La evolución de la escritura científica: un análisis de 20 millones de resúmenes durante 70 años

Hohmann, Mollie Hawkes, Adrian G. Barnett, Neil King y Sean D. Connell. 2025. «The Evolution of Scientific Writing: An Analysis of 20 Million Abstracts Over 70 Years in Health and Medical Science». Scientometrics, publicado el 6 de junio de 2025. https://doi.org/10.1007/s11192-025-05353-8

Este estudio analiza cómo ha evolucionado la escritura científica en los campos de la salud y la medicina durante los últimos 70 años, mediante el examen de más de 20 millones de resúmenes de artículos científicos publicados desde la década de 1950. Utilizando el software estadístico R, los investigadores evaluaron el uso de distintos elementos del lenguaje —como tipos de verbos, estructuras gramaticales y patrones estilísticos— con el fin de comprender mejor cómo ha cambiado la forma de comunicar ciencia a lo largo del tiempo.

Los resultados revelan una tendencia creciente hacia una escritura más clara y comprensible, con un uso más frecuente de construcciones lingüísticas que reducen la carga cognitiva del lector. Por ejemplo, se observa un aumento en el uso de verbos activos, frases directas y estructuras más simples, lo que sugiere una voluntad por parte de la comunidad científica de facilitar la lectura y comprensión de los textos, tanto dentro como fuera de su disciplina.

Sin embargo, el estudio también destaca la persistencia del llamado “Estilo Oficial”, una forma de redacción tradicionalmente utilizada en la escritura académica que se caracteriza por su densidad, complejidad y tono impersonal. Este estilo, aunque considerado más “profesional” en algunos círculos, puede obstaculizar la transmisión efectiva del conocimiento al hacerlo menos accesible para lectores no especializados e incluso para científicos de otras áreas.

Una de las aportaciones más relevantes de esta investigación es que, a pesar de los avances hacia una mayor claridad, muchos investigadores sienten la presión de mantener una escritura compleja, quizás por razones institucionales, culturales o editoriales. Este hallazgo pone de manifiesto una tensión entre la tradición y la innovación en la comunicación científica.

Además, el estudio presenta tendencias anuales en el uso promedio de verbos por cada 100 palabras, diferenciadas por países, lo que permite comparar estilos de redacción según contextos geográficos. Estas diferencias podrían reflejar tanto influencias culturales como políticas editoriales nacionales.

En conclusión, los autores defienden una escritura científica más accesible, que permita fomentar la investigación interdisciplinaria y difundir el conocimiento científico de forma más amplia entre la sociedad. Argumentan que mejorar la claridad en los textos científicos no solo es una cuestión de estilo, sino una responsabilidad ética de quienes generan conocimiento.