The Economist, «Is the decline of reading making politics dumber?» The Economist, 4 de septiembre de 2025, https://www.economist.com/culture/2025/09/04/is-the-decline-of-reading-making-politics-dumber
La imagen corresponde a un gráfico publicado por The Economist bajo el título “Get to the point”, que analiza la evolución de la longitud promedio de las oraciones en los libros populares a lo largo de casi un siglo. El eje horizontal representa los años, desde 1931 hasta la actualidad, y el eje vertical muestra el promedio de palabras por oración en las obras que han figurado en la lista de bestsellers del New York Times. Los puntos dispersos en color naranja corresponden a obras individuales, mientras que la línea roja representa la tendencia general en este periodo.
Lo primero que destaca es una tendencia descendente clara: en los años treinta y cuarenta del siglo XX, las frases de los libros más vendidos solían contener en promedio entre 20 y 25 palabras, e incluso casos como Frenchman’s Creek de Daphne du Maurier superaban las 30 palabras por oración. Sin embargo, a medida que avanzan las décadas, se observa una reducción progresiva en la complejidad sintáctica. A partir de los años noventa y en especial en el siglo XXI, el promedio cae notablemente hacia un rango más cercano a 12 o 15 palabras por oración, con ejemplos recientes como It Ends With Us de Colleen Hoover, donde el promedio ronda apenas las 10 palabras.
Este fenómeno sugiere un cambio profundo en los hábitos de escritura y lectura. La literatura de consumo masivo parece haberse adaptado a lectores que demandan frases más breves, directas y fáciles de procesar. En lugar de estructuras largas y subordinadas, propias de la narrativa clásica del siglo XX, hoy se privilegia la inmediatez y la claridad. Esto puede estar relacionado con la influencia de la cultura digital, donde la lectura en pantallas, redes sociales y mensajería instantánea fomenta el uso de frases cortas y un estilo más ágil.
Otro aspecto relevante es el impacto cultural de este cambio estilístico. Oraciones más cortas no implican necesariamente menor calidad literaria, pero sí indican una tendencia hacia la simplificación del lenguaje. Esto tiene consecuencias en la manera en que los lectores se enfrentan a ideas complejas: frases largas suelen exigir mayor concentración, capacidad de abstracción y paciencia, mientras que frases breves favorecen la inmediatez, pero a veces a costa de la profundidad. El gráfico de The Economist se enlaza con la preocupación más amplia —ya expresada en otros artículos del medio— sobre cómo el declive de la “lectura profunda” afecta la capacidad crítica y, en última instancia, el debate público y político.
Finalmente, conviene subrayar que este descenso en la longitud media de las frases no es un fenómeno aislado, sino parte de un cambio más global en la comunicación escrita. Los géneros periodísticos, académicos y literarios muestran ajustes semejantes: más concisión, menos subordinadas, más ritmo directo. La literatura popular, al reflejar los gustos del mercado, es un buen indicador de estas transformaciones culturales. En conclusión, la gráfica nos habla tanto de la evolución de la prosa de los bestsellers como de un viraje cultural más amplio en la forma en que leemos, escribimos y entendemos el lenguaje en la actualidad.