
Padula, Danielle. «Optimizing Journal Technical Checks to Improve Peer Review and Publishing Efficiency.» Scholastica Blog. Última modificación el 28 de febrero de 2024.
Las revisiones técnicas en revistas académicas garantizan que los manuscritos cumplan requisitos básicos de calidad, ética y formato antes de pasar a revisión por pares. Un proceso estandarizado agiliza tiempos, mejora la evaluación y previene errores. Además, simplificar instrucciones y automatizar validaciones optimiza el flujo editorial.
Antes de enviar artículos a revisión por pares y eventual publicación, las revistas académicas deben realizar revisiones técnicas o controles de calidad. Estas revisiones tienen como objetivo garantizar que los manuscritos cumplen con los requisitos básicos de información, políticas editoriales y normativas éticas del journal. De esta manera, se decide si el artículo puede avanzar a revisión por pares o si debe ser rechazado directamente (desk reject). Además, algunos aspectos técnicos pueden revisarse en fases posteriores del proceso editorial, especialmente cuando los manuscritos están más cerca de su aceptación definitiva.
Contar con un proceso estandarizado de revisiones técnicas aporta múltiples beneficios: asegura que los artículos cumplen con estándares éticos y formales, acelera la revisión por pares al evitar que trabajos incompletos avancen y permite que los revisores se concentren en evaluar el contenido científico sin distraerse por aspectos técnicos o formales. Además, ayuda a prevenir retrasos en la publicación derivados de errores o carencias detectadas demasiado tarde.
Cada revista debe adaptar su lista de chequeo técnico según su disciplina y sus procedimientos editoriales, pero hay aspectos comunes a tener en cuenta. Primero, la relevancia del artículo y la integridad de la presentación son fundamentales: comprobar que el título y el resumen son claros y precisos, que los datos de autoría son completos y correctos, que se ha incluido información sobre financiación y que se han proporcionado las palabras clave y la carta de presentación cuando sea necesario. Esto asegura que la contribución encaja dentro del alcance temático de la revista y cumple con los elementos básicos para su evaluación.
En segundo lugar, es crucial verificar que el manuscrito respeta las políticas editoriales y éticas del journal. Esto incluye declaraciones de originalidad, permisos para material reproducido, posibles conflictos de interés y el uso adecuado de herramientas de detección de plagio. También se revisan aspectos como la disponibilidad de los datos utilizados, la mención de fuentes públicas de datos (con DOI cuando proceda), y la declaración sobre el uso de inteligencia artificial en la elaboración del manuscrito. Si el estudio involucra ensayos clínicos, humanos o animales, también deben comprobarse los permisos éticos, consentimiento informado, aprobaciones institucionales y cumplimiento de guías de reporte reconocidas (como CONSORT o PRISMA).
Otro punto clave de la revisión técnica es evaluar de manera preliminar la calidad del contenido. Esto implica verificar que el lenguaje sea claro y profesional, que no haya errores graves de redacción, y que las figuras, tablas y fórmulas sean legibles y cumplan con las normas del journal. También debe revisarse que los métodos estadísticos estén correctamente descritos y que los resultados incluyan métricas adecuadas, como intervalos de confianza o valores p.
Por último, se debe revisar la estructura y el formato del manuscrito, aunque es recomendable no exigir un nivel excesivo de detalle en esta fase inicial. Se trata de asegurar aspectos básicos como que el texto respete los límites de palabras, que las figuras y tablas estén numeradas y etiquetadas correctamente, y que los materiales suplementarios estén bien identificados.
Para optimizar el proceso de revisiones técnicas, es esencial buscar un equilibrio: deben ser lo suficientemente exhaustivas para evitar que manuscritos inadecuados lleguen a revisión por pares, pero no tan minuciosas que ralenticen los tiempos de decisión inicial. Una buena estrategia es limitar al máximo los requisitos formales innecesarios en los manuscritos, como tipografías específicas o estilos de cita, sobre todo si la revista cuenta con herramientas de producción que automatizan esos aspectos tras la aceptación. Asimismo, es fundamental ofrecer a los autores instrucciones claras y simplificadas, organizadas de manera accesible y coherente, con ejemplos, plantillas y formularios estandarizados.
Finalmente, otra vía de optimización es aprovechar las funcionalidades de los formularios de envío de manuscritos en los sistemas de gestión editorial. Configurando campos obligatorios, validaciones automáticas (por ejemplo, de ORCID, afiliaciones institucionales o fuentes de financiación) y casillas de aceptación de políticas éticas, se minimizan errores y omisiones desde el momento del envío, reduciendo así la carga del equipo editorial en las revisiones técnicas.
En resumen, una lista de chequeo técnico bien diseñada y un proceso ágil permiten mejorar la experiencia tanto del equipo editorial como de los autores y revisores, favoreciendo tiempos de publicación más cortos y una mayor calidad en los procesos editoriales.