Del buscar al responder: el enfoque CARE y el nuevo papel del bibliotecario universitario ante la IA generativa

Lo, Leo S. The CARE Approach for Academic Librarians: From Search First to Answer First with Generative AI. The Journal of Academic Librarianship 52, no. 1 (enero 2026): 103186. https://doi.org/10.1016/j.acalib.2025.103186

En el entorno académico actual, estudiantes y profesores cada vez más inician sus investigaciones solicitando explicaciones a sistemas de inteligencia artificial en lugar de comenzar con la búsqueda tradicional en los recursos de la biblioteca. Las herramientas de IA y los motores de búsqueda avanzados proporcionan respuestas desarrolladas incluso antes de que el usuario vea una lista de fuentes académicas. Este fenómeno transforma el punto de partida de la indagación académica y plantea nuevos desafíos para las prácticas de la bibliotecología.

Dado este cambio hacia un enfoque de “respuesta primero”, el autor sostiene que los bibliotecarios también deben evolucionar su mentalidad y estrategias de intervención. En lugar de simplemente ofrecer acceso a recursos, los bibliotecarios necesitan reconocer las respuestas generadas por IA como textos que demandan interpretación y análisis crítico. Para ello, se propone la creación de una tipografía de respuestas que ayude a identificar la función que cumplen estas respuestas automatizadas.

Finalmente, el artículo propone el enfoque CARE —por sus siglas en inglés: Classify, Assess, Review, Enhance (Clasificar, Evaluar, Revisar, Mejorar)— como un marco metodológico para interactuar críticamente con las respuestas de IA en colaboración con los usuarios. Este enfoque sitúa a los bibliotecarios como guías que ayudan a sus comunidades académicas a leer, cuestionar y ampliar las respuestas generadas por IA manteniendo el juicio humano y la evidencia científica en el centro de la investigación.

Políticas gubernamentales de Estados Unidos han eliminado el acceso a información científica sobre el clima y la han reemplazado con desinformación

Cell, Kate. 2025. «Disinformation Undermines Our Right to ScienceUnion of Concerned Scientists Blog. https://blog.ucs.org/kate-cell/disinformation-undermines-our-right-to-science/.

El texto parte de un informe reciente de la UNESCO sobre tendencias globales en la libertad de expresión y desarrollo de medios, destacando especialmente la problemática de la desinformación climática. La autora señala que, hacia finales de 2025, determinadas políticas gubernamentales en Estados Unidos han eliminado el acceso a información científica sobre el clima, la han reemplazado con desinformación

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) publicó su informe cuatrienal sobre Tendencias Mundiales en la Libertad de Expresión y Desarrollo de los Medios. Lo que sigue es una versión ligeramente adaptada de la contribución sobre desinformación climática.

A medida que la Tierra continúa calentándose [principalmente debido a la actividad humana] y los impactos en nuestro clima se vuelven cada vez más severos, la ciencia que busca advertirnos y orientarnos está siendo silenciada. Líderes globales poderosos y grandes corporaciones ignoran o niegan la ciencia en un intento deliberado de engañar al público y retrasar la acción urgente necesaria para proteger la habitabilidad del planeta.

En el articulo se analiza cómo la desinformación climática socava el derecho colectivo al conocimiento científico y a la toma de decisiones basada en evidencia. Según la autora, políticas gubernamentales recientes en Estados Unidos han limitado el acceso público a información científica sobre el clima, reemplazándola por narrativas sesgadas o desinformación. Esto afecta evaluaciones oficiales, como la National Climate Assessment, y disminuye la confianza en los científicos, poniendo en riesgo la acción frente al cambio climático.

Cell destaca que, aunque los efectos del cambio climático están bien documentados, existen poderosas fuerzas políticas y corporativas que niegan o manipulan la información científica para retrasar medidas urgentes. La autora señala casos recientes en los que se ha distorsionado información sobre olas de calor extremas, afectando la percepción pública y la preparación frente a eventos climáticos que ponen en riesgo la vida de millones de personas. Además, se ha limitado el acceso a recursos oficiales, obligando a investigadores y ciudadanos a buscar información en fuentes independientes o archivos previos.

La desinformación no solo tiene consecuencias sociales, sino también científicas y económicas. Los datos indican un aumento significativo de la mortalidad por calor extremo en las últimas décadas, y estudios económicos muestran pérdidas vinculadas a las emisiones de industrias específicas. A pesar de la solidez de la evidencia científica, estas campañas buscan debilitar la autoridad de los expertos y retrasar la adopción de políticas efectivas (Cell, 2025).

