea es una opción atractiva para los estudiantes adultos, un grupo demográfico que ha sido el objetivo de muchas de las grandes instituciones con fines de lucro; estos estudiantes pueden completar los programas de grado y otras credenciales a un ritmo más flexible y a un menor costo. La tecnología permite a los estudiantes, profesores y personal colaborar, enseñar y aprender en un nivel favorecido por las infraestructuras del nuevo contexto tecnológico-informativo a través de innovadores modelos de servicio. El entorno actual “ofrece nuevas formas de conectar las cosas que antes se consideraban dispares y ‘desconectadas”: personas, tutores y asesores, recursos, experiencias, contenidos diversos y comunidades, a través de modelos de enseñanza tanto formales como informales”

Se trata de un cambio que implica una toma de postura a veces desafiante y controvertida, ya que la adaptación el nuevo contexto tecnológico informativo en alguna manera deja obsoleto el concepto, la asignación del funciones del personal y los espacios; lo que representa un cambio de una magnitud sin precedentes en la educación superior. Es bien cierto y probado que al bibliotecario del siglo XXI se le tiene en valor cada vez más por sus capacidades para conocer formar y asesorar sobre metodologías y tendencias de investigación y aprendizaje que por las tareas tradicionales relacionadas con la descripción y organización de los contenidos; pues muchas de estas tareas que venía realizando durante siglos ya son asumidas por propias empresas que vendem contenidos en formato digital a través de plataformas y sistemas de descubrimiento, que permiten un acceso intehral y multifaceta a cualquier contenido. En el momento actual la mayoría de las bibliotecas de investigación ofrecen conocimientos y tecnologías especializadas para apoyar el trabajo de los profesores. Por lo que parece que en el futuro el concepto de biblioteca universitaria será uno que involucre a muchas personas que desarrollan diferentes tareas en el campus. Entre las cuestiones más acordes a esta propuesta estarían las relacionadas con la gestión de datos y visualización, comunicación académica y repositorios institucionales, la minería de textos, las humanidades digitales, y los sistemas de información geográfica (SIG).

El aprendizaje se entiende aquí como la constante búsqueda de significado mediante la adquisición de la información, reflexión y el compromiso con el hecho informativo, aplicándolo activamente en múltiples contextos. Ya en la actualidad muchas bibliotecas incluyen espacios donde los estudiantes encuentran un ambiente de aprendizaje que incorpora la asistencia en la redacción, escritura científica, tutorias y producción multimedia, así como en tareas sociales como la participación ciudadana, el diálogo multicultural o el aprendizaje sobre un determinado servicio público. Uno de los peligros del cambio organizacional es suponer que debe llevarse a cabo de una manera determinada. El futuro es una producción colectiva basada en muchos factores. Las universidades son fundamentalmente comunidades de personas con diversos compromisos, intereses y actividades que se cruzan con las bibliotecas y servicios de información. Lo que podemos hacer los bibliotecarios en este contexto es abrir espacios para discusión, la interacción las acciones colectivas.

Muchas universidades ya integran ALFIN como parte fundamental de sus programas académicos, y el bibliotecario además de Librarianship también es Scholarship; Según el informe Academic Libraries: 2012, publicado en febrero de 2014, casi tres cuartas partes de las bibliotecas universitarias estadounidenses (71 por ciento) informaron que en su institución imparten programas de aprendizaje. Durante el año 2012, alrededor del 55 por ciento de las bibliotecas universitarias habían incorporado la alfabetización informacional en los currículos de aprendizaje del estudiante (Phan, Tai , Laura Hardesty, et al., 2014). Saber leer es sólo el comienzo de la misma; saber cómo enmarcar una pregunta, plantear una consulta, la forma de interpretar los textos que encontramos, cómo organizar, valorar y utilizar la información que descubrimos, cómo entenderla y cómo utilizarla para generar nuevo conocimiento es la esencia de lo que denominamos “Alfabetización Informacional”.

Cualquier ámbito de la vida profesional es susceptible de innovación, pero el entorno de la innovación científica en el que operamos los profesionales de las bibliotecas es inexcusable. En este camino hemos de tener en cuenta cuestiones relacionadas con la inteligencia social para proporcionar interacciones que permiten a la comunidad académica aprender de su propio camino hacia un entendimiento común. A lo que ahora estamos asistiendo es a la configuración de la futura biblioteca universitaria como un lugar en donde se crea contenido, y los bibliotecarios estamos convirtiéndonos en los facilitadores para la creación de conocimiento en nuestras comunidades.

El nuevo modelo de aprendizaje se orientará a proporcionar un enfoque holístico de la alfabetización en información para la comunidad de la educación superior, es decir concebir los sistemas de alfabetización y sus propiedades como un conjunto, y no a través de las partes que lo componen, consideradas éstas de manera aislada. Desde esta premisa se intenta abordar el entorno de la información globalizada, para reconocer a los estudiantes como los consumidores, creadores y evaluadores de contenido, donde se tenga en cuenta la necesidad de posicionar la alfabetización como un conjunto de conceptos y prácticas integrales de aprendizaje, y conceptualizar de manera adecuada la comprensión del proceso de creación de conocimiento, como un esfuerzo colaborativo de la comunidad universitaria. Haciendo hincapié en el aprendizaje a lo largo de todas las fases formativas con el objetivo de considerar el mismo como un esfuerzo acumulativo, recursivo y en continuo desarrollo

Como ya hemos recordado en alguna ocasión las bibliotecas seguirán evolucionando a medida que las contenidos continúan su transformación por la senda de lo digital, pero a pesar de ello las bibliotecas seguirán siendo el centro de sus comunidades, lugares donde la gente se reúne; porque las bibliotecas pertenecen a la comunidad. Cada vez habrá más énfasis en la búsqueda de nuevas maneras de utilizar la biblioteca para ayudar a estudiantes, docentes e investigadores a mejorar sus competencias y a aprender investigando para impulsar y desarrollar con más eficiencia su propia creatividad. Y finalmente poner de manifiesto que el compromiso de la universidad en la gestión de este cambio que están operando las biblioteca puede ser considerado un barómetro de su capacidad para responder adecuadamente a los nuevos tiempos. Porque el futuro de las bibliotecas, y el del mundo académico en general, nos obliga a aprender de nuestra forma de avanzar juntos como comunidad.

Lecturas

Alfabetización en Comunicación Científica: Acreditación, OA, redes sociales, altmetrics, bibliotecarios incrustados y gestión de la identidad digital

It Takes a University to Build a Library

How libraries are competing in the digital age de Meaghan M. McDermott, Staff writer

1 comentario en “Las bibliotecas universitarias del futuro

  1. Felipe Sarmiento

    Todo esto ya lo estamos viviendo y evidenciando en los CRAI (Centros de Recursos para el Aprendizaje y la Investigación). Son varias las universidades que han optado hacia este modelo, en donde la biblioteca es un elemento más del mismo, pero no por eso van a desaparecer los elementos tradicionales.

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