
“Woman, 23, Was Found Dead in Bed One Year After She Died — and Her Last Conversation Was with ChatGPT.” Daily Mail, 2025. https://www.dailymail.co.uk/news/article-15229599/Woman-23-dead-bed-one-year-died-conversation-ChatGPT.html
Una joven británica de 23 años llamada Charlotte Leader fue encontrada muerta en su apartamento de Bolton (Gran Manchester) el 6 de agosto de 2025, tras una comprobación de bienestar del equipo de mantenimiento del inmueble que no había podido acceder al piso para una inspección rutinaria de servicios.
Según la investigación, era probable que la muerte de Charlotte hubiese ocurrido en el verano de 2024, lo que significa que su cuerpo permaneció en su domicilio cerca de un año antes de ser descubierto. Los restos estaban en avanzado estado de momificación, lo que dificultó establecer una causa exacta del fallecimiento. Durante el registro de la vivienda se encontraron cartas sin abrir en el exterior, alimentos con fecha de caducidad de julio de 2024 en la nevera, y un entorno descrito como “inmaculadamente limpio” por los agentes, sin indicios de drogas, medicamentos abandonados o clara intención de autolesión.
Un elemento particularmente inquietante es que las únicas conversaciones recientes registradas en el teléfono de Charlotte eran con el chatbot ChatGPT. Su último mensaje, enviado el 30 de julio de 2024, decía: “Help me, I’ve went and got food again.” El chatbot respondió: “You sound conflicted about having food.” Ella contestó: “It’s food that I didn’t want and that’s frustrating.” Según el inspector que intervino, no existían otros contactos y sus únicos intercambios fueron con la inteligencia artificial. Además, familiares y vecinos contaron que Charlotte llevaba años sin comunicarse con su familia —perdieron contacto con ella en septiembre de 2021—, había dejado de atender citas de salud mental y rara vez salía de su vivienda.
El forense concluyó la instrucción con un veredicto abierto —no se pudo determinar la causa exacta de muerte— y expresó sus condolencias a la familia. Los relatos familiares recuerdan a Charlotte como una joven “muy bella y talentosa”, con afición por la guitarra, el teclado y el arte, pero marcada por un historial de trastornos alimentarios y problemas de salud mental. El caso plantea cuestiones profundas sobre aislamiento social, salud mental, el papel cada vez más relevante de las IA conversacionales en la vida privada y de qué manera pueden reflejar situaciones de vulnerabilidad no atendidas.