La autora identifica a la industria de los combustibles fósiles y a sus aliados políticos como los principales impulsores de esta desinformación. Documentos históricos muestran que estas industrias tenían conocimiento del cambio climático décadas atrás, pero eligieron estrategias de negación y manipulación para proteger sus intereses económicos. Entre las tácticas empleadas se incluyen la exageración de incertidumbres científicas, el financiamiento de estudios cuestionables, el acoso a científicos y la manipulación de funcionarios gubernamentales. Investigaciones realizadas por la Union of Concerned Scientists y otros organismos demuestran que la industria de los combustibles fósiles ha utilizado todas las tácticas del manual de desinformación:

  • Contratar a un científico que utilizaba métodos desacreditados y no revelaba la financiación de la industria.
  • Generar dudas exagerando las incertidumbres de la ciencia del cambio climático y dirigiéndose a profesores y estudiantes.
  • Acosar a los científicos climáticos.
  • Comprar credibilidad.

Además, las plataformas digitales juegan un papel crucial en la difusión de desinformación, muchas veces de forma indirecta al priorizar contenido que genera mayor interacción y publicidad. Esto amplifica la exposición de la sociedad a narrativas falsas o engañosas sobre el cambio climático, incluyendo teorías conspirativas y ataques a políticas de mitigación. La influencia de estas prácticas también afecta a instituciones científicas, limitando financiamiento, debilitando agencias regulatorias y generando presión sobre investigadores, lo que repercute en la comunicación científica y en la implementación de políticas basadas en evidencia.

Los bibliotecarios como una de las profesiones más confiables del Reino Unido

Ipsos. “Ipsos Veracity Index 2025.” Última modificación 2025. Accedido el 16 de diciembre de 2025. https://www.ipsos.com/en-uk/ipsos-veracity-index-2025

Ipsos Veracity 2024

Ipsos Veracity 2023

Ipsos Veracity 2022

Ipsos Veracity 2021

Las últimas encuestas de Veracity Index situaron a los bibliotecarios como una de las profesiones más confiables del Reino Unido, tradicionalmente muy arriba en la escala de confianza — incluso en el top 3 en ediciones previas.

Ipsos Veracity Index 2025 es una encuesta representativa de adultos en Gran Bretaña que mide qué profesiones el público considera más confiables para “decir la verdad” en 2025. El estudio compara la percepción actual con años anteriores y examina diferencias entre votantes de distintos partidos políticos.

Este estudio, iniciado en 1983 en el Reino Unido, recoge año tras año qué grupos profesionales son vistos como los más honestos y cuáles despiertan más desconfianza entre la población británica. Aunque el informe publicado en 2025 no enumera a los bibliotecarios entre las diez profesiones más confiadas, la historia reciente de la encuesta muestra que esta figura profesional ha ocupado tradicionalmente posiciones muy altas en la clasificación de confianza pública.

En la edición de 2021 del Veracity Index, los bibliotecarios aparecieron explícitamente entre las profesiones más confiables del Reino Unido, con un impresionante 93 % de los encuestados declarando que confiaban en ellos para decir la verdad. En ese año, sólo enfermeros superaron ligeramente ese nivel de confianza y los bibliotecarios quedaron claramente por delante de médicos, maestros y curadores de museo, consolidando su reputación como guardianes de la información veraz y asesores imparciales. Esta confianza tan alta refleja cómo la sociedad valora el rol tradicional de los bibliotecarios como intermediarios entre el conocimiento y la comunidad, especialmente en tiempos de alta desinformación y polarización informativa.

Los datos recogidos en 2023 también respaldan esta tendencia histórica, aunque con un enfoque más amplio en las profesiones científicas y académicas. En esa edición, los bibliotecarios seguían figurando entre las cinco profesiones con mayores niveles de confianza, con cifras en torno al 86 % — muy cerca de otros grupos también muy valorados, como pilotos de avión, médicos e ingenieros. El mantenimiento de este nivel no sólo ratifica la imagen de los bibliotecarios como profesionales íntegros y veraces, sino que además sitúa su función social en un contexto donde la alfabetización informacional y la facilitación del acceso a fuentes fiables son cada vez más críticas.

Al llegar al informe de 2025, aunque el comunicado principal de Ipsos no menciona explícitamente a los bibliotecarios en el top cinco de profesiones más confiadas —que en ese año son enfermeros, ingenieros, médicos, docentes y profesores universitarios— es importante interpretar estos resultados a la luz de la trayectoria de la profesión. El enfoque del índice puede variar ligeramente de un año a otro, con cambios en las profesiones incluidas o en la manera de agruparlas, pero la tendencia general sugiere que los bibliotecarios siguen siendo asociados con altos niveles de credibilidad, especialmente si los comparamos con profesiones menos confiadas como políticos, ministros de gobierno o influencers.

La posición históricamente alta de los bibliotecarios en el índice de confianza puede entenderse en relación con el papel social que desempeñan: no sólo custodios de colecciones físicas, sino mediadores críticos en la era digital, promotores de alfabetización mediática y defensores de la imparcialidad informativa. La percepción pública de los bibliotecarios como agentes neutrales, enfocados en facilitar el acceso a información rigurosa y en apoyar a estudiantes, investigadores y ciudadanos en general, ha contribuido a que se les otorgue una credibilidad sostenida a lo largo de los años

Modelos de recuperación de costos: sostenibilidad de los servicios de investigación en bibliotecas universitarias

Cook, B. (2025, 8 de diciembre). Guest Post: Funding Research Services – How Libraries Are Exploring Cost Recovery Models. The Scholarly Kitchen. Recuperado de https://scholarlykitchen.sspnet.org/2025/12/08/guest-post-funding-research-services-how-libraries-are-exploring-cost-recovery-models/ (scholarlykitchen.sspnet.org

Las bibliotecas universitarias están explorando modelos de recuperación de costos para financiar los servicios de investigación especializados que ofrecen a facultades, estudiantes e investigadores.

Las bibliotecas universitarias y de investigación han sido históricamente un pilar fundamental de la actividad científica, proporcionando los recursos de información, libros, revistas, colecciones y experiencia especializada necesarios para que la investigación pueda desarrollarse. Con el tiempo, su papel se ha ampliado y ahora incluye servicios modernos y críticos para la misión institucional, como la gestión, curación y compartición de datos de investigación; revisiones sistemáticas; iniciativas de transformación digital; evaluación del impacto; y una gama cada vez mayor de apoyos funcionales y específicos por disciplina que se conectan directamente con todas las fases del proceso investigativo. Estas actividades se han vuelto esenciales para la forma en que se crea, publica y comparte la investigación. A diferencia de los recursos generales que las bibliotecas proporcionan a todos los usuarios, independientemente de la disciplina o situación financiera, los servicios de apoyo a la investigación son inherentemente más especializados y orientados a proyectos, requiriendo experiencia profunda, tiempo significativo del personal y flujos de trabajo personalizados según metodologías, cronogramas y entregables de cada equipo de investigación.

El carácter específico por proyecto de estos servicios también se relaciona con la forma en que se financia la investigación universitaria. La investigación puede estar respaldada por fondos departamentales o institucionales centralizados, disponibles de manera amplia para la comunidad académica, o por subvenciones externas que incluyen requisitos de cumplimiento, presupuesto, entregables y rendición de cuentas vinculados a proyectos o investigadores. La mayoría de las bibliotecas siguen financiándose a través de presupuestos institucionales tradicionales basados en costos indirectos históricos, calculados a partir del número de estudiantes y docentes equivalentes a tiempo completo. Sin embargo, a medida que las bibliotecas se integran más en los flujos de trabajo de investigación mediante servicios especializados, algunas instituciones comienzan a preguntarse cómo sostener estos servicios y hacer visibles sus contribuciones dentro de modelos de financiamiento institucional, especialmente frente a la incertidumbre en las políticas federales de investigación.

Para explorar estas cuestiones, se realizó una encuesta a 32 instituciones (públicas y privadas, con predominio de bibliotecas médicas y de ciencias de la salud) sobre su enfoque hacia el financiamiento basado en subvenciones o cobro directo por servicios relacionados con el apoyo a la investigación. Los resultados muestran que, en servicios generales como colecciones, preservación o capacitación, casi el 90 % de las bibliotecas no considera implementar cobros directos, citando preocupaciones sobre la misión institucional y la equidad de acceso. En contraste, los servicios especializados —como revisiones sistemáticas, gestión de datos de investigación, consultoría en proyectos digitales o análisis de impacto— presentan un panorama más variado: alrededor del 25 % de las bibliotecas reporta que ya cobra o considera cobrar por al menos un servicio especializado. Las bibliotecas médicas son las más activas en este ámbito, particularmente para revisiones sistemáticas y curación de datos, donde el cobro permite triage de proyectos y recuperación del tiempo del personal.

A pesar de estas exploraciones, las bibliotecas enfrentan desafíos significativos: cargas administrativas al establecer sistemas de recuperación de costos conformes a regulaciones federales; resistencia cultural y preocupación por crear inequidades o riesgos reputacionales; alineación con la misión institucional; y dificultad para distinguir entre servicios básicos y trabajo específico por proyecto. La encuesta también evidencia diferencias según tipo de institución: las bibliotecas médicas lideran la implementación de cobros, las universidades públicas citan complejidad administrativa y las privadas priorizan preocupaciones filosóficas o de equidad, mientras que bibliotecas no médicas son menos propensas a considerar cobros.

El contexto de recuperación de costos indirectos (F&A) es central en esta discusión. Las bibliotecas suelen absorber costos masivos de acceso público y servicios esenciales, mientras que los presupuestos dependen de cómo las instituciones asignan los costos indirectos recuperados de subvenciones patrocinadas. Modelos como el FAIR Model propuesto por el Joint Associations Group buscan visibilizar actividades tradicionalmente indirectas como costos directos, incluyendo servicios bibliotecarios, lo que podría permitir su inclusión explícita en presupuestos de subvenciones. Aunque las bibliotecas aún no han adoptado ampliamente cobros directos, muchas reconocen la importancia de entender y comunicar los costos reales de sus servicios para justificar su valor.

En conjunto, estos hallazgos reflejan una comunidad de bibliotecas en transición: algunas experimentan con cobros directos, pero la mayoría observa el entorno regulatorio y financiero mientras desarrolla conciencia sobre costos y sostenibilidad. El objetivo compartido es hacer visibles las contribuciones críticas de las bibliotecas, alinear los servicios con las prioridades institucionales y asegurar que los investigadores, administradores y financiadores reconozcan el valor del apoyo bibliotecario en la investigación académica. Esta evolución muestra que, aunque el cobro directo no es todavía una práctica generalizada, representa un indicador del reconocimiento creciente de la importancia estratégica y económica de los servicios de investigación especializados en bibliotecas universitarias.

La era de la extracción: cómo las «Big Tech» concentran poder y limitan la competencia

Levy, S. (2025). Welcome to Big Tech’s ‘Age of Extraction’. WIRED. Recuperado de https://www.wired.com/story/tim-wu-age-of-extraction/

Vivimos en una “era de la extracción” en la que las grandes plataformas tecnológicas —como Amazon, Google y Meta— han acumulado un poder de mercado tan dominante que han desplazado el propósito original de servir a los usuarios para priorizar su propia extracción de valor.

Esta extracción se manifiesta en precios más altos, tasas crecientes cobradas a desarrolladores y prácticas monopolísticas que consolidan su control, generando una estructura económica que favorece desproporcionadamente a las grandes empresas frente a consumidores y competidores más pequeños.

La concentración de poder en plataformas digitales impacta negativamente la apertura y la equidad en el ecosistema tecnológico. A través de ejemplos y analogías históricas, Wu explora cómo la regulación antimonopolio del pasado —como la que redujo el poder de gigantes como AT&T o IBM— ilustra enfoques posibles para moderar el poder actual de las plataformas, aunque el autor también reconoce el desafío político de implementar tales medidas, especialmente en contextos donde administraciones actuales pueden ser menos agresivas en su aplicación de leyes de competencia.

Una parte notable del análisis radica en las implicaciones más amplias de esta era de extracción: no solo se afecta la economía digital, sino también la estructura social y democrática. Wu sugiere que la consolidación tecnológica contribuye a una sensación generalizada de desigualdad económica y pérdida de control, lo cual puede alimentar divisiones políticas y sociales profundas. Además, aunque el libro toca aspectos tecnológicos emergentes —como la inteligencia artificial— Wu expresa preocupación de que estos avances, en lugar de democratizar beneficios, podrían reforzar aún más la posición dominante de las grandes plataformas si no se contrarrestan con políticas adecuadas. A pesar de ello, el autor mantiene una perspectiva a largo plazo más optimista, confiando en que ciclos históricos de cambio tecnológico y presión pública pueden, eventualmente, equilibrar el poder económico y abrir espacio para una competencia más justa

Los investigadores creen que su institución valora más la publicación en revistas muy citadas que el impacto real que pueda tener un trabajo.

Grove, Jack. (2025, 12 de diciembre). Policy Impact Undervalued by Universities, Social Scientists Say. Inside Higher Ed. Recuperado de https://www.insidehighered.com/news/faculty-issues/research/2025/12/12/social-scientists-policy-impact-undervalued-universities

Los resultados reflejan que las universidades tienden a valorar más las publicaciones en revistas altamente citadas y otras métricas tradicionales de prestigio académico, como el recuento de citas o factores de impacto, antes que evaluar el impacto real de la investigación en la formulación de políticas o cambios sociales tangibles.

Encuesta global realizada por Sage entre más de 1 800 científicos sociales de 92 países, centrada en entender cómo perciben la valoración que sus universidades otorgan al impacto de su investigación en la sociedad y las políticas públicas. Según los datos del sondeo, solo alrededor de un tercio de los participantes considera que su institución los promovería o les daría valor por el impacto de su trabajo fuera del ámbito académico, lo que indica una desconexión entre las aspiraciones de estos investigadores y las prioridades institucionales.

En el estudio, el 92 % de los encuestados afirmó que para ellos el objetivo principal de la investigación es contribuir positivamente a la sociedad, pero solo el 68 % cree que esto sea una meta compartida por sus instituciones. Asimismo, un porcentaje similar percibe que los líderes universitarios no valoran plenamente la utilidad social de su trabajo, lo que sugiere que las prácticas de evaluación académica actuales aún están ancladas en métricas internas y tradicionales, dejando fuera dimensiones más abiertas o aplicadas del impacto científico. Cuando se les preguntó si su institución promocionaría o concedería la titularidad a un académico por sus esfuerzos por aplicar la investigación fuera del ámbito académico, solo el 37 % de los 1805 científicos sociales encuestados por Sage respondió afirmativamente.

Los datos también muestran que solo un 28 % de los científicos sociales opina que sus esfuerzos por influir en políticas públicas podrían traducirse en más financiación de investigación, y apenas un 35 % afirma que su universidad ofrece premios o reconocimiento explícito por el impacto fuera de la academia. Además, un 30 % de los encuestados declaró no recibir ningún tipo de reconocimiento por este tipo de trabajo, lo que pone en evidencia una brecha entre el compromiso de los científicos sociales con la relevancia de su investigación y las prácticas de recompensa institucional.

Del mismo modo, el 91 % de los investigadores está de acuerdo en que el objetivo final de la investigación es ampliar la bibliografía y facilitar futuras investigaciones, pero solo el 71 % cree que los responsables de su institución están de acuerdo con esto.

En conjunto, este artículo sugiere que, aunque los investigadores ven la contribución al bien público y a la toma de decisiones informadas como una parte esencial de su labor, el ecosistema académico permanece predominantemente orientado hacia la producción y citación de literatura especializada, con menor énfasis en la aplicación de conocimientos para abordar problemas sociales o influir en políticas. Esto plantea preguntas importantes sobre cómo las universidades podrían replantear sus criterios de evaluación y promoción profesional para reconocer y fomentar formas de investigación que conecten más directamente con desafíos sociales reales.

Esa percepción de desajuste entre la motivación de los científicos sociales y las instituciones debería llevar a replantearse si las métricas de prestigio utilizadas en el mundo académico están desajustadas con los valores, argumenta el informe de Sage.

Los fanzines en la biblioteca universitaria: creatividad, acceso abierto y participación comunitaria

McLaughlin, Zoë. 2025. “A Zine Fest in the Library.” ACRLog: Blogging by and for Academic and Research Librarians, noviembre 7. https://acrlog.org/2025/11/07/a-zine-fest-in-the-library/

Los fanzines son publicaciones independientes, autoeditadas, que suelen emanar de grupos marginados o desfavorecidos como medio de expresión y de conexión y construcción de comunidad. Durante décadas, los fanzines han demostrado cómo las comunidades pueden crear, conectar y construir su propio conocimiento.

La bibliotecaria Zoë McLaughlin narra su experiencia participando en un festival de fanzines organizado dentro de una biblioteca universitaria del Estado de Michigan, celebrado en el contexto de la Open Access Week de 2025. McLaughlin explica que, aunque no formó parte de la planificación del evento, decidió ser participante activa como expositora (tabling) por primera vez, lo que le permitió observar de cerca cómo un encuentro centrado en publicaciones DIY (hazlo tú mismo) puede integrarse con programación académica y comunitaria en un entorno bibliotecario.

El texto proporciona una descripción de qué son los fanzines —publicaciones autoeditadas, a veces sencillas y hechas a mano, que permiten a sus autores expresar ideas no convencionales o nichos específicos— y cómo los festivales de zines reúnen a creadores para intercambiar, vender o simplemente compartir estas piezas independientes. McLaughlin destaca que en este caso los fanzines presentados variaban temáticamente, desde textos sobre técnicas culinarias hasta obras con contenido político o cultural, subrayando la diversidad de voces y formas de pensamiento que estos formatos pueden alojar

A partir de su participación, la autora reflexiona sobre el valor de este tipo de eventos como espacios informales de aprendizaje, colaboración y extensión bibliotecaria. Relata cómo su interacción con visitantes y otros expositores facilitó conversaciones significativas, y cómo el ambiente relajado del festival fue una oportunidad para conectar con personas que quizás no hubieran asistido a actividades bibliotecarias más formales. Además, McLaughlin menciona que el festival incluyó una conversación sobre las similitudes y diferencias entre la cultura fanzine y el movimiento de acceso abierto, proponiendo que ambos comparten una voluntad de democratizar el acceso a la información y de expandir los modos de publicación más allá de los canales tradicionales.

Se valora positivamente la iniciativa, no solo por la experiencia personal y profesional que le ofreció, sino también por el potencial de estas actividades para enriquecer la programación de la biblioteca y atraer a nuevos públicos a través de formatos creativos y comunitarios. Su relato sugiere que los bibliotecarios pueden encontrar en los fanzine fests una manera de amplificar la misión institucional de fomentar acceso, diálogo y participación cultural.

Aprendizaje continuo y mejora de la alfabetización informacional en bibliotecas universitarias

Vaandering, A. G., & Crego-Emley, A. (2025). The Library Instructor as Learner: A Survey of Reflective Teaching Practices in US Academic Libraries. Communications in Information Literacy, 19(2), 220–241. Recuperado de https://pdxscholar.library.pdx.edu/comminfolit/vol19/iss2/5/

El estudio se basa en una encuesta distribuida a profesionales de bibliotecas universitarias en Estados Unidos y recogió un total de 153 respuestas de instructores y trabajadores bibliotecarios que participaron en actividades de enseñanza.

Los resultados del estudio revelan que una gran mayoría de los participantes (92 %) informa que participa en prácticas de enseñanza reflexiva en diversos contextos instructivos, lo que sugiere que esta forma de trabajo tiene una presencia significativa dentro de la profesión. Sin embargo, los datos también muestran una gran diversidad en los métodos utilizados para reflexionar, así como en los beneficios y las barreras percibidas. Entre los beneficios, los encuestados destacan una mejor comprensión de sus enfoques educativos, mayor capacidad para ajustar estrategias de instrucción y una mayor satisfacción profesional. En cuanto a los desafíos, los instructores mencionan la falta de tiempo, recursos o formación específica para profundizar en la práctica reflexiva de manera sostenida.

A partir de estos hallazgos, los autores argumentan que la reflexión docente no solo beneficia al profesional individual, sino que también fortalece la enseñanza de la alfabetización informacional en su conjunto. Proponen que ofrecer más formación, espacios colaborativos y oportunidades estructuradas para la reflexión podría potenciar el impacto pedagógico de los instructores de bibliotecas, alineando su práctica con las demandas evolutivas de los entornos académicos actuales. Esta investigación contribuye a la literatura sobre alfabetización informacional y formación de instructores bibliotecarios al destacar la importancia de considerar a los docentes como aprendices activos, comprometidos en un proceso continuo de desarrollo profesional.

Casi todo lo que has oído sobre IA y recortes de empleo es incorrecto: aquí está el porqué 

McKendrick, Joe. 2025. “Nearly Everything You’ve Heard About AI and Job Cuts Is Wrong — Here’s Why.” ZDNet, 23 de septiembre de 2025. https://www.zdnet.com/article/nearly-everything-youve-heard-about-ai-and-job-cuts-is-wrong-heres-why/

El artículo cuestiona de forma crítica uno de los relatos más extendidos sobre la inteligencia artificial en el ámbito laboral: la idea de que la IA provocará recortes masivos de empleo, especialmente entre los trabajadores de cuello blanco.

Según Joe McKendrick, las predicciones que anuncian la desaparición del 50 % de los puestos de trabajo debido a la IA están enormemente exageradas y carecen de una base realista. El problema central no es la tecnología en sí, sino el modo en que se está gestionando su adopción. En este sentido, el texto subraya que el mayor reto actual de la IA es un déficit de liderazgo capaz de moderar expectativas, disipar temores y establecer marcos claros de uso responsable.

Apoyándose en las reflexiones de Tom Davenport, una de las figuras más influyentes en el ámbito de la analítica de datos y la IA, el artículo sostiene que la transformación real impulsada por la inteligencia artificial será mucho más lenta de lo que suele afirmarse. A pesar del flujo constante de nuevos modelos y de los anuncios sobre una supuesta inminencia de la inteligencia artificial general, muchas organizaciones siguen sin saber cómo obtener un valor medible de estas tecnologías. El motivo principal es que la verdadera transformación no se logra simplemente incorporando nuevas herramientas, sino que exige una reingeniería profunda de los procesos, proyectos a escala organizativa y años de esfuerzo sostenido.

Desde esta perspectiva, la IA se asemeja a anteriores olas tecnológicas: por sí sola no genera valor económico si no va acompañada de cambios estructurales en la forma de trabajar. El artículo desacredita la creencia de que bastaría con introducir sistemas generativos y redactar buenos “prompts” para lograr mejoras significativas. Davenport desmonta también el mito de que la IA eliminará masivamente los empleos de entrada, señalando una contradicción clave: si las empresas prescinden de los puestos junior, ¿cómo formarán a los profesionales experimentados del futuro? Según su experiencia, esta pregunta lleva más de una década sin una respuesta convincente por parte de las organizaciones.

El texto advierte además de los riesgos de que los consejos de administración y los altos directivos adopten una visión simplista según la cual la IA permitirá reducir drásticamente las plantillas. No solo considera irrealista ese escenario, sino también contraproducente. Promover la idea de que la adopción exitosa de la IA llevará al despido de los empleados desincentiva la implicación del personal y genera un clima de miedo que dificulta la innovación. En lugar de ello, el artículo defiende que la IA puede —y probablemente deberá— crear nuevos roles y ocupaciones, aunque todavía no sepamos con claridad cuáles serán.

Uno de los conceptos clave introducidos es el de vibe coding, entendido como una nueva forma de desarrollo ciudadano facilitada por la IA. Según Davenport, la inteligencia artificial convierte a prácticamente cualquier persona en un “desarrollador ciudadano”, capaz de crear aplicaciones, páginas web o herramientas funcionales sin conocimientos técnicos avanzados. Este fenómeno abre enormes oportunidades para la creatividad y la productividad, pero también implica riesgos si no se gestiona adecuadamente.

Por ello, el artículo insiste en la necesidad de establecer límites y sistemas de gobernanza claros. No todas las tareas son adecuadas para este tipo de desarrollo asistido por IA. Davenport propone un esquema de “semáforo”: actividades prohibidas (rojo), tareas que pueden realizarse con fuertes controles (amarillo) y usos plenamente aceptables (verde). Sin este tipo de criterios, el entusiasmo por la IA puede derivar en problemas graves, especialmente en sistemas críticos como los financieros o de recursos humanos.

Finalmente, el texto subraya la urgencia de contar con un liderazgo unificado en materia de tecnología y datos. La proliferación de cargos directivos relacionados con la IA —CIO, CTO, CDO, CAIO— ha generado fragmentación y falta de coordinación. Davenport aboga por una figura única, con visión estratégica y capacidad de interlocución con la alta dirección, que sea capaz de guiar la adopción de la IA sin caer en la exageración ni en el miedo.

Estrategias y modelos eficaces para bibliotecas urbanas ante las personas sin hogar

Urban Libraries Council. 2024. Effective Strategies and Models for Urban Libraries Addressing Homelessness. Washington, DC: Urban Libraries Council.

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El documento responde a una necesidad creciente: el papel cada vez más visible de las bibliotecas públicas en abordar la crisis de la falta de vivienda en las comunidades urbanas de Estados Unidos y Canadá.

La publicación se basa en un encuentro de altos directivos bibliotecarios celebrado en mayo de 2024, en el que líderes compartieron experiencias, desafíos y enfoques efectivos para atender a personas sin hogar que habitualmente acuden a los espacios bibliotecarios en busca de refugio, información, recursos básicos o simplemente un lugar seguro. El informe plantea que las bibliotecas, más allá de su función tradicional como espacios de acceso a la información, pueden transformarse en nodos vitales de apoyo social cuando se incorporan estrategias deliberadas y colaborativas.

Un primer punto clave del informe es el énfasis en adoptar un enfoque de Housing First o “la vivienda primero”. Este enfoque reconoce que el primer paso para atender las necesidades de las personas sin hogar debe ser la facilitación de acceso a una vivienda permanente, antes de intentar resolver otros problemas vinculados (salud, empleo, etc.). Esta perspectiva contrasta con modelos más tradicionales que priorizan etapas intermedias, como refugios temporales. Al centrar las acciones en la vivienda como punto de partida, los responsables bibliotecarios pueden orientar mejor sus alianzas y recursos en beneficio de resultados sostenibles para las personas en situación de falta de vivienda.

El informe dedica una parte sustancial a la importancia de construir asociaciones sólidas con organizaciones externas. Se destaca que colaboración con agencias de servicios sociales, gobiernos locales, entidades de salud y organizaciones sin fines de lucro amplía enormemente la capacidad de las bibliotecas para ofrecer apoyos integrales, tales como asistencia para encontrar vivienda, apoyo en salud mental y capacitaciones laborales. Por ejemplo, programas como The Source en Los Ángeles demuestran cómo una alianza bien estructurada puede centralizar servicios y acercarlos a los usuarios de la biblioteca, facilitando un punto único de acceso a múltiples recursos.

Otro componente esencial aborda el desarrollo de personal y capacitación especializada. El texto subraya que no basta con tener voluntad de ayudar; es imprescindible capacitar al personal en técnicas de desescalada de conflictos, manejo de comportamientos complejos, principios de atención informada por el trauma y estrategias de comunicación empática. Además, el informe aporta ejemplos concretos de bibliotecas que han incorporado roles específicos, como trabajadores sociales o coordinadores de compromiso comunitario, con la finalidad de conectar mejor a usuarios sin hogar con servicios pertinentes. Este enfoque de capacitación y especialización no solo facilita una mejor atención para las personas sin hogar, sino que también contribuye a la seguridad y bienestar del propio personal bibliotecario.

El diseño físico de los espacios bibliotecarios constituye otro eje de la respuesta planteada. Las bibliotecas pueden adaptar sus instalaciones para crear ambientes acogedores y funcionales, con áreas designadas para servicios de apoyo, señalización sencilla y un mobiliario que inspire sensación de inclusión. Estas modificaciones buscan no solo mejorar la experiencia de los usuarios sin hogar, sino también establecer normas compartidas de comportamiento que permitan a todos los visitantes sentirse seguros y respetados. Se menciona, por ejemplo, la creación de espacios de apoyo o “help desks” que facilitan el acceso directo a programas de servicios sociales, manteniendo al mismo tiempo la dignidad de quienes los requieren.

Un aspecto complementario pero significativo del informe es la promoción de programas innovadores, como servicios de telemedicina o clínicas de atención básica ofrecidos en colaboración con instituciones de salud local. Estos enfoques amplían la función de la biblioteca como un lugar de bienestar comunitario, más allá del acceso a libros o tecnología, ofreciendo apoyos concretos y relevantes para personas sin hogar que enfrentan barreras adicionales para acceder a servicios de salud o tratamiento de adicciones.

Finalmente, el informe aboga por la promoción de empatía y comprensión comunitaria. No se trata únicamente de implementar programas; también es importante educar al público y al propio personal sobre la realidad de la falta de vivienda, desafiar estereotipos y construir entornos en los cuales las personas sin hogar sean comprendidas como miembros valiosos de la comunidad. La coherencia entre las distintas prácticas de seguridad y la participación activa en la sensibilización contribuyen a un ambiente más solidario y menos estigmatizante dentro de las bibliotecas públicas. Urban Libraries Council

En conjunto, Effective Strategies and Models for Urban Libraries Addressing Homelessness presenta un marco pragmático y humano para que las bibliotecas urbanas respondan a la falta de vivienda con estrategias integrales. El documento reconoce la complejidad del fenómeno y propone que, al apoyarse en alianzas, capacitación, diseño físico intencional y programas innovadores, las bibliotecas pueden desempeñar un rol transformador en sus comunidades, al tiempo que fortalecen sus propios equipos y servicios